martes, marzo 22, 2005

No. 245. 13 de Marzo de 2005

Comentario a Mujeres en México. Recordando una historia, de Julia Tuñón Pablos *
Francisco García González **

No se nace mujer: se llega a serlo
Simone de Beauvoir

El presente siempre plantea preguntas a la historia y no porque ella tenga la respuesta,
sino porque, por lo menos, puede entregar
instrumentos para comprender.

Michelle Perrot


En nuestro país, la historia de la mujer se ha concentrado en cuatro grandes problemáticas. La primera, orientada a investigar los movimientos que han surgido para mejorar las posiciones social y legal de la mujer. La segunda, trata de reincorporar a la mujer en la historia al documentar las actividades cotidianas de mujeres “comunes”. La tercera, mucho más reciente en la historiografía, busca analizar las relaciones personales y la sexualidad para entender la fuerza y las limitaciones de la dominación patriarcal. La cuarta problemática, a través de la cual los historiadores se han concentrado en el mundo de las ideas y de la cultura, consiste en explorar la forma en que la condición de la mujer ha sido determinada por las normas jurídicas y sociales a través de largos períodos.
En la historiografía, lo verdaderamente nuevo e importante, por lo general, llega después de haber recorrido y dominado a los clásicos —la historia de la disciplina— y haber leído centenares de monografías, libros y artículos recientes. Y llega, además, cuando el autor ha vivido y experimentado la investigación y, sobre todo, la escritura de una historia diferente. Este es, justamente, el caso de Julia Tuñón Pablos y su obra Mujeres en México. Recordando una historia.
De hecho, ya desde 1997, año en que se publicó el libro Familias y Mujeres, por El Colegio de México, Julia Tuñón, mostró su idea de ese tipo de historia al reflexionar sobre el papel de las mujeres en la institución familiar; así, la Dra. Tuñón planteaba que
La disciplina de la historia tiene una función precisa en la labor de devolver a las instituciones y a sus sujetos su sentido propio en la trama social, en su tiempo y espacio específicos. Los estudiosos en ciencias sociales suelen ser insistentes: hace tiempo han decidido, con poco recato y mucha curiosidad, indagar sobre esos temas que se habían considerado cotidianos y rutinarios, sin dignidad ni grandeza suficiente para merecer su estudio y así han preguntado por la vida de los hombres y las mujeres en las alcobas y en las cocinas, por las relaciones entre padres e hijos, como también por sus sentimientos y prejuicios, sus pecados y secretos. Han cuestionado la naturalidad y la eternidad de algunas situaciones para incorporarlas al mundo de la cultura, ámbito humano por excelencia y así, las mujeres han ingresado ya a la historiografía.

En el libro que hoy se presenta se mantiene esa idea de la historia con el objetivo de explicar, en forma sintética, cómo ha sido la participación femenina en la historia del país, desde la época prehispánica hasta el siglo XX.
La autora desde la introducción, titulada “La mujer mexicana: entre el espejo y el espejismo”, cuestiona el modelo histórico que concibe a la mujer enajenada de sus realidades y sus opciones; así, se deslinda de la historia tradicional.
Por el contrario, convencida de recuperar la historia de las sin historia, convencida de traer del olvido a las olvidadas, Julia Tuñón se planteó la investigación del tema desde una perspectiva que, como un mapa, traza los caminos que ha seguido la mujer mexicana en el pasado, analizando al mismo tiempo el contexto histórico en el que gozaron, sufrieron, amaron y odiaron al desempeñar su rol de esposa, madre y acompañante, en la sombra, del hombre.
El libro cubre un largo período que va desde la época en que Malintzin sirvió de intérprete y fue utilizada como negociadora y después, simple y llanamente obsequiada, regalada por Cortés a uno de sus lugartenientes, en las primeras décadas del siglo XVI, hasta la época contemporánea en la que, gracias a la Primera Conferencia Internacional de la Mujer, organizada por la ONU, se detonaron cambios en la constitución, se crearon instituciones dedicadas a los asuntos de la mujer y se inició un proceso cultural tendiente a desarrollar la equidad de género en las políticas públicas.
Son aproximadamente cinco siglos los que aborda la investigación de Tuñón y son seis capítulos los que integran el libro, mismo que finaliza con un apartado de conclusiones.
En el primero, titulado “Las mujeres en el mundo mexica. El dilema: diosas eternas o mujeres mortales”, se analiza cómo vivía la mujer en el mundo prehispánico. En este capítulo, la autora muestra cómo la sociedad mexica, una de las más consolidadas de Mesoamérica, giraba en torno a la división sexual. Aunque las principales deidades eran masculinas, había una figura central femenina: Coatlicue o la Madre Tierra, que en cierta faceta regía el erotismo, el deseo y la inmundicia.
En la concepción prehispánica había una fuerte asociación entre maternidad y agricultura. Había, por otra parte, una distancia abismal entre la diosa que infundía temor y respeto, y la mujer mortal, agobiada por el patriarcado. Esta contradicción interesa particularmente a la autora, que incluso la plantea como el dilema central en el subtítulo de este primer capítulo.
“Las mujeres en la Nueva España” es el título del segundo capítulo. Marina y Guadalupe son dos personajes a los que la autora dedica sendos apartados. Guadalupe y Malinche son dos extremos femeninos de la mitología mexicana: una es madre protectora, pura e inmaculada, y la otra es vista como la traidora, la mujer vendida, la sexuada. Ambas figuras son caracterizadas por ser símbolos del mestizaje.
En este capítulo, la autora da cuenta de la activa participación de las mujeres como vendedoras en los tianguis, artesanas, obreras en las fábricas de tabaco, zapateras, sirvientas, pastoras, fabricantes de telas y tejidos.
El tercer capítulo, “Las mexicanas en el siglo XIX. Ídolos de bronce o musas del hogar”, como su nombre lo sugiere, muestra como las mujeres de esa época, estuvieron confinadas dentro de los muros de la vida privada, la casa. Y es que, a pesar del discurso liberal de igualdad para todos y todas, en realidad los mandatarios decimonónicos y la legislación familiar por ellos impulsada, mejor dicho manipulada, se orientó a seguir considerando a la mujer como un ser inferior, porque, como se afirmaba en una obra de finales del siglo XVIII, El teatro de la Legislación Universal de España e Indias, “la muger no es de tan buen estado como el varón”.
En esta época se concebía a la mujer como dependiente del hombre y frágil sin él. Sin embargo, las nuevas disposiciones legales en torno a la mujer comenzaron a reconocer su capacidad administrativa y se les otorgaron más derechos sobre sus propiedades, la patria potestad, y los maridos engañados dejaron de tener el derecho de matar a las esposas adúlteras.
“La paz porfiriana: en el vértigo del progreso”, es el tema del cuarto capítulo. Llama la atención el que la autora dedique un capítulo específico al porfiriato, y otro más a la época de la Revolución, a diferencia de los anteriores capítulos que abarcaban periodos más amplios. Esto se explica por los vertiginosos cambios que tuvieron impacto en las mujeres mexicanas.
Durante el porfiriato, el discurso cientificista trata de explicar al género femenino a partir de su biología y su carácter afectivo, dos ejes en torno a los que se reafirman las ideas tradicionales sobre el asunto, pero ahora presentadas como verdades científicas. Al respecto, la ironía de la autora es sutil al evidenciar las contradicciones en que incurre Molina Enríquez, un “cientificista” que apela a la exactitud bíblica en sus argumentaciones. La maternidad es exaltada al grado de que los cuerpos que no se destinan a este fin, son considerados inútiles.
Los primeros movimientos feministas se gestaron en esta época. Surgieron revistas feministas, entre las que destaca Violetas de Anáhuac; el semanario Vésper, también feminista, fue perseguido y su editora encarcelada. Entre las primeras feministas se menciona a la zacatecana Eulalia Guzmán.
“De los años de la Revolución a los de la estabilidad” es el título del siguiente capítulo. En esta época, las mujeres comienzan a exigir su derecho al sufragio, y aunque el tema se discute en múltiples foros, el asunto nunca llega a concretarse sino hasta varias décadas después. También en estos años se multiplican las ligas feministas.
El capítulo que cierra el libro, “De los años de “desarrollo” a los de crisis”, analiza cómo las mujeres ganan terreno en diversos sectores.
En 1975, la ONU organizó la Primera Conferencia Internacional de la Mujer en México, lo que fue detonante para que el artículo cuarto constitucional fuese modificado para promulgar igualdad entre hombres y mujeres. El asunto de la inferioridad jurídica de la mujer ya había sido superado: faltaba combatir las inercias culturales. En la década de los setenta aparecieron nuevas instituciones dedicadas a la mujer y a la familia y se dan importantes avances en la Ley del Trabajo.
Las conclusiones de la autora causan sin duda cierto escozor, pues aunque señala los avances en cuanto a igualdad entre los dos géneros, pone hincapié en las contradicciones actuales, que históricamente eran expresadas en una doble moral, y en la actualidad, en un doble discurso.
Mujeres en México. Recordando una historia, de Julia Tuñón, es una obra importante que contribuye al avance del conocimiento de nuestro pasado, particularmente en lo relacionado con la historiografía nacional sobre el tema de la mujer.
Digámoslo de una vez, el libro que hoy comentamos, es un trabajo importante y aleccionador, porque nos descubre lo que había sido despreciado por la historia tradicional: las mujeres mexicanas; descubrimiento que se da a través del uso de un arco iris de fuentes secundarias y nuevos enfoques basados en la cooperación interdisciplinaria.
La investigación de Julia Tuñón retoma la más fecunda de las perspectivas definidas por la nueva historia: la larga duración, la medida de los siglos; y es que, en efecto, la historia a corto plazo, la historia coyuntural, es incapaz de captar y explicar las permanencias y los cambios.
Para lograr lo anterior, la autora recurrió al uso de otra de las originalidades de esa nueva forma de escribir la historia, es decir, ensanchar el campo del documento histórico y utilizar como fuentes documentos existentes en diversos archivos públicos y privados, novelas y, desde luego, bibliografía especializada que incluye importantes obras reconocidas internacionalmente; así mismo, fuentes privilegiadas y que ilustran el texto, fotografías que remiten, no sólo a la indumentaria, sino expresiones que reflejan infinidad de actitudes de la mujer de la época. En efecto, Las fotografías por medio de sus imágenes, retienen una serie de episodios significativos de la historia de la mujer, son los documentos que dan fe y hablan sin palabras de su microhistoria personal.
Sin duda, esta segunda edición del libro será, como en el caso de la primera, de gran éxito; sin embargo, coincido con Carlos Monsiváis, cuando el viernes 25 de febrero de este año, se presentó el libro en la ciudad de México, sugirió la necesidad de actualizar la investigación con nuevos temas, que en el pasado reciente han comenzado a determinar la vida cotidiana de la mujer con su creciente presencia en el mundo público tanto en el ámbito nacional como regional.
Deseo finalizar mi comentario, recordando nuevamente el epígrafe de Michelle Perrot, la importante historiadora de la mujer, en el sentido de que la historia nos puede entregar instrumentos para comprender y, en efecto, el libro de Julia Tuñón, es un gran instrumento que nos permite comprender el rol que desempeñaron, pero también el papel que deberán cumplir ahora y en el futuro las mujeres mexicanas.
En este sentido, coincidimos plenamente con la conclusión de Julia Tuñón, quien en el último párrafo de su libro señala:
Una mirada a la participación femenina en México muestra que el camino recorrido aún está lejos de la meta, que falta mucho por hacer. El sexismo no es ni una conjetura de un sexo contra el otro ni una razón de biología. Es un sistema social. Frente a él, las mujeres, como colectivo, han cobrado conciencia de que merecen el mejor de los mundos posibles y de que vale la pena luchar por él. En este sentido la historia puede hacer algo: encender la memoria, ofrecer un espejo y no un espejismo, rescatar sueños y realidades pasados que ayuden a las mujeres a escapar del silencio. Sólo si existe un pasado se puede aspirar al futuro; por eso, para trabajar en el cambio, es fundamental entrar a la historia: es otra manera de entrar a la vida.

* Comentario vertido durante la presentación del libro al que alude el título, el pasado viernes 11 de marzo, en el marco del Segundo Encuentro de Investigaciones sobre mujeres y perspectiva de género”, INMUZA-CIIARH-Licenciatura en Historia de la UAZ.

** Doctor en Historia por el Colegio de México, cuenta con una sólida trayectoria como investigador, representada en una considerable lista de libros publicados. Actualmente se desempeña como Subsecretario de Planeación en el Gobierno del Estado de Zacatecas.
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El sol sobre la Vetagrande y el encuentro con la soledad de plata
Kutzi Hernández Galván


La noche de hoy será develado el mural “El sol sobre la Vetagrande y el encuentro con la soledad de plata”, del pintor Armando Haro Márquez. El evento se enmarca dentro de as actividades del Festival Cultural Vetagrande 2005.
El mura, que será develado por la gobernadora del estado, Lic. Amalia García Medina, se trata de una alegoría en torno a los elementos característicos del municipio de Vetagrande, desarrollada en un muro de cuatro metros de alto por once de ancho.
Entrevistado por Trópico de Cáncer, Haro Márquez considera que el enfrentarse por primera vez a un espacio tan grande (44 metros cuadrados) le dio mayor libertad creativa. “Lo que sentí fue que mi trazo agarraba mayor libertad en el sentido de que se desplazaba mejor, pero al mismo tiempo traté de conservar la misma expresividad de mi pintura”.
Armando declara no haber tenido mucho problema a la hora de identificar y sintetizar los elementos más representativos de Vetagrande. Entre ellos figura un malacate, la iglesia principal, la entrada del cementerio de la cabecera municipal, por citar algunos distintivos.
Ubicado a 15 minutos de la capital del estado, Vetagrande es un pueblo mágico que para el autor del mural resulta particularmente atractivo.
En menos de una semana, el mural fue trazado sobre la pared interior de la presidencia municipal del lugar. A decir de su autor, el conjunto expresa una narrativa, en la que no deja de notarse un dejo de nostalgia. Se reconocen valores como la familia, la educación, la infancia, la justicia, relacionados con actividades como la lectura, el trabajo y los juegos tradicionales infantiles.
“El sol sobre la Vetagrande y el encuentro con la soledad de plata” enuncia de entrada una dualidad que es una de las constantes más notorias en la obra. La vida, representada en la mujer embarazada y la muerte, plasmada en el portal del cementerio; cielo y tierra, sol y luna, madurez y niñez, ocio y trabajo, hombre y mujer, son elementos que, más que hablarnos de un lugar, nos remiten a una comunidad social, a una forma de vida de un pueblo.
En colores que reproducen los de la tierra zacatecana y su cielo, el mural no está firmado por Armando Haro, sino por el taller que se está gestando bajo su dirección: La Pinta Telier. “Durante el proceso me sentí familiarizado, aún cuando la libertad que tuve al momento de trazar el mural me la dio el equipo que tenía de apoyo, algunos de los cuales conforman un taller de creatividad que pensamos abrir este año”, agregó al respecto Haro Márquez, quien lleva alrededor de doce años de trayectoria en las artes plásticas.
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LA ROSA DE LOS VIENTOS

Reapareces

Jair Cortés*


Reapareces
aquí
dentro de la palabra y tan afuera
en ti misma

liberada de estas MAYÚSCULAS REVERENCIAS

cierras una puerta
y yo abro otra

(Mi río se desborda en estas afirmaciones)

ANTES
Teníamos poca edad
pero suficiente para creernos en el margen del mundo

Aquellos días
empezó la mitad de la vida a circular por su debido cauce
provocando ahogos aquí y allá
remolinos
pérdidas
en donde los hombres habían forjado una esperanza


Di vueltas alrededor de tantas noches di vueltas

¿Qué decía Zita de mí?

Enamorados de la faz del espejo nos cambió la voz
como un árbol que todos los años daba un fruto distinto

¿la misma manzana no es la misma manzana
verdad?

Fuimos aquellos
cuyas manos estaban vacías

levantabas las hojas
mientras el Norte en la playa poseía tus ojos

Savás

todo era una resta tan sencilla
para descifrar el secreto signo
que apareció en la pared esa mañana febreriana
tan grisina
en donde mi cuerpo subió aquella pendiente

en donde los recuerdos hacen una frase más o menos como esta


Caminé hacia ella que era yo vestida de sol
relumbraron mis ojos
los nombres comenzaron a tener sentido
me quemé en silencio
(sólo supe de mis cenizas años después)


DESPUÉS
Sólo saber supo el tiempo sólo su desgracia fue nuestra

Cielo que descendió como una música perdida en medio de la noche
entre las calles que recorrí ciego y ebrio
buscando la vida
la suerte que diera un paso hacia mí
la suerte que me empujara a su abismo

AHORA
Solo
me dirijo con estas letras
al temporal ignoto del presente
en donde se pierden los espurios dolores de la carne

Viajo descalzo ciega mía
compañera en la muerte y en la resurrección

viajo
hinchado de sangre como un corazón enloquecido

Transcurre la rabia al medio día
con las cuatro patas bien firmes

Ahora que vuelvo a decir AHORA
en donde el terreno se divide en varias propiedades
en donde los gritos y los cristales siguen buscando la mano que los rompa
la garganta que los elabore de la manera más precipitada y encendida


LEJOS

EN ALTAMAR
CONTRAMOR MUERDE SUS PROPIOS ANZUELOS
y los peces indiferentes pasan a su lado


Pero ahora REGRESAS
Mírate
Tuya
caminar entre brasas
entre las astillas de mi amor roto

Mírate aparecer y desplegar las velas de la distancia

Tu jardín de espinas


Esta vez yo te veo llegar a mí
y miro cómo el sol nace ya en silencios airados

arrojo hasta el fondo de tu pozo mi secreto
construyo entonces una pradera
MIRO TODO EL PUEBLO DESVANECERSE
y mi camisa prende fuego al campo


En este silencio
en donde reapareces

abres una puerta

y yo te sigo

* Poeta. Aparece en las antologías Creación Joven (1979-1999) (CNCA y Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 1999), Espiral de los latidos. Poesía Joven de la Zona Centro de México (Fondo Regional para la Cultura y las Artes Zona Centro, CONACULTA, 2002) y Árbol de variada luz. Poesía mexicana actual (Universidad Autónoma de Colima, 2003).
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El Sol del Trópico
Suplemento del suplemento de El Sol de Zacatecas

Inicia Festival Cultural Vetagrande 2005
70 eventos culturales en todo el municipio de Vetagrande, con una cobertura de 7 de 10 comunidades, se tiene programado dentro del Festival Cultural Vetagrande 2005, según anunció en conferencia de prensa el alcalde de dicho municipio, José de Jesús González.
Hoy inicia la fiesta cultural que culminará el 21 de marzo. Para el alcalde de Vetagrande, este festival no representa un costo, sino una inversión, ya que, dijo, es un atractivo turístico.
Hoy inicia el programa con la presentación del grupo de jazz del maestro Pepe Román, a las 17 horas en el Escenario Principal. A las 18:30 se presenta la Banda de Música del Gobierno del Estado en dicho recinto y media hora más tarde, el director de dicha banda, recibirá un reconocimiento del H. Ayuntamiento; a las 19:30 horas será la ceremonia de apertura por parte de la gobernadora, con la inauguración de la exposición de pintura y fotografía del migrante en la sala de cabildos y la develación del mural “El sol sobre la Vetagrande y el encuentro con la soledad de plata”, de Armando Haro Márquez. En San José de la Era se presenta el Ballet folclórico del IMSS a las 20 horas.
A lo largo de la semana habrá proyección de películas, obras de teatro, presentaciones dancísticas, trova, tamborazos, conciertos de rock, mesas literarias, entre otros eventos. Destaca la obra de teatro “Las muertas de Juárez”, de Cristina Michaus; el espectáculo “Trova loca”, por Anarquinder; la presentación del trovador Gabino Palomares, el guitarrista Paco Rentería y el cantante Yoshio.

Homenajean a Sabines en la Biblioteca Mauricio Magdaleno
El Centro Bibliotecario Estatal “Mauricio Magdaleno”, a través del Departamento de Promoción a la Lectura y la Sala de Lectura “Así la libro”, tiene el gusto de invitarlos a las actividades en Homenaje a Jaime Sabines:
Lunes 14, Martes, 15 y Jueves 16. Taller de Pintura: Ilustra un poema. Primaria Francisco I. Madero (El Orito, Zac.). 10:00 a 12:00 horas.
Lunes 14: Lectura de poemas por los asistentes a la Sala de Lectura “Así la libro”. Lugar: Biblioteca Central Estatal “Mauricio Magdaleno”, 19:00 horas.
Martes 15. Conferencia “Jaime Sabines y su libro Horal”, por Javier Acosta y Marco Antonio Fonseca. Lugar: Casa de la Cultura Jurídica, 19:00 horas.
Miércoles 16: Taller de pintura y lectura de poemas. Alumnos de la Primaria Víctor Rosales de Guadalupe, Zac. Exposición de trabajos y lectura de poemas Biblioteca Roberto Cabral del Hoyo (Guadalupe, Zac.)
Jueves 17: Concierto. Grupo Bajo Protesta. Lugar: Casa Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Zacatecas. 19:00 horas.
Viernes 18: Exposición de pintura de las primarias participantes. Biblioteca Central Estatal “Mauricio Magdaleno”, 18:00 horas.

Pedro Páramo cumple 50 años de ser publicada
México pondrá en marcha hoy una serie de homenajes al escritor Juan Rulfo, al cumplirse 50 años de la novela “Pedro Páramo”, una de las más relevantes de la literatura en español, a juicio de gigantes de las letras como Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez o Carlos Fuentes.
La fecha de salida de la imprenta que aparece en la primera edición del libro es el 19 de marzo de 1955, pero seis días antes del aniversario, es decir, hoy, se realizará el principal acto conmemorativo, con presencia de Clara Aparicio, viuda del escritor (1917-1986), y autoridades culturales.
“Nosotros quisimos que, aunque no sea el único, el acto central de los festejos del cincuentenario fuera la presentación de un libro que aborda con profundidad el tema de la recepción inicial que tuvo la novela”, dijo a Víctor Jiménez, presidente de la Fundación Juan Rulfo.
El libro en cuestión, titulado “La recepción inicial de Pedro Páramo”, es obra del investigador Jorge Zepeda, que se dedicó a desbaratar algunos mitos sobre las críticas que recibió la novela en sus primeros años.
“Se ha dado un peso desmesurado a las críticas negativas que recibió ‘Pedro Páramo’”, indicó Zepeda. “Un posible rechazo inicial puede ser solamente un indicio de circunstancias extraliterarias”, afirmó.
Además de este trabajo, en la Sala Manuel Ponce del Palacio de Bellas Artes se presentará una edición facsimilar titulada “Los murmullos antes de Pedro Páramo”.
Esta publicación constará de seis fragmentos del libro adelantados por Rulfo, en versiones preliminares, a tres revistas en 1954 y la versión facsimilar de las primeras cinco páginas del manuscrito original, propiedad de la familia Rulfo.
En la ceremonia del Palacio de Bellas Artes, a la que asistirá la máxima responsable de Cultura de México, Sari Bermúdez, se lanzará también un sello postal conmemorativo de los 50 años de “Pedro Páramo”.
Rulfo sólo publicó dos libros -el otro es “El llano en llamas”- y eso le bastó para consagrarse como un escritor de referencia, que rompió en materia estética y temática con las concepciones literarias de la época.
En Comala, el pueblo del occidental estado de Colima cuyo nombre usó Rulfo para el escenario de la novela, habrá mesas redondas, conferencias, presentaciones del libros y un ciclo cinematográfico, en los que se hará un tributo compartido al escritor y al cineasta Alberto Isaac.