martes, noviembre 09, 2004

No. 229. 7 de Noviembre de 2004

Farabeuf o la transgresión como medio de redención
Kutzi Hernández Galván



Y tú estás fija allí y yo te miro mirarme fijamente. Pretendes descubrir mi significado y te horroriza la sangre que mana de mi cuerpo y a la vez te fascina porque en su contemplación crees redimirte. No alcanza la distancia que hay entre tú y yo para contener este grito diminuto de la muerte...
(1)


I. Preludio
Farabeuf o Crónica de un instante de Salvador Elizondo, es considerada como una novela pionera de la "metaficción", estilo que en México se desarrollaría durante la década de los setenta y ochenta. Elizondo ha sido reconocido como un escritor representativo de la literatura mexicana contemporánea, específicamente ubicado en el movimiento literario contrapuesto a la cultura de masas que se dio en la década de los 70's. Publicada en 1965, Farabeuf es la primera obra de este escritor, gracias a la cual ganó el Premio Villaurrutia de literatura.
Elizondo ha destacado no sólo como novelista, sino como cuentista y poeta. Durante los sesenta le dio por escribir poemas en los que ponía de manifiesto violentas pasiones, apoyadas en técnicas semi-surrealistas.
Como influencias de su literatura se ha señalado a Joyce y Faulkner. Ha traducido a escritores ingleses y franceses, entre ellos Sartre, Valery y Ciorán, cuya influencia también se deja sentir a lo largo de la novela. Vale decir que el epígrafe preliminar a la obra es un texto de Ciorán, citado en su idioma original.
Salvador Elizondo nació en México en 1932. Según lo señala Emmanuel Carballo, fue siempre un niño mimado, cuya infancia “transcurre en la opulencia y, presidida por el ocio, tan anárquica como golosa”(2). En su literatura es notoria una actitud despreocupada hacia su entorno. No hay un asomo de interés por lo que ocurre en el ambiente sociocultural o político de su país. De hecho, los espacios en que se desarrolla la novela son fuera de México: una vieja casona en París, una playa ubicada en algún lugar de Europa, una plaza en Pekín. Elizondo sigue la inclinación universalista que en México comenzó a gestarse como una tendencia desde Justo Sierra a principios del siglo XX, pero que en este autor —acaso el primero en el país— se manifiesta de una manera absoluta.
Luis Humberto Farabeuf (1841-1910), según datan las enciclopedias de medicina, es el nombre de un médico y cirujano francés, especializado en la obstetricia, a quien se le debe la invención de diversos instrumentos quirúrgicos, así como una operación que lleva su nombre. Es autor, además, de numerosos tratados sobre anatomía y cirugía; a lo largo de su trayectoria fue condecorado con diversos premios por sus aportaciones a la medicina.
Todo parece indicar que Salvador Elizondo tomó únicamente a este personaje como referente para armar su novela en la que atribuye al cirujano un gusto por las prácticas de disección no sólo sobre los cadáveres, sino sobre el cuerpo de seres humanos vivos. Tales prácticas en la obra reciben el nombre de Teatro instantáneo del Maestro Farabeuf. Aquí, el personaje que da nombre a la novela aparece como un cirujano afable y tenebroso, un anciano siniestro de manos afiladas y movimientos precisos, vestido ya sea con su abrigo negro o con su bata blanca, manchada con excrecencias mortuorias. No hay precisiones en cuanto sus facciones. En esta novela, los rostros de los personajes aparecen como en blanco.

II. Crónica de un instante
¿Recuerdas...? (3)

Hemos recordado la respuesta a una pregunta que hemos olvidado...
(4)

La primera impresión que en el lector se puede presentar ante la lectura de Farabeuf, es horror. Las imágenes que se presentan son a veces tan estremecedoras, que entonces se quisiera olvidarlas rápidamente, olvidar la sensación que parece producirse en carne propia. Sin embargo, es su misma intensidad, así como el ir en contra de lo formalmente establecido, lo que a veces atrapa al lector con una nueva fascinación. A veces, el ser humano experimenta obsesiones relacionadas precisamente a las cosas más desagradables, o que se quisieran borrar de la memoria. Figuras mentales que surgen a veces de la nada, aparentemente, y que representan todo aquello que nos han enseñado a repudiar, pero que tarde o temprano emergen desde lo más recóndito hasta la superficie de nuestra conciencia; “...hay algo que su memoria persiste en mantener en el olvido— todas esas cosas que están hechas de olvido". (5)
Un símbolo claro que se puede encontrar en la novela respecto a lo inolvidable que resulta el contacto con objetos repugnantes, es el momento en que la mujer toma en sus manos una estrella de mar, casi sin darse cuenta. Luego de sentir su consistencia blanda y fría —como si preconizara el destino de su cuerpo—, la arroja lejos, en una actitud de aversión. Sin embargo, es esa sensación, esa escena, surgida del azar, la que persistirá con mayor fuerza posteriormente, como símbolo de lo que quisiera olvidarse, sin conseguirlo, por tratarse de un misterio que envuelve la misma identidad de la mujer:
...en esa capacidad de comprender lo que ella hacía al azar y sin sentido, por un capricho, residía la concreción y el significado del ser que ella se imaginaba, un ser anticuado, cruel, bello, vestido siempre de blanco, que se acoge a una caricia sangrienta y en cuyas manos lívidas persiste para siempre la sensación de una materia viviente, viscosa, que se pudre lentamente entre la punta de los dedos, un ser inolvidable que todo lo que toca lo vuelve inolvidable y que se cuela, de tan inolvidable, en la memoria y en los recuerdos de quienes nunca lo hubieran conocido. (6)

Farabeuf o La crónica de un instante resulta muy peculiar por la manera como está estructurada. Mucho de lo complejo que hay en la novela se debe no sólo a las técnicas del lenguaje que el autor utiliza, sino a las alusiones del acto carnal relacionado con el suplicio físico, mezcla que colorea esta obra con un tono de erotismo sádico-masoquista. Elizondo alterna diálogos y monólogos para formular una obra que comparte muchas de sus características estructurales con otras de su tiempo y que rompen con el esquema tradicional por uno más fragmentado, el cual demanda la participación del lector en la unión de las piezas, como si se tratase de un rompecabezas. Además, otro elemento distintivo que se añade a esta novela es un peculiar modo de acercarse una y otra vez a un mismo tema desde diferentes puntos de vista, como si se tratara de una película en la que se repite una escena desde distintos ángulos de la cámara. De pronto parece uno de esos raros largometrajes franceses, y no hay que olvidar la fuerte influencia de dicha cultura en su obra.
Las ciento setenta y nueve páginas de la novela giran en torno a un solo instante cuya duración es de un minuto y nueve segundos: un orgasmo. Un hombre, a veces una mujer, se dirige a un interlocutor mudo para hacerle recordar ese momento, una y otra vez. En otros apartados, el autor salta a momentos anteriores a ese instante, que constituye el eje de la obra.
Este juego en torno a algo tan fugaz como es un instante, pero que cuya fijación en la memoria depende precisamente de su intensidad, me hace relacionar la novela con el arte conceptual, difundido precisamente a partir de la década de los sesenta (Farabeuf fue publicada en 1965). Como expresiones típicas de este arte conceptual se encuentra el happening, la instalación, el performance, entre otras actividades artísticas, cuya característica má s sobresaliente es su carácter temporal. No se persigue la creación de un objeto artístico concreto, físico, sino la construcción de un momento, que aspira a fijarse en la memoria del espectador como una vivencia. Es por eso que estas expresiones están compuestas más por conceptos que por objetos. Su carácter de vivencia estética requiere forzosamente que el espectador participe de alguna manera, que pase de ser un sujeto pasivo a sujeto activo.
Por todo lo anterior, podría definirse a esta obra como una novela conceptual. Por su modo de violentar al lector con imágenes que se salen de lo establecido, Farabeuf podría asociarse con el hapenning, en donde no faltan las expresiones espontáneas de agresión hacia el espectador.
En las primeras lecturas a esta novela, el número de personajes que participan en esta novela resultó a primera vista un tema confuso para mí. Esto lo debo a que participan distintas voces, sin que se especifique la identidad de los narradores que sucesivamente intervienen en la construcción de la trama. En ocasiones, incluso, no se sabe cuándo termina el discurso de uno y cuándo comienza el del siguiente narrador. También me causó cierta confusión la presencia de un amplio espejo así como la alusión a las personas reflejadas en él, lo que me hacía pensar en únicamente dos protagonistas, mientras que el resto sería sólo un reflejo de ellos mismos. Conforme la lectura se fue desarrollando, los personajes se dibujaban más nítidos, por lo que pude reconocer a cuatro: el doctor Farabeuf, la Enfermera y una pareja de amantes, aunque no abandono la idea del todo de que los segundos sean reflejo de los primeros.
En la obra participan, además de los personajes, algunos símbolos de la cultura china, así como objetos y lugares específicos cuyo papel es importante en el desarrollo de la historia. La novela gira en torno al acto sexual, por medio del cual se supone que la pareja de amantes encontrar la razón de su existencia.

III. Tesis, antítesis y síntesis
Desde el comienzo de la novela se presentan elementos contrarios, los cuales constituyen pares correspondientes: Oriente y Occidente, el yin y yang, los trazos continuos y quebrados que forman los hexagramas del I Ching, las respuestas ‘si’ y ‘no’ que da la ouija, los elementos masculino y femenino, el día y la noche, la atracción y el horror, el olvido y la memoria, la vida y la muerte, y, sobre todo, el placer y el dolor. Al concluir la novela, veremos cómo todos estos elementos se fusionan; se trata de la síntesis formulada tras la unión de una tesis y su antítesis. Dicha fusión significa la consolidación del equilibrio, el cual es representado por un solo momento en torno al cual gira toda la novela: el momento del orgasmo, en el que placer y dolor se funde, en el que la pregunta y la respuesta se formulan como una sola, en el que es ya imposible distinguir al hombre de la mujer, por lo que el éxtasis es representado por un ser andrógino.
En varios pasajes de la novela, se alude a la mutilación como un estado caótico, desquiciante, horrible, pero necesario para la identificación del supliciado consigo mismo. Podría asociarse esto con el mito universal del caos, tras el cual surge la Creación. El Ser es posible sólo a través del sentido, mismo que aparece tras una crisis. Un elemento esencial para el encuentro con ese sentido es la mirada:

Bastará que en medio de esa pesadilla de tu cuerpo te mires reflejada en el espejo. “¿Quién soy?”, dirás, pero en tí misma descubrir s al fin el significado de esas sílabas que siempre habías creído sin sentido” (7)

La citada fusión de los contrarios da lugar al encuentro con el ser, que en la novela adquiere un carácter de universalidad. El rostro del supliciado es todos los rostros, su cuerpo es todos los cuerpos.
...tu cuerpo es más que eso; es la extensión del mundo vista desde una altura suprema. Nadie escapa a tu huida que todo lo congela y lo vuelve inolvidable. Tu carne, cuando yo la acaricio, sabe acoger en sí misma toda la crueldad del olvido. Por eso yo no sé cómo se llama ese hombre desnudo que atado a una estaca se somete a la vida para siempre. ¿Acaso no lo adivinas en su mirada? ¡Qué importa su nombre, si, ciega, sabré toda mi vida reconocer su carne, reconocer tu cuerpo que es el suyo! (8)

Esta integración con el todo puede traducirse como un encuentro con un dios, un espíritu supremo, cuya presencia ronda en la obra, sin ser jamás nombrada.
Al tratar de identificar el lugar que ocupa la mujer en la novela, me di cuenta que analizar este aspecto de la manera tradicional resultaba insuficiente para comprender la novela. No se trata, pues, de ubicar el papel de la mujer como estamos acostumbrados a hacerlo dentro de un ámbito social. En Farabeuf, el asunto va más allá, al grado de presentarse dualidades paralelas que en la novela resultan complementarias e integrantes de un todo en equilibrio. En el momento del orgasmo-muerte, ambos sexos se funden, desaparecen las fronteras y el ser humano alcanza su plenitud, representado por el ser andrógino antes mencionado.

IV. Perversiones sangrientas
...y una aterradora persistencia de esa imagen, como la fotografía de un hombre en el momento de la muerte o el orgasmo, se grabó en su retina ávida del color de la sangre. (9)

Más que un desprendimiento de los valores, en Farabeuf se da una perversión, o más exactamente, una transvaloración fuertemente caracterizada por la idea de que a través de la persistencia en los pensamientos y sensaciones profanos se llegar a la iluminación postrera. El cuerpo humano, considerado como algo sagrado, es objeto de caricias sangrientas, es decir, de mutilaciones con delgadas hojas de bisturí.
A lo largo de la novela se formulan preguntas que al principio aparecen oscuras, nebulosas. Lo único que permanece claro es que los personajes viven en una constante interrogación, la cual gira en torno a su propia identidad. La pregunta ha caído en el olvido, mientras que la respuesta ronda en la tabla de la ouija, en el tintineo de las monedas utilizadas en la consulta del I Ching, y se concentra en una fotografía tomada en Pekín, la cual constituye el detonante de las sensaciones que se despiertan en los personajes, y que al final determinar n la acción con que culmina la novela.
Dicha fotografía ilustra la tortura china aplicada al asesino de un noble. En medio de un público curioso, los verdugos han abierto su pecho y han dejado al aire sus costillas, para luego mutilar sus miembros. Su sangre se derrama en finos riachuelos que convergen en su sexo, escurriendo por las piernas.
Olvidada en un libro de medicina, la ilustración es localizada por una pareja de amantes, a quienes llama la atención el rostro del supliciado, que para ellos es de una belleza extraordinaria. Los ojos de la víctima representan un misterio que los envuelve a ellos mismos. En esa mirada se funden el placer y el dolor, el éxtasis que lo eleva a un grado tal, que es el único que mira hacia arriba, como si se tratara de un Cristo, mientras los demás inclinan la cabeza.
Esta imagen ha impresionado a los amantes, quienes viven recordándola a cada momento. Es así como se construye un discurso oscuro, lleno de preguntas y reiteraciones, con las que se enfatiza la obsesión de ambos por mantener la intensidad de las sensaciones provocadas por la contemplación del supliciado:
“¿Por qué?”, dijiste sin pensar que esa pregunta revelaba el misterio de nuestra existencia, dominada ya para siempre por la imagen de un criminal supliciado, cuya carne sangrienta y desgarrada era para nosotros el símbolo de una profanación exquisita. (10)

Esta intensidad llega a su punto más álgido en el momento en que los amantes deciden consumar su amor a través de la mutilación de la mujer acompañada con el coito. Este instante supremo es el que los conducirá a la respuesta tan ansiada: el sentido de su propia existencia. Es este instante el que encierra la esencia de la novela, el que sintetiza todos los elementos que se presentan en ella y los dota de sentido. Los contrarios se funden y se logra la consumación no sólo del amor de la pareja, sino que es la consumación de la misma novela.
Se ha mencionado ya la estrecha relación entre texto y cuerpo en Farabeuf. Salvador Elizondo encuentra la manera de construir con el lenguaje un juego tan complejo como es el lenguaje corporal. Pone voz a los impulsos eróticos que surgen del interior del ser humano y les da una tonalidad sado-masoquista. La novela se comporta como un cuerpo. Lo que tradicionalmente es conocido como el nudo en el relato, aquí se convierte en orgasmo, en éxtasis que se expresa en ese solo instante, y que se prolonga con los pasajes que lo acompañan, no exentos de cierta poesía. El coito final se convierte en el abrazo definitivo.

V. La contemplación
Cuando cerré los ojos la fascinación de aquella carne maldita e inmensamente bella se había apoderado de mí. (11)

Es evidente la importancia de la mirada en el proceso que se da en Farabeuf. Mientras que el lenguaje constituye un canal entre las ideas y los personajes, la mirada es el vínculo entre los personajes y la realidad. Es la visión lo que provee a éstos un sentido de identidad. De ahí la importancia del espejo:
¿Quién hubiera podido imaginarnos con tanta realidad como la que hemos podido cobrar ahora? Tanta que este espejo ha llegado a reflejarnos y en él se han encontrado nuestros rostros tantas veces. Tú recuerdas todo esto ¿no es así? Hemos jugado, innumerables veces, a encontrarnos de pronto en el espejo. Hubiéramos pasado a formar parte de una realidad ajena a nuestra vida si en verdad allí nos hubiéramos encontrado. Hemos jugado a tocar nuestros cuerpos sobre esa superficie fría, a besarnos en la imagen reflejada sin que nuestros labios se tocaran jamás. (12)

VI. Por último
El coito: “esa intervención quirúrgica que el hombre realiza en el cuerpo de la mujer”. (13)

Si bien se ha hablado en el campo de la psicología de que el miembro masculino puede, en determinadas circunstancias, convertirse en un instrumento no de amor, sino de castigo, en Farabeuf ocurre exactamente lo contrario. El bisturí, como el pene, se convierte en una herramienta no de agresión al cuerpo humano, sino de expresión de amor. Ciertamente la idea es demasiado extravagante. Resulta difícil concebir este tipo de relación amorosa como algo placentero, tanto para el “verdugo” como para la persona sujeta a la mutilación. Elizondo lo ha hecho y nos reta a recrear esa imagen y ese concepto que propone, con lo que nos hace volver sobre nuestros pasos y corregir: resulta difícil, por lo menos en lo particular, concebir, fuera de la ficción, el placer en el dolor de la mutilación. Dentro de la ficción, es decir, en la lectura de la novela, esta imagen no puede ser vista ni mirada, sino contemplada, es decir, en suspensión, como la mirada boquiabierta de un niño frente al prodigio de un espectáculo que se escapa de lo que alguna vez había concebido pero que, al mismo tiempo, estaba por concebirse. En esto reconozco una transgresión de las estructuras propias —y colectivas dentro de lo propio—, en periodo de latencia. De lo contrario, es decir, sin esta íntima semilla transgresora, sin esa imagen que, sin existir, estaba por concebirse, lo único que queda es huir, renunciar a la lectura de Farabeuf.


Notas:
(1) Elizondo, Salvador, Farabeuf, ed. por Joaquín Mortiz- SEP, primera edición, Colección Lecturas Mexicanas, número 14, México, 1985, p g. 135
(2) Cit. en La Narrativa Contemporánea, México, editorial Patria, segunda edición, 1992, tomo 2 de la colección “Clásicos de la Literatura Mexicana”, pág. 443.
(3) Elizondo, Salvador, op. cit. pág. 9 y ss.
(4) Idem, pág. 91.
(5) Idem, pág. 107.
(6) Idem, pág. 20.
(7) Idem, pág. 179.
(8) Idem, pág. 163.
(9) Idem, pág. 109.
(10) Idem, pág. 109.
(11) Idem, pág. 54.
(12) Idem, pp. 21-22.
(13) Idem, pág. 93.
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LIBRÉMONOS

Zerjei Vuvka, el saltador imbatible
Juan Luis Nutte

Escribir un libro de cuentos es proponer mundos alternativos, que se sostengan en la viveza de sus personajes, anécdotas, lenguaje y sobre todo en la forma para narrarlos de tal modo, que terminen seduciéndonos, involucrándonos en el pequeño trozo de espacio-tiempo en el que el cuentista desea meternos y arrancarnos de nuestras propias circunstancias. Así, Francisco Javier Estrada hace en este libro de relatos (Zerjei Vuvka el saltador imbatible), lo que recomienda Anderson Imbert: escribe en forma de O, no en forma de bostezo, sino de tal modo que el lector no pueda ni quiera escaparse hasta concluir la lectura. Y aún más difícil es escribir en primera persona, quizá sea más limitado el punto de vista aunque más neto y variado, sin embargo Francisco Javier Estrada se aventura con sorprendente pericia: sus personajes son sinceros, no sobreactúan… estos relatos tienen un halo de narración oral, más que para ser leídos en privado, son para compartir en voz alta. Los personajes de estos relatos, me atrevería a decir, son clara muestra de los toluqueños- con excepción de Zerjei Vuvka-, con ellos se reconstruye y se hace crónica de la provincia a partir de la vida que llevan los personajes: burócratas, parias, millonarios venidos a menos, trinqueteros, locos e incluso la misma palabra, personaje de uno de los cuentos más ambiciosos del libro, titulado La odisea. Sus personajes cínicos asumen su sino sin chistar, saben que si sufren o gozan es su destino y no hay vuelta de hoja.
Los personajes de esta colección de relatos son proclives a la ensoñación y la nostalgia; recurrentes asiduos del recuerdo, se desenvuelven a sus anchas en los espacios condicionados por su rasgo social sin lamentarse, sin resignación, todos reconocen su sitio y el ajeno. Se definen por tener o no tener, por vivir en un espacio donde la conciencia de la pérdida determina sus acciones y pensamientos.
En estos relatos se evidencia el amor a la ciudad y al ser humano. Cuentos como Sinatra y los novios son clara muestra de un relato amoroso sin llegar a lo cursi, lo principal de su asunto es la ciudad de Italia, el jazz, Sinatra y la nostalgia del primer amor con el ansia de recuperar el tiempo ido, además en él, se demuestra que el hombre enamorado puede reconciliarse con su entorno; otro cuento amoroso es el titulado Los novios, aquí Francisco Javier Estrada nos desvela que es mejor la irrealidad a lo cotidiano: el alma y la esperanza perdida de un viejo burócrata, revive gracias a un espejismo de miope: confunde a unos arbolitos con una pareja de amantes…Así, para finalizar, debo decir que los personajes de Francisco Javier Estrada iniciando por Serjei Vuvka, son saltadores de sus propios obstáculos y leyéndolo quizá aprendamos a hacer lo mismo.

Estrada, Francisco Javier. Zerjei Vuvka, el saltador imbatible, Cuadernos del borde. 2003.
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LA ROSA DE LOS VIENTOS

Diezmo
Enrique Montañez


I


Vienes del mar
mujer espuma tibia,
blanca fortaleza
de pasillos trémulos.

Llegas como el sol
despacio y a ciegas
con furia desmañanada;
doblegando mi sangre
al capricho de tu vientre
ensimismado en su caudal.

No hay noche en ti,
sólo luna donde
late tu pecho dolido,
estrellas donde tus labios
resguardan el canto sideral.

Cuerpo de arena
Todo
al que mis dedos
se aferran inocentes
con la certidumbre
del vértigo.

II


Apacible no es tu desnudez
detrás de tus poros
la tormenta golpea por salir.

Erosiona tu cuerpo
sudor sexual
en desmesura convocado,
melodía salina
de arpegios diluvianos.

Te sobreviene la calma
naufraga la agitación
de tus caderas...
palpo tus muslos lluviosos.

Tendido a tu lado
se respira la marea,
languidecente se aleja
hacia la profundidad
de su nido clitoral.


III

Inundada mi cama
de tu cuerpo
que se deshoja
con la premura
de mis caricias.

Te levantas dejando
huérfanos gemidos,
espacio caótico
de humedades
ya sin nombre.

El tiempo despierta
con tu vacío,
marca sus pasos de navaja
sobre mi pecho arrasado:
gruta ciega sin tu latir.
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EL CORREO

Derecho de réplica
Publicamos, tal cual la recibimos vía mail, la siguiente réplica:


Zacatecas, Zac., a 3 de noviembre de 2004

Estimada Kutzi:
En su texto “Las manifestaciones de la cultura vernácula” publicado el día 31 de octubre en el suplemento Trópico de Cáncer que tan atinadamente dirige y donde hace referencia a las tres reuniones realizadas en la Galería Arroyo de la Plata nos permitimos precisar lo siguiente:
1. Efectivamente se realizaron tres reuniones en la citada galería pero sólo a la primera fue invitado el Presidente Municipal de Zacatecas. En ella hubo un intercambio de ideas acerca de su proyecto cultural y, efectivamente, se habló de la obra pública en el centro histórico y sobre la iluminación de algunos edificios. Por cierto en esta reunión el edil aprovechó para presentar a quien será encargado del Departamento de Cultura del Municipio.
2. Dicha reunión se realizó a iniciativa de Cuauhtémoc Padilla Bernal y de Javier Cortés, contando con la autorización de Martín Ocampo, dueño de la galería y a quien aprovechamos para agradecer su hospitalidad.
3. Los organizadores no pensaron en la necesidad de que estuviera la prensa ya que la reunión se planeó desde un principio como una charla informal.
4. La presencia del señor Rolando Cantú se debe a su doble condición de periodista cultural y creador, como es bien sabido por usted.
3. Efectivamente en la primera reunión se consumieron tres botellas de mezcal y esto abona a la condición informal de la reunión.
4. En dicha reunión se pensó en la conveniencia de poner por escrito lo discutido en ella por lo que se programó una segunda en donde se revisó un borrador y una tercera en la que se decidió el contenido definitivo del Manifiesto publicado.
5. Se pensó, efectivamente, en la utilización de los medios impresos para dar a conocer dicho texto. La prueba es que el Manifiesto ha sido publicado en los diarios Página 24 e Imagen los días 25 de octubre y 29 de octubre, respectivamente.
6. Desde un inicio se pensó en la publicación simultánea en los tres periódicos locales el día domingo 24 de octubre, pero problemas de orden financiero no nos permitieron dicha publicación.
7. Es conveniente mencionar que el consumo de mezcal fue en descenso ya que para la tercera reunión no se consumió ninguna cantidad.
Desde la primera reunión se previó que la respuesta que tendríamos sería la descalificación. Antes de la publicación del manifiesto recibimos, vía prensa, la de la hermana del anterior alcalde donde pone en duda nuestra “autoridad moral”. En la tercera reunión recibimos la descalificación de Juan Manuel de la Rosa, a quien no le gustó el tono del texto y nos recomendó que pidiéramos ayuda profesional. Es normal que alguien mande a su hermana a defenderlo y que se defiendan privilegios duramente ganados; pero nos extraña recibir su descalificación por el hecho de no invitarla y por beber alcohol. Creemos que lo que debe juzgarse es el contenido del Manifiesto, donde creemos ser seriamente propositivos y no la forma en la que llegamos a él.
Si, como se dice vulgarmente, el Señor Rolando Cantú le contó el chisme completo, deberá estar enterada que la reunión continuó fuera de la Galería y que con entusiasmo compartimos todavía otro rato con los periodistas, locales y enviados nacionales, que llegaron casi al final de la reunión, en conocida cantina de la ciudad. Reuniones como esta son enriquecedoras y creemos que ésta no será la última y para las próximas cuente con nuestra respetuosa invitación.
Atentamente

Javier Cortés
Emilio Carrasco Gutiérrez
Luis Enrique Gutiérrez García
Armando Haro Rodríguez
Cuauhtémoc Padilla Bernal
Tarcisio Pereyra Flores
Jesús Reyes Cordero
Eduardo Román Quezada

Respuesta
Agradezco su réplica. Al igual que ustedes, creo que debe atenderse el contenido del manifiesto —ustedes dicen que éste debe “juzgarse”, expresión que yo cambiaría por “analizarse”—. No lo hice en mi columna pasada porque no había recibido dicho documento, el cual ya me fue enviado a petición expresa; después de una rápida lectura, lo único que puedo decir por el momento es que la redacción y el estilo pueden mejorar muchísimo. Posteriormente haré un análisis más profundo.
Nunca hice descalificaciones hacia sus esfuerzos por aportar ideas, ni porque no me hayan invitado, y mucho menos los descalificaría por beber alcohol. Si así lo pareció, no fue esa mi intención. Por otra parte, no abona a la “condición informal” de una reunión la presencia del señor Gerardo Félix en su calidad de presidente municipal, máxime cuando éste dio a conocer a la comunidad artística quién es el nuevo encargado de cultura.
Siento de ustedes cierto resquemor en su alusión al hecho de que Rolando Cantú nos haya contado “el chisme completo”, como ustedes lo llaman. Debo mencionar que los periodistas de la fuente cultural sostenemos un ambiente de unión que permite que el intercambio de información entre nosotros sea la cosa más natural del mundo. Por otra parte, lo que hayan ustedes hecho posteriormente a la reunión no lo considero de trascendencia pública, por lo que pudieron haber obviado tal punto en su réplica.
Creo que tenemos concepciones muy distintas sobre lo que es “utilizar a los medios”. Cuando les hice la invitación a ello, me refería a que se acerquen a estos espacios de que dispone la ciudadanía para expresarse y que siempre han estado abiertos, hasta donde sé. Lo más barato del mundo es descalificar el trabajo de los periodistas, como veo que hacen ustedes en su manifiesto, porque de por sí somos blanco fácil para ello; aquí lo malo es que se generaliza al gremio y juicios de tal jaez raramente son hechos con seriedad. El reto, en todo caso, es ser congruentes con sus críticas, y hago este comentario únicamente a la luz de su manifiesto.
La semana pasada dije en mi columna que en teoría, es positivo el que los artistas sean participativos dentro de una sociedad. Pero si todo esto sólo sirve para caer en las descalificaciones, más valdría quedarnos callados.
Nuevamente les reitero que el espacio está abierto a la crítica propositiva y con sustento.
Respetuosamente
Kutzi Hernández Galván.
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Por iniciar, octavo tour de cine francés


Del 15 al 21 de noviembre de 2004 se realizará el 8° Tour del Cine Francés en México, organizado en Zacatecas por Promotora Cultural de Zacatecas, en coordinación con instituciones culturales y empresas del país.
Las películas serán proyectadas en dos funciones: a las cuatro de la noche y a las nueve de la noche. La entrada tendrá un costo de 35 pesos y se venderán bonos de cien pesos por cuatro películas, con derecho a una cortesía al dos por uno. Informes a los teléfonos: (492) 92 511 93 y 92 276 48.
Gracias a la respuesta del público y a la promoción y apoyo de los medios de comunicación, este evento ha crecido de manera considerable, tanto en cantidad de espectadores, como en la calidad de las películas francesas exhibidas, las cuales se caracterizan por haber participado en festivales internacionales como: Berlín, Rotterdam y Málaga; además de contar con nominaciones en los Premios César.
La selección de películas exhibidas este año estuvo a cargo de Cinemas Nueva Era, quien logró obtener lo mejor de la producción cinematográfica francesa del último año.
El Tour dará inicio el lunes 15 de noviembre de 2004 en la Ciudad de Zacatecas, en Multimax Cinemas, con la proyección de las siguientes películas:
- 15 de noviembre: “France Boutique”, comedia dirigida por Tonie Marshall - Nominada a la mejor actriz de reparto, Judith Godrèche, en los Premios César 2004.
- 16 de noviembre: “Podium”, comedia dirigida por Yann Moix – La comedia más exitosa de Francia en el último año.
-17 de noviembre: “El Secreto del Malabar Princess”, comedia dramática dirigida por Gilles Legrand.
- 18 de noviembre: “Gran Escuela”, drama dirigido por Robert Salis – Selección oficial del Festival de Rótterdam 2004.
- 19 de noviembre: “25 Grados en Invierno”, comedia dramática dirigida por Stéphane Vuillet - Selección oficial del Festival de Berlín 2004, Premio del Jurado “Berliner Morgenpost” al mejor director en el Festival de Berlín 2004 y Selección oficial del Festival Español de Cine de Málaga 2004.
- 20 de noviembre: “Los Niños de la Lluvia”, animación dirigida por Philippe Leclerc – La mejor película animada de los últimos tiempos.
- 21 de noviembre: “París, Clara y yo”, drama romántico dirigido por Arnaud Viard.
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Perú, homenajeado en la FIL
La literatura, la cultura y el arte peruanos serán los invitados de honor a la XIX edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que se celebrará del 26 de noviembre al 4 de diciembre de 2005.
El acuerdo entre el gobierno de Perú y la FIL fue firmado en el Palacio Torre Tagle por Luis Solari Tudela, vicecanciller y secretario de Relaciones Exteriores, Raúl Padilla López, presidente de la FIL, y Nubia Macías Navarro, directora general de la Feria.
“Perú es una de las más sólidas y diversas de América. Su influencia cultural en el continente, con Machu Pichu como símbolo, se extiende a través de una poderosa literatura representada por importantes escritores, desde el Inca Garcilaso de la Vega, Vallejo, Mario Vargas Llosa y Julio Ramón Ribeyro, quien ganó el Premio Juan Rulfo, entre otros”, dijo Raúl Padilla, presidente de la FIL.
Cristina Sánchez-Andrade, ganadora del Premio Sor Juana 2004
La escritora española Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) resultó ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2004, que otorgan la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la Sogem y la Asociación de Clubes de Libro, AC. de Guadalajara. Ya no pisa la tierra tu rey es el nombre de la novela que presentó al concurso, la cual está publicada en la editorial Anagrama.
El premio Sor Juana busca la difusión de la obra de escritoras cuya lengua de expresión sea el español y consiste en cien mil pesos mexicanos, la traducción al inglés y publicación de la obra.
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Cartearte es el nombre del proyecto que Juan Manuel García Jiménez, Inti Ehekatl Magadán y Mario Adrián Magadán promueven, con el objeto de difundir la literatura. No se extrañe usted si recibe un sobre como este, cargado de poemas.
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EN ESTA ESQUINA...

Kutzi Hernández Galván
Egresada de la carrera de Letras por la UAZ. Ha publicado en El universo del búho, Lajornada Semanal y Ventana interior. ha coordinado la edición de diversos libros, como las antologías de Trópico de Cáncer. Ha obtenido tres premios de periodismo a nivel estatal. Actualmente cursa el Diplomado en Gestión Cultural, Nivel II.

Juan Luis Nutte
(1972) Realizó estudios de literatura en la UAM Iztapalapa, y cursó el diplomado en creación literaria de la SOGEM. Fundó y dirigió la revista El Castillo, y actualmente participa en el consejo editorial de la revista Cuiria.

Salf
Equilibrista entre los asuntos mundanos que la cotidianidad reclama y el ludismo de sus dibujos, Salf toca en un grupo de rock con especial fruición, a la vez que escribe sobre el tema con igual deleite.

Enrique Montañez
(Monterrey, 1973) Egresado de la carrera de Letras Hispánicas por la UAM. Fundador y director de la revista literaria Cuiria. Ha publicado en diversas revistas; participante en el Festival Internacional de Cuento Breve y en diversas mesas redondas sobre literatura.

jueves, noviembre 04, 2004

No. 228. 31 de Octubre de 2004

MUSEO DE POESÍA
Efrén Alfonso García Botello
Luis Buñuel: “Olor de Santidad”
uego de una larga y penosa enfermedad, el cineasta Luis Buñuel murió el 29 de julio de 1983 en la ciudad de México. Algún ensayo lo señala como “autor de uno de los espacios definitorios del cine mexicano”. Hispanomexicano, nacido en 1900, iniciador del surrealismo en el cine con Salvador Dalí, con Un perro andaluz (1920), culmina una de las trayectorias más brillantes del cine con Ese obscuro objeto del deseo (1977). Su autobiografía quedó plasmada con la colaboración del que fuera su guionista: Jean–Claude Carriere, bajo el título “Mi último suspiro”.
México debe a este creador obras como Los olvidados (1950), Subida al cielo (1951), Él (1952), Viridiana (1958), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965); entre otras que le valieron reconocimientos a nivel internacional en los festivales de cine más famosos del mundo: Cannes, San Sebastián, Basilea, etc.
El texto que se transcribe fue escrito en 1929. Contaba el autor con 29 años. Un texto raro en Buñuel, y hasta donde sabemos, la única muestra de su genio creador en el terreno expresamente poético. Aunque también nos debería extrañar que fuera el único que el artista escribiera. A esa edad todavía están frescas sus experiencias y andanzas amistosas con toda una generación de españoles que dejarían para siempre su marca en la cultura no sólo de su país, España, sino del mundo entero: García Lorca, Salvador Dalí, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, por nombrar sólo los más conocidos. Se nota en el texto la influencia directa de esa generación poética a través de un lenguaje que aún hoy parece radical, y que de alguna manera nos remite a Alberti y a Alonso. Sorprenden un par de renglones que irremisiblemente nos recuerdan aquel trágico once de marzo, y que el autor, seguramente, hubiera borrado. Esta incursión literaria es prácticamente ignorada por Buñuel en su autobiografía, que se centró, sobre todo, en su quehacer fílmico.
Sin dar ninguna referencia en torno al breve texto, la ya desaparecida revista Encuentro lo publicó en nuestro país en algún no-viembre de inicios de los ’80 (carecemos de la referencia concreta), precisamente para homenajearlo en la víspera del día de muertos, con un escrito de su propia autoría, y en donde se plasma la paradójica situación de un joven creador que, teniendo todavía la vida por delante, alude a su propia muerte a través de un inusitado y sorprendente poema en prosa.

OLOR DE SANTIDAD
Luis Buñuel



Alguien me dio el empujón fatal. Comencé a deslizarme a una velocidad vertiginosa por un tobogán vertiginoso. Acelerado matemáticamente. Interplanetariamente. Tendido en los 45 grados, con la sensación de haberme convertido en uno de esos tornillos que sueltan las estrellas precipitados a un millón de vueltas por segundo. Todo vorágine, vueltas, siseos, gritos, flechazos, estómago en la garganta, hurras de muchedumbre, gloria, suspenso, temor, frío.
¡Que me estrello! ¡Que me estrello!
Pero nunca llegaba el final de mi caída. Cada vez me sentía más desenfrenado tobogán dentro del tobogán.
Vueltas de peonza de enésima magnitud.
Descenso de columna de termómetro.
Frío de millones de estrellas perforando mi nariz.
La gravitación era tan exagerada que me eché a reír.
¡Hala! ¡Hala! – Gritaba la muchedumbre por momentos más enfurecida.
Los siglos se hacían segundos en aquel tobogán rayado como un mauser.
Cuando ya desesperaba de encontrar reposo, prodújose una terrible explosión como cuando estalla el planeta Saturno en un tranvía lleno de gente.
Sentí de pronto una languidez ecuatorial. Un manto de armiño puesto amorosamente sobre los hombros. Un sosegarse de todas mis vísceras, hasta entonces con los pelos de punta. Una somnolencia. Una mano o un ala que se posaba en mi frente. Y una voz eterna que me decía “Ya puedes morir”.
Y sentí la entrada de la muerte, de mi muerte, que era como la primera sonrisa de un niño.
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¡Las calaveras!
Panteón de la literatura popular

Por Martín Letechipia Alvarado

A lo largo de los siglos han existido personajes trashumantes que con su pregón y sus artificios han sido la prensa popular, la voz colectiva y en algunos casos hasta la conciencia y el sentir de los pueblos. En Europa lo fueron algunos trovadores, los juglares y los histriones del renacimiento. En México desde los teokiklistlis, hasta los populares y hoy injustamente olvidados corridistas de la Revolución.
El corrido en nuestro país ha sido pregón, prensa, denuncia y soporte de la literatura genuinamente mexicana (como bien anotara Vicente T. Mendoza) se difundía en labios de los cantores populares en las calles, ferias, portales, plazas, campos o en hojas sueltas impresas en papeles multicolores y que a inicios del siglo XX eran materia de intenso consumo; no hubo por aquellos días acontecimiento trascendente que no fuera relatado, descrito, comentado o entonado en verso a través de los corridos.
Otra de las tradiciones de la poesía popular semejante al corrido en estructura y forma de difusión, son “las calaveras”, las cuales son versos dedicados al día de muertos a los amigos (cuando se trata de vacile amistoso) y a los enemigos (sobre todo si son políticos) y se valen para construirse de un epitafio-epigrama lacónico, acorde a los acontecimientos que se viven.
En el año de 1968 el escritor y dibujante Eduardo del Río, dedicó un número de su famosa revista “los agachados” al tema de las calaveras, algunas de sus anotaciones lo mismo que las reflexiones sobre poesía popular de Luis Miguel Aguilar, son las que quiero compartir en este artículo.
Las calaveras, siguen siendo hoy en día una manifestación de un periodismo valiente que ha desaparecido en muchos lugares por temor a las represalias de los grupos en el poder y que el pueblo retoma de manera anónima o no, para denunciar muchas veces los abusos y los defectos de los personajes de la vida pública.
Ahora bien, las calaveras en su forma más pura son “versitos”, poesía entendida esta no solo como discurso escrito, sino en su más diversa manifestación, como podrían serlo las canciones “la llorona” o “la canción mixteca”, como lo puede ser el huapango, las décimas de los jaraneros y las valonas de Michoacán, los sones de Jalisco y la trova yucateca, los verso para cantar la lotería, las adivinanzas, la lírica infantil, las canciones de Agustín Lara, Álvaro carrillo, incluso Cri-Cri.
Esta no requiere librerías y se cuenta o trasmite de manera oral con “la memorización de oídas”. Es indiscutible que el pueblo de México es consumidor de poesía en cualquiera de sus formas y aunque a veces no sepa, tal vez como anotara Antón Chéjov: “El público realmente ama ese arte aquello que le es largamente familiar, aquello con lo que se ha acostumbrado a crecer”.
Pero la poesía se renueva, tiene una trascendencia al cambio, a las libertades formales, temáticas y muchas veces escapan a las reglas de la formalidad o a la imposición estética.
Mientras que para los pocos que forman el gusto moderno la poesía se lee, para los muchos del gusto popular la lectura es la antesala de la declamación. Mientras los pocos dicen poemas, los muchos dicen poesías, mientras los pocos dicen: “recuerdo esa línea de…” los muchos dicen “échate un versito” (como es el caso de las calaveras).
El origen de las calaveras se esconde seguramente en la lírica satírica del último periodo de la independencia, pero no se tiene constancia de ellas (por lo menos hasta donde llegan mis investigaciones) hasta finales del siglo XIX; en este siglo fueron incluso la única forma autorizada por el gobierno para hacer crítica del mismo.
Los versos de la calavera, desde sus inicios se publicaban en hojas sueltas de papel manila o china y también se imprimieron en los periódicos locales y algunas revistas.
Las calaveras, eran llamadas también “panteones”, en sus inicios ya que por lo regular se ilustraban con imágenes de tumbas, túmulos o piras funerarias.
Uno de los “panteones” impresos más antiguos data de 1885 y apareció en el periódico semanal conocido como “la patria ilustrada”. La publicación era de corte conversador y dedicó a esta calavera al gran escritor Ignacio Manuel Altamirano.

Con talento soberano
en la vida manejó el estro
mas no pasó de maestro
el maestro Altamirano.

De la misma época fueron las siguientes calaveras:

General Miguel Negrete
Fue en política un Dantón
fue un Napoleón por la espada
pero pasó el Rubicón
y yace aquí en conclusión
en el polvo de la nada

Díaz Mirón
Yace en un triste lugar
un tribuno popular

Gral Sostenes Rocha
Quiso abarcar el mundo
como atleta
y murió sin tener
una peseta

A principios del siglo XX el editor Antonio Venegas Arrollo, desarrolló una labor importantísima en el terreno de la ilustración y la literatura popular, en sus talleres de grabado se realizan los mejores trabajos de Manuel Manilla y José Guadalupe Posada, antiguos trabajadores de la gráfica.
Posada, es bien sabido fue un revolucionario del arte, del grabado teniendo como tema más difundido el de la muerte; en total se le reconocen la paternidad de casi 200 calaveras, las cuales ilustró y han dado vuelta al mundo, ejemplo de estas son las siguientes:

Agustín El Albañil
Tú fuiste un buen albañil
cargaste sobre tus hombros
los adobes, los escombros
con dificultades mil
con una destreza rara
cargaste con tu cuchara
al pasar a otra vida
y hoy tu cara es convertida
en calavera muy rara

El pulquero
El pulguero Don Cenobio
de la “antigua primavera”
vende muy rico mazapa
y al marchante lo emborracha
haciéndolo calavera

La Güera
Era una preciosa güera
que en este mundo hizo raya
gusto de ponerse falla
capota y hasta montera
y sobre su calavera
hoy luce su añeja moda;
al andar menéase toda
como un bergantín velero
y ¡Ay! Vales con ese cuero
ni el frío, creo nos incomoda

Al pasar la Revolución, se estableció un control gubernamental en torno a la prensa, algunos políticos y sobre todo el presidente de la república no podían ser tocados y los versos de la calavera casi perecieron ante la amenaza de represión.
La prensa escrita se limita a criticar con los “panteones” solo a los artistas, periodistas y literatos, ejemplo de las calaveras de ese tiempo son las siguientes:

Diego Rivera
Este pintor eminente
cultivador del feísmo
se murió instantáneamente
cuando se pinto a sí mismo

Roberto (Panzón) Soto
Dicen que este soto estaba
tan furioso en los arcanos
mundos donde todo acababa
que en la tumba les echaba
albures a los gusanos

Rodolfo Gaona
Este genial matador
como empresa, no hizo nada
-¿Y murió de una cornada?
-no era tonto el señor

Joaquín Pardavé
Aparte sombra fingida
suelta, suéltame la mano
que aún queda el último grano
de mi faz embellecida

En 1939 se funda el taller de la gráfica popular y con ello se enriquece tremendamente la tradición de las calaveras ya que una de las actividades principales de este colectivo de grabadores era la de hacer crítica social. Las calaveras fueron el medio ideal para retomar el sentir y la poesía popular que tanto éxito tenía por aquel entonces.
En el taller de la gráfica popular, participaron artistas de la talla de Leopoldo Méndez, José Chávez Morado, Alfredo Zalce, Pablo O’Higgins, entre otros.
Algunas de las calaveras del taller de la gráfica que se hicieron muy populares fueron las siguientes:

Paren la oreja señores
sírvanse compadecer
a este pueblo que no canta
porque no puede comer
pues tal es la carestía
que así como sin querer
se comió su propia lengua
y al otro mundo se fue

El semanario Presente patrocinado por el presidente Miguel Alemán, también publica sus calaveras con el fin de dar la impresión de libertad de expresión, algunas de ellas fueron las que se anotan así.

Ruiz Cortínez
Tras de un Veracruz mandar
se vino a México Adolfo
(tras gobernar el golfo
se vino aquí a descansar)

Torres Bodet
Hombre culto y afamado
tuvo grandes distinciones
y de amor murió agotado
aunque fue un hombre casado
siempre estuvo en relaciones

En 1950 el periódico de Renato Leduc “El Apretado”, también lanzó sus calaveras que ha de decir de Rius, han sido las mejores calaveras que se han escrito en el siglo XX veamos:
Miguel Abed
Fue un coyote disfrazado
con la pelambre de León
por nunca haberlo enjaulado
no merecemos perdón

Los banqueros
Esta banda de agiotistas
de logreros y bandidos
al pueblo que extorsionaban
ni sus carroñas dejaron
así estaban podridos

Casas Alemán
Murió “ogado” en aguas negras
de drenaje y de abyección
al ver a Juan y Alfonsito
jugarle infame traición

Abel Quezada, crítico, pintor y caricaturista publicaba también en 1950 Panteones tan buenos como estos:
Agustín Lara
Llegó Agustín al Panteón
y ahora los pobres gusanos
retorciéndose las manos
Se mueren de inanición

Diego Rivera
Se murió de alferecia
dibujando los cibeles
lo asesinó María Felix
Pues con ella presumió

Ahora bien, las mejores calaveras sin duda las escribe el pueblo, y de acuerdo a los acontecimientos sociales que se van desarrollando a manera de crónica se inscriben calaveras por casi todo el país. Aparecen en hojitas sueltas, circulan de mano en mano, se venden a peso, nadie sabe quien escribe las mejores y algunas siguen repitiéndose:

Méndez Arceo
Por solicitar cristianos
me lo volvieron calaca
A Sergio Méndez Arceo
Obispo de Cuernavaca

Luis Echeverría
Te dice el pueblo en coro
el zopilote estreñido
(todo lo tienes metido
hablas mucho y obras poco)

Los Banqueros
¡Hay que esconder el dinero
No se nos vaya a perder
Y por ser tan patrioteros
Se los llevó lucifer!


Campesino
Soy un pobre campesino
trabajo toda la vida
no me alcanza la comida
y el gobierno no me ayuda.
Ya me llevó la huesuda
es la hora de la partida
caray que duro me va
en mi pobre vida diaria
murió la reforma agraria

Para terminar este artículo es imprescindible anotar la labor de los pregoneros zacatecanos que más contribuyó a la difusión de las calaveras a nivel local en los años sesentas. Don José, durante todo el año se dedicaba a vender sus “suertes” por la calle del Laberinto, “las suertes” hoy desaparecidas eran pequeños cilindros de papel de china que llevaban dentro un garampiñado y una suerte, o sea un minúsculo juguete de metal, cochecitos, planchitas, soldados, etc., que hacían la dicha de todos los niños. En vísperas de las celebraciones a los muertos, don José cambiaba su mercancía y se dedicaba a vender sus calaveras impresas en papel de china, las cuales él mismo elaboraba y vendía a 50 centavos.
Don José poeta del pueblo vestía con su característico pantalón de pechera, mezclilla vieja de los obreros “del laberinto”, sombrero de ala ancha y guaraches de correa gruesa, reminiscencias de su labor agrícola. Así pues mientras existan en la memoria pregoneros como Don José seguirá viva la tradición de “los panteones” poesía popular que es parte de nuestro patrimonio intangible, el cual sigue siendo rico en cada región y en cada pueblo de nuestro estado.
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LA VACA MULTICOLOR
Kutzi Hernández Galván

Las manifestaciones de la cultura vernácula


A cerca de mes y medio del cambio gubernamental en nuestro estado, hay en el ambiente cultural una serie de reuniones que es natural observar a principios de sexenio y de trienios, ya que también se estrenan alcaldes. Algunas de las iniciativa para realizar tales encuentros surgen de gobierno, otras de la iniciativa privada, pero todas tienen en común la intención, por lo menos de dientes para afuera, de concretar proyectos colectivos e incorporarlos a los programas públicos.
En el primero de los casos, es decir, las reuniones que el Instituto Zacatecano de Cultura organizó, y a las que se invitó tanto a la gobernadora Amalia García como a la comunidad intelectual y artística, se despertó la crítica en algunos sectores porque al parecer, en la primera reunión hubo exclusión y no se invitó a todo mundo. La relevancia de dicho encuentro residió principalmente en que ahí fue ratificado David Eduardo Rivera Salinas como director del IZC, con el respaldo de las más de 50 personas ahí presentes.
Sobre el segundo de los casos, es decir, las reuniones organizadas por los artistas en la galería Arroyo de la Plata, a las cuales también fue invitado el alcalde capitalino Gerardo Félix, no sé a ciencia cierta si hubo excluyentismos, pues para empezar no me invitaron a ninguno de los tres encuentros. Hasta donde sé, se congregaron una veintena, acaso treintena de personas para discutir varios asuntos, entre ellos, la obra pública en el centro histórico, sobre todo en lo tocante a la iluminación de edificios con valor arquitectónico.
En teoría, es saludable que la iniciativa privada y los artistas se muestren participativos y convoquen a este tipo de encuentros. En la práctica, esperemos que el resultado sea igualmente positivo. De entrada, tengo pocos elementos para sopesar los avances que en su caso hubo.
En el primero de estos encuentros en la citada galería, la discusión se hizo al calor del alcohol; según reporta nuestro compañero y amigo Rolando Cantú, los asistentes degustaron un mínimo de tres botellas de mezcal. Eso explica que en su momento se haya caído en la práctica vernácula de la descalificación, sobre todo hacia personas ausentes, lo que tiene toda la traza de no ser sino una de esas tertulias semanales que sostienen varios de los que acudieron, disfrazada de una Reunión Organizada entre Artistas e Intelectuales con Autoridades Municipales para Analizar y Rescatar a Zacatecas de Todas las Problemáticas Diversas que en Materia de Cultura la Aquejan.
Aunque celebramos el denodado esfuerzo demostrado por nuestros artistas, esperemos que perseveren en intentos todavía más serios por aportar ideas. Lo que es Trópico de Cáncer, ha sido un espacio siempre abierto a toda opinión fundamentada, provenga de donde provenga. Reiteramos la invitación para que utilicen a los medios, para que expresen, critiquen, propongan, todo esto a favor del desarrollo cultural que se supone que buscamos.

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Un repentino cambio en el área de Comunicación Social del IZC colocó a nuestro amigo y colega Federico Chew al frente de dicho departamento. Sin abandonar la conducción del programa radiofónico “Escenarios”, Federico ha demostrado que querer es poder. Esperemos que siga como hasta ahora. A Verónica Treviño enviamos un saludo, deseándole buena suerte en su reincorporación en la Secretaría de Educación y Cultura.
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EL SOL DEL TRÓPICO

Suplemento del suplemento de El Sol de Zacatecas

DISFRUTE DEL ENCUENTRO CON LA MUERTE
Del sábado 30 de octubre al miércoles 3 de noviembre, se realiza el Encuentro Tradicional de Día de Muertos Zacatecas 2004, que organiza el Gobierno del Estado de Zacatecas a través del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC), el Consejo Estatal de Turismo (CETUR) y el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez.
El encuentro contará con la participación del artista plástico Manuel Dena, el grupo de rock progresivo “Arbatel”, “Euterpe” jazz y blues y el grupo de teatro “Momo”, en una instalación-concierto-performance titulada “Saltatio Mortiis” (“La Danza de los Muertos”); el grupo “Abriendo Laberintos”, con una muestra de teatro vernáculo denominada “Sustratos (Las puertas del cementerio”); la obra teatral con títeres para niños “La clavera cuentera”, a cargo del grupo “Hilos de la invención”; la inauguración de la exposición de pintura y escultura “Ánimas Fantásticas”, de Manuel Dena; un concierto de música mexicana “Para las ánimas”, ofrecido por la soprano Sonia Medrano y el pianista Antonio Manzo D´nes; la presentación del grupo de música prehispánica “Corazón Endiosado”, de Mineral de Pozos, Guanajuato; una velada escénica alrededor de la muerte y el arte titulada “Expiros y Suspiros”, que incluye pintura, música, danza y poesía, y escucharemos el ”Réquiem” de Gabriel Fauré, a cargo del grupo “Vocal Convivium” del IZC. Así mismo, el próximo viernes 5 de noviembre, en el patio de la Presidencia Municipal de Zacatecas, se realizará la premiación del concurso de Calaveras y Altares de Muertos, que organiza el Municipio de la capital, allí se contará con la participación del Coro de Cámara del H. Ayuntamiento.
Los foros en los que se desarrollarán las actividades de este Encuentro Tradicional de Día de Muertos, serán la Plaza 450, el Museo Rafael Coronel y su Capilla San Antonio, la Plazuela Goitia, el ex Templo de San Agustín, el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez y el patio de la Presidencia Municipal.
de Zactecas.
Disfute las actividades de este Encuentro Tradicional de Día de Muertos Zacatecas 2004 en compañía de su familia, y con ello proteja una de las tradiciones que nos brindan mayor identidad ante un mundo de globalización invadido en estas fechas, por un pintoresco Halloween totalmente ajeno a nuestra esencia mexicana.
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MÚSICOS RINDIERON TRIBUTO A LAS AVES
El Cuarteto Universitario “Aurelio Elías” se presentó los días 28 y 29 de Octubre de 2004 en el marco del Festival Internacional del las Aves. Los eventos tuvieron lugar en la Casa de la Cultura de Guadalupe y en la Ciudadela del Arte., respectivamente.
La agrupación, conformada por Edgar Gutiérrez (Flautista), Javier Torres (Violinista), Haydé Escamilla (Violista), Luisa Hernández (Violoncellista), contó con la participación de los Músicos Invitados: Sebastián Sandoval (Violinista), Fabián Pintor (Contrabajista) y Alfonso Vázquez (Pianista).
Lo anterior fue dado a conocer por el músico Édgar Gutiérrez a este medio, quien informó que el programa fue especialmente preparado para las festividades del día Internacional de las Aves, que en nuestra ciudad tuvo su VI edición, promovido por Bird International.
Agregó que las obras que contiene este recital “fueron cuidadosamente seleccionadas entre las más representativas del barroco, como lo es el concierto en re mayor de Antonio Vivaldi, el Cardenal o “Il Cardellino”. Se interpretaron otras piezas como la Sonata en Imitación de las Aves, del compositor inglés William Williams.
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Si usted es de los que piensan que el arte abstracto sólo puede ser apreciado por mentes privilegiadas, deje de hacerse pato y acuda a disfrutar la más reciente exposición de obra gráfica de Manuel Felguérez en Irma Valerio Galerías, ubicada en la plaza de Santo Domingo, frente al museo Pedro Coronel.
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EN ESTA ESQUINA
Efrén Alfonso García Botello
Es licenciado en derecho y maestro en Ciencias Sociales. Fundó la revista estudiantil El vuelo del búho, así como la página volante Papel poesía. Ha sido incluido como poeta en la antología 23 muchachos en el mar de los feacios.

Martín Letechipía Alvarado
Psicólogo. Se ha dedicado desde hace muchos años a la creación artística y la investigación de la cultura popular. Actualmente dedica buena parte de su tiempo al arte de los títeres. Es autor del libro inédito Música del viento.

Salf
Equilibrista entre los asuntos mundanos que la cotidianidad reclama y el ludismo de sus dibujos, Salf toca en un grupo de rock con especial fruición, a la vez que escribe sobre el tema con igual deleite.

Ignacio Benítez Reyes
Licenciado en educación, se dedica a dar clases de Historia Universal entre otras materias. Escribe cuentos y poemas, el cual es uno de sus grandes pasatiempos, aunque considera que se ha convertido en una necesidad.

Kutzi Hernández Galván
Egresada de la carrera de Letras por la UAZ. Ha publicado en El universo del búho, Lajornada Semanal y Ventana interior. ha coordinado las antologías de Trópico de Cáncer. Recientemente fue incluida en una antología poética. Ha obtenido tres premios de periodismo a nivel estatal.