domingo, octubre 30, 2005

Otras calaveritas, nuevas calaveradas

(Desde el Wongnasterio)


EL ESPOSO DE MARTHA
(Presichente de Foxilandia)

Ya falta poco, señores,
ya falta menos de un año:
el foxismo y sus “valores”
se escurrirán por el caño.

Fue excelente mandadero
pues se quedó con el cambio,
aunque en tiempo electorero
pretende guiar al rebaño.

Calderón y otros panistas
quieren ser los herederos,
no hay ropaje que resista
a lavar el cochinero.


MARTHA, EL ASEGÚN DE FOX
(Integrante de la Pareja Presidemencial)

Se metió con Olga Wornat
muy enfadada la ñora,
a sus críos defendió
y le pisaron la cola.

Hoy padece doña Martha
el síndrome de Montiel,
ya se le escurrió la hiel
todo por andar de gacha.


ELBA ESTHER GORDILLO
(La mera mera del SNTE)

Ni los priistas la quieren
ni la Calaca ni el Diablo,
sus despojos no hay quien vele
y eso sí que fue un milagro.

Entre sumar y restar
se inclinó por lo segundo,
sólo le queda llorar:
su fracaso fue rotundo.

Las huestes magisteriales
ya ni siquiera la pelan:
ya se murió la maestra:
hieden sus restos mortales.


BEATRIZ PAREDES RANGEL
(Precandidata del PRI al DF)

La caballada está flaca
en la carrera a Los Pinos,
vamos a ver si destaca
doña Beatriz sin padrinos.

El DeEfe la requiere,
el DeEfe la reclama,
esta mujer si las puede
¡hay que apoyar su campaña!


ELECCIONES DEL 2006
(Con esos candidatos...)

Del panismo ni sus luces,
del priísmo ni se diga
(con Bejarano y Padierna
hasta El Peje se fatiga).

El destino nos aterra
-hay que echar mil exabruptos-
¿qué futuro nos espera
con políticos corruptos?


ROBERTO MADRAZO PINTADO
(Precandidato del PRI a la Presidencia)

Dicen que es muy lisonjero,
que siempre engaña a la gente,
por andar de mitotero
tiene fama de indecente.

Con el PRI quiere llegar
a Los Pinos sin excusas:
trota trota sin cesar
¡de la mentira ya abusa!

Dicen que en nuestro país
dan atole con dedazo,
¿para cambiar de raíz
requerimos de un Madrazo?


SANTIAGO CREEL
(Precandidato del PAN a la Presidencia)

En el camino quedó
un candidote sin tino,
ni su padre lo aprobó
mucho menos su vecino.

Por hacer sospechosismo
marcha Creel hacia el osario,
se sumerge en el abismo,
ya lo cubre este sudario.


EL PEJE LÓPEZ HABLADOR
(Precandidato del PRD a la Pejesidencia)

¿Dónde estás, Andrés Manuel,
dónde estás que no te veo?,
¿viajas ahora en corcel,
tu discurso es cotorreo?

Esto cantaba la Muerte,
esto escuchaba el hermano,
cuando se echaba la suerte
de Padierna y Bejarano.

Pero, milagro, señores,
todos andan en campaña:
don Andrés y esos ladrones
y otra clase de alimañas.


MONTIEL Y SUS JUNIORS
(Ex Precandidato del PRI a la Presidencia)

Estos chavos “empresarios”
-los hijitos de Montiel-
con ayuda del erario
hicieron fortuna a granel.

Su papi presume de honesto,
de brillante y convincente
¡qué futuro tan funesto
si llegara a Presidente!

Para fortuna de todos
declinó de última hora,
ahora los priistas bobos
proseguirán hechos bolas.


NORBERTO RIVERA
(Cardenal encardenado)

Hay que ser desobediente
con las leyes y el gobierno
¡ay de aquel que no confiese
pues caerá en el Averno!

Los curitas sin embargo
por todo brincan y lloran,
hasta el billete del narco
lo bendicen sin demora.


EL SECRETARIO ABASCAL
(Titular de Gobernación)

Fue patrono de la Iglesia
pues defendió sin medida
la objeción de conciencia
sin tragarse la saliva.

Todos tenemos derecho
de enfrentar cualquier medida,
aunque entregarse en el lecho
es pecado de Provida.


BERNARDO DE LA GARZA
(Candidato del Verde Ecologista)

Como todo verdecito
piensa descubrir el mundo,
vamos a ver si él solito
al país cambia de rumbo.

Dice que no tiene dientes
ni siquiera los colmillos,
aunque somos reincidentes
de viejos y nuevos zorrillos.

Ya presume de carita
como el gober mexiquense,
las muchachas no lo evitan
¡todas votan por calientes!

VÍCTOR GONZÁLEZ TORRES
(El Dr. Simi)

También el “doc” acarrea
mucha agüita electorera:
ya reparte vitaminas
y condones al que sea.


LA SUB 17
(Pa que aprendan los ratoncitos verdes)

Demostraron pundonor,
entregaron gallardía,
conquistaron con honor
el Mundial que se quería.

Ahora son los nuevos héroes
estos chiquillos fregones,
corretean cual lebreles
aunque meten muchos goles.


EL EJÉRCITO Y LA ARMADA
(En USA demostraron su entrega)

Hasta la tierra del gringo
fue el apoyo mexicano
y les tendieron la mano
sin reservas ni distingos.

El Ejército y la Armada
lucharon a brazo partido,
para abatir la desgracia
en que estaban sumergidos.

Qué diferencia, señores,
la respuesta mexicana
(con fusiles y marines
fue la ayuda americana).


WILMA, EL HURACÁN
(Más devastador que la clase política mexicana)

No se apellida Gordillo
ni tampoco es madracista,
es más letal que un ladrillo
en las manos perredista.

Todo el Caribe sacude
-y a los pobres yucatecos-
la marea sube y sube:
la desgracia ya es un hecho.


CHIAPAS EN DESGRACIA
(Pero no es culpa del Pablo)

Llueve llueve sin cesar,
ya se derrumban los puentes,
no se puede ni rezar,
se desbordó la corriente.

Tapachula y Tonalá,
Motozintla hasta Suchiate,
la desgracia estuvo allá,
es la zona de desastre.

El dolor hoy los agota
-la ayuda llega por aire-
el Soconusco y la costa
bajo las aguas se abaten.

El socorro llega en barco
-todos mandan lo que pueden-
incluso el encapuchado Marco
hasta su panzota mueve.


JOSÉ EMILIO PACHECO
(Premio Iberoamericano de Poesía García Lorca)

Es un premio merecido,
otro más para el poeta,
por los dioses es ungido,
que nos pase la receta.


CARLOS MONSIVÁIS
(Premio Nacional de Lingüística y Literatura)

El señor de los cachetes,
el señor de la melena,
se incendiará como cuete
pues ya Fox es su mecenas.

Que se peine, por lo menos,
cuando reciba su premio,
ya le tascaron el freno,
anda feliz el bohemio.

ROBERTO LÓPEZ MORENO
(Poeta originario de Huixtla)

La piedrona sigue firme,
pese a la lluvia que cae,
aunque las calles de Huixtla
bajo las aguas se abaten.

Quién lo iba a sospechar
que la desgracia estaría
en Escuintla y Huizachal
y en todas las rancherías.

El poeta de la costa
llora y canta a la desgracia:
En el sur de la nostalgia
nace rauda la congoja.



Por favor, consulte la siguiente página:
http://www.geocities.com/poetaoscarwong/

merddin48@yahoo.com.mx

lunes, octubre 17, 2005

Eraclio Zepeda: un clásico contemporáneo


Kutzi Hernández Galván
Debo advertir que para la presentación del volumen que reúne los libros Benzulul y Asalto nocturno, he procurado irme con tiento, pues nos encontramos frente a la obra literaria, sí, pero también frente a su autor: Eraclio Zepeda, de cuyo trabajo como escritor podría referirme de forma exclusiva, mas no dejaría de ser para mí un ejercicio forzado. Admitámoslo: nos encontramos frente a un hombre polémico, que no ha pasado desapercibido ni en las letras nacionales ni en la vida política de nuestro país. Estamos frente al cuentista, el poeta, el intelectual, pero también frente al hombre al que le tocó ser mediador en Chiapas justo cuando los ojos de todo el país estaban puestos sobre el levantamiento zapatista, y no vamos a negarlo, esa tarea histórica que Zepeda decidió asumir con toda responsabilidad, le ha marcado con una suerte de estigma, a grado tal, que a raíz de dicha participación, voces aisladas han llegado a desconfiar de su calidad como literato; craso error a todas luces; una falacia más, en el país de las falacias, pues calificar el trabajo de un escritor ya consolidado a partir de su desempeño en otros ámbitos, es como tratar de medir la densidad de una nube con un cronómetro.
Hago el anterior comentario desde la postura de que no debemos enfrascar a la literatura en una burbuja de cristal, ajena al contexto social en que la misma tiene lugar. Sabemos ya que toda manifestación artística es producto de su momento histórico, y una muestra clara de lo que aquí menciono es, precisamente, la obra de Zepeda, un autor imprescindible en la literatura actual mexicana, que junto con Rosario Castellanos, Ricardo Pozas o Carlos Antonio Castro, forma parte de lo que Joseph Sommers dio en llamar “El ciclo de Chiapas”. Pero así como la obra de la misma Castellanos no se circunscribe únicamente a una serie de características que la identifican con esta corriente, o con “El grupo de los ocho”, de la misma manera, la obra de Eraclio Zepeda va más allá de esta clasificación, que corresponde a su producción narrativa más joven, y que encontramos en Benzulul, publicado en 1959, el cual constituye la primera mitad del presente volumen.
Desde luego que hablar de la obra de Zepeda es hablar de Chiapas, que a estas alturas ha dejado desde hace mucho tiempo de ser una entidad federativa de la República mexicana, para convertirse en un símbolo con sentidos múltiples e inagotables que dudo mucho, pueda resumir aquí, pero intentaría hacerlo rápidamente ubicando a Chiapas como una paradoja del México contemporáneo: una tierra que está literalmente inundada, de agua, de verdor y de vida, pero también de muerte y marginación. De muertos y de olvidados, a quienes la literatura y la tradición oral intentan rescatar a toda costa. La chiapaneca es tierra pródiga en poetas y narradores, rica en culturas, en costumbres y lenguas —que los lerdos indistintamente han dado en llamar dialectos, bajo la premisa no dicha de “nosotros tenemos lengua, y los indígenas, es decir, los otros, apenas llegan a dialecto”, palabra usada arbitrariamente como sinónimo de infra lengua y no como lo que es: una variante de una lengua determinada.
Pero como ya lo dije momentos antes, si bien Chiapas es un referente importante, yo diría que primordial, en la obra de Zepeda, ésta no se queda ahí. Asalto nocturno, libro que guarda una distancia de 16 años respecto a Benzulul, es una evidencia de que el autor ha levantado el vuelo respecto a sus raíces, y ahora explora otros lenguajes, otros temas, otros escenarios, otros personajes: una pareja de ancianos anglosajones que viven una crisis conyugal en China, los habitantes de tres pueblos costeros —o acaso se trate del mismo siempre—, que dan vida a los cuentos “Los trabajos de la ballena”, “Capitán Simpson” y “Gente bella”; Lidia Petrovna, una aristócrata rusa exiliada en Cuba, o un boleador de zapatos y un caballo de bronce que sostiene a la estatua de Carlos IV.
Un gran escultor —ahora no recuerdo si fue Rodin— dijo una vez algo así como que el arte, más que creación, era un acto de eliminación; él sostenía que adentro de cada pedazo de piedra se encuentra una figura y que el trabajo del artista consiste en quitar la piedra que sobra alrededor. El trabajo del escritor es similar: más que el lápiz, es la goma la que contornea imágenes, precisa secuencias narrativas: delinea historias. El escritor camina entre la muchedumbre —como un príncipe, diría María Zambrano—; en medio de edificios, gritos, automóviles, olores y silbidos obscenos, divisa al boleador de zapatos, divisa una estatua ecuestre en Avenida Reforma. A diferencia del resto de los transeúntes presurosos, también divisa esa sutil conexión entre ambos. Con pericia, va eliminando del momentáneo paisaje todos los elementos sobrantes y sintetizando en una imagen la belleza de una metáfora urbana: la cabeza erizada de un caballo, reflejada en los ojos de un bolero ebrio de la ciudad de México. Es así como abre el cuento “El caballito”, en el que constantemente queda en evidencia el oficio poético del autor, a veces en imágenes, a veces a través del manejo del lenguaje, y en otras más, por el ritmo poético que de pronto palpita en varios pasajes:
A estas horas, medio día, con el verano cayendo a bocanadas, ardiendo sobre las avenidas, sobre los cofres de los camiones, sobre los rieles del tranvía, México huele a aburrimiento, el ruido se pone de mal humor al medio día.

En un momento dado, tuve la impresión de que esta vena poética en el autor, era característica de su obra más posterior; sin embargo, hay también en el libro Benzulul, frecuentes asaltos de una poesía joven pero inequívoca: “Dejá los muertos en paz. Preocupáte de los vivos. Ése es el peligro. Los muertos viven. Los vivos matan. La noche es larga, dura. Hay frío. Hay dolor. Hay gritos. Cuando asoma la madrugada, siempre hay nuevos muertos”.
Esta oportunidad que Eraclio Zepeda nos pone enfrente para degustar cada cuento, cada párrafo, cada renglón, es precisamente lo que da sentido a la lectura como un acto recreativo.
Amén de la sensibilidad poética de Zepeda, hay en sus cuentos —casi todos, un sentido del humor que a veces se vuelve abiertamente satírico, como en “Gente bella”, y en otras, se desliza suavemente en las sutilezas del humor negro, como en “Benzulul” o “Capitán Simpson”.
Para concluir, me permito proponer un criterio de clasificación de las obras literarias, que cada quien puede aplicar a su libre albedrío y que en realidad no es nada nuevo: por un lado, están las obras prescindibles, que pueden ser resumidas en términos anecdóticos en las charlas de café o en las reseñas dominicales (y así ahorrarnos muchas horas de lectura), y los libros imprescindibles, aquellos que por su propuesta conceptual, o estética, resultan irreductibles si pensamos en la experiencia existencial que nos regalan. El volumen que esta noche presentamos, desde luego, entra indiscutiblemente en esta última categoría, y no por nada, Eraclio Zepeda es hoy un clásico contemporáneo de las letras mexicanas.
(Comentario leído durante la presentación del volumen que reúne a Benzulul y Asalto nocturno, Feria del Libro, Zacatecas, Ex Templo de San Agustín, 12 de octubre de 2005)