martes, mayo 24, 2005

A la deriva

El proyecto Trópico de Cáncer ha finalizado su etapa como suplemento cultural. Sin embargo, sigue ofreciéndose, a través de este blogger, como un espacio de expresión, discusión y todo lo que acabe en ión, para Zacatecas y el mundo (claro, el mundo que tiene acceso a internet y a esta parcelita del ciberespacio; a final de cuentas, viene resultando una minoría, comparado con el mundo).
Gracias a tod@s quienes nos han apoyado. Esperamos sugerencias, participaciones y críticas. Si anteriormente nuestra publicación era periódica, por ahora navegaremos un tanto a la deriva, por el mero gusto de navegar.
A continuación, publicamos el texto presentado durante la ceremonia de clausura del suplemento cultural, acaecida en Zacatecas el pasado 16 de abril de 2005. Antes de la ceremonia, tuvo lugar una conferencia magistral a cargo del escritor Andrés de Luna, bajo el título "Las letras del deseo". Próximamente esperamos presentar a nuestros ciberlectores una entrevista con este importante narrador y ensayista mexicano.
Retrospectiva
Kutzi Hernández Galván
Trópico de Cáncer es manifestación de una nueva época en El Sol de Zacatecas, ya que es producto del apoyo y la confianza otorgados por el ing. Gerardo de Ávila González, director de este diario. Nació para dar continuidad a un espacio anterior: El Unicornio, el cual fue el último suplemento cultural zacatecano del siglo XX, mientras que TC fue el primero en el siglo XXI. La distinción es estrictamente cronológica.
Así pues, TC no surgió por generación espontánea. En ningún momento nos hicimos la ilusa idea de que el periodismo cultural existe desde que existimos nosotros o desde que existe nuestro proyecto, como alguno ha pensado en el caso de la literatura zacatecana, con base en un criterio estrecho y falto de lecturas.
Para documentar lo anterior en cuanto a suplementos culturales, baste mirar al pasado y remitirnos a anteriores proyectos. Publicaciones como El Unicornio, en la década de los 90 en El Sol de Zacatecas, El cuervo, en Imagen, o El Huitlacoche, en el desaparecido Momento, hablan de espacios destinados a la cultura en los diarios zacatecanos de finales del siglo XX. Pero la historia no empieza ahí.
Entre 1984 y 1985 existió en El Sol de Zacatecas un suplemento llamado Krisis, del cual, nuestra investigación nos permitió rastrear la existencia de 26 números. La publicación, coordinada por Alfonso Alba, David Ojeda y José de Jesús Sampedro, además de invitar a la lucha social con el sudor de la grilla, incluía textos de Pedro Ángel Palou, Elvira Bermúdez, Armando Adame, Víctor Hugo Rodríguez Bécquer, Uriel Martínez, entre otros. Por motivos que desconocemos, el suplemento dejó de aparecer a principios de 1985, y casi de manera inmediata comenzó a publicarse otro, titulado “El Sol de Zacatecas en la cultura”, coordinado por Yolanda Sierra, al parecer desde San Luis Potosí, y el cual no llevaba una numeración de sus ediciones.
Así pues, fue “Krisis” el primer suplemento cultural zacatecano del que tenemos noticia, cuando El Sol de Zacatecas costaba 30 pesos de los viejos, en 1984. Antes de eso no encontramos nada en una primera aproximación.
Hace 41 años, cuando El Sol de Zacatecas comenzó a venderse en 1964 por la módica cantidad de 30 centavos, era parte de la antigua cadena “García Valseca”. La página dominical de ese entonces contenía patrones de costura patrocinados por el instituto Singer, la receta para la torta nupcial, y de información cultural no aparecía casi nada, salvo una columna llamada “La mirilla indiscreta”, de amplias ambiciones temáticas, pues lo mismo hablaba sobre política y cultura, que sobre educación y agronomía.
Abriendo varios ejemplares de El Sol de Zacatecas de 1980 al azar, lo más cercano a que encontramos a los temas culturales fue una nota cuyo encabezado reza: “Murió un músico al chocar”. Cinco años después figuraba una sección titulada “Ex libris”, y aunque tal nombre podría sugerir una propuesta especializada en la cultura, lo cierto es que hablaba lo mismo sobre educación, que sobre el Kid Tanaka o el Ratón Juárez.
Una característica del periodismo cultural del siglo XX, y que lo hace más difícil de reconocer como tal, es que se le suele mezclar con las notas de sociales, tendencia que gradualmente ha ido desapareciendo, pues la cultura, sus hacedores, sus espectadores, por llamarlos de algún modo, reclaman espacios propios.
Por supuesto que hay otras publicaciones en Zacatecas además de los periódicos, como son Corre Conejo, Dosfilos, Sigma o la desaparecida Finisterre, que son propiamente revistas literarias que no se inscriben estrictamente dentro de lo que el canon definiría como periodismo cultural.
En TC establecimos una critica versada en el funcionamiento de las estructuras culturales, es decir: todo el proceso que inmiscuye tanto a instituciones, como a promotores, artistas y públicos en el vasto universo de la cultura. Contra los señalamientos de algunos de nuestros atentos lectores, no estamos de acuerdo en que entre nuestras misiones como periodistas haya figurado la de hacer crítica de arte, pues ésta se sale de nuestra competencia profesional.
Cada disciplina artística reclama especialistas que profundicen en su crítica, basados en el conocimiento y no en la subjetividad desprovista de elementos de juicios en la que desgraciadamente solemos caer los periodistas de la fuente.
Imagínense a un periodista que va a un concierto, al día siguiente a una obra de teatro, y luego a la presentación de un libro. ¿Qué vamos a saber sobre composición, de un cuadro, sobre técnicas, si usamos palabras como “gráfico” y “pictórico” como si fueran sinónimos? ¿Cómo vamos a criticar una obra de teatro si no tenemos los elementos básicos como dramaturgia, actuación o recursos escénicos? No tenemos la formación requerida, y la índole de nuestro trabajo no nos permite especializarnos. Zapatero, a tus zapatos. El periodista, aunque suene redundante, hace periodismo, y el crítico hace crítica. Por eso en TC preferimos invitar a Eric de la Rosa para que nos hablara de música. Al doctor Veremundo Carrillo, a Efraín Gutiérrez de la Isla o a Juan Antonio Caldera, para que abordaran temas literarios.
Sostenemos que existe periodismo cultural en Zacatecas, pero reconocemos que éste se encuentra aún en pañales. Estamos convencidos de que el periodismo es reflejo de una sociedad y crece junto con ella. Tal crecimiento no siempre es uniforme; hay retrocesos, accidentes y brincos. Se nos antoja como la imagen propuesta por Jodorowski, abrevada de la filosofía oriental, quien señala que el gusano, para avanzar, debe replegarse.