lunes, febrero 28, 2005

No. 241. 13 de Febrero de 2005

La apariencia y su doble

Kutzi Hernández Galván


Hoy en día, y desde hace muchísimo tiempo, la cultura de la imagen se ha arraigado fuertemente en nuestra sociedad. Tanto así, que actualmente las productoras de cosméticos, ornamentos y decoraciones, entre otras, han tenido un éxito rotundo, apoyadas a su vez por la industria de la televisión, el video y otros medios visuales.
La apariencia personal se ha convertido en el elemento principal para juzgar la calidad de un individuo, a grado tal, que para encontrar un empleo es absolutamente necesaria una buena presentación, independientemente de las capacidades de la persona. Raro será el anuncio que ofrezca plazas vacantes en el periódico, que apele a la rectitud y a la solvencia moral como requisitos.
La influencia de la imagen opera sobre nosotros desde la infancia. Un niño difícilmente se interesará por un libro si éste no contiene monitos. Entre más grandes y vistosas sean las ilustraciones de una revista, mayor será su éxito comercial. Los conceptos se degradan. En Televisa no existen mujeres, sino atractivos visuales. Con esta cultura de las apariencias, nos estamos habituando cada vez más al examen superficial de la realidad, y por ende, a la pereza mental. Al paso que vamos, sin duda la capacidad de valoración y de ingenio están en peligro de extinción.
Los fenómenos mencionados son considerados por algunos como resultado de la sociedad de consumo, de cuya influencia no se excluyen las actividades artísticas. Ya Juan Oleza señala:
La usurpación del terreno del arte por el arte “kistch” o subarte —lo que hoy se conoce con la etiqueta de la literatura y arte “comerciales” o “de consumo” — que hace pasar a un segundo plano a los auténticos artistas, y ello no a consecuencia de un cambio casual del gusto del público, sino, fundamentalmente, como consecuencia lógica de la implantación y desarrollo del modo de producción capitalista, en el que arte y literatura se rigen por las leyes del mercado y en tanto que valores de uso, van perdiendo su función. (1)

Ahora bien, este desplazamiento del arte “auténtico” por el “arte de consumo”, implica una degeneración cualitativa no sólo de la creación, sino también de la recreación artística, es decir, la recepción del contenido estético. A partir de la comercialización del arte, forzosamente el gusto del público tuvo que modificarse. Desde entonces, quienes lucran con las obras artísticas —que ahora se han convertido en mercancías— ven al espectador como a un cliente potencial, y paulatinamente han tenido que integrarse al mercado, el cual impone una visión cuantitativa de las artes.
Entre las diversas reacciones que levantó la implantación de esta perspectiva durante el siglo XIX, se ha hecho patente la crítica de Oscar Wilde (1854-1900). El escritor inglés, nacido en Irlanda, desde una postura estética rechaza la adjudicación de valores ajens a la obra artística. Wilde defiende “el arte por el arte”, el cual debe estar al servicio de la belleza, y nada más. De acuerdo con Wilde, la expresión artística no debe limitarse a criterios tan efímeros como la moda, la política o las reglas morales, sino que se rige por una ley universal. Respecto a la literatura, asevera que
...debe descansar siempre sobre principios, y las condiciones temporales no son principios, pues para el poeta, todas las épocas y todos los lugares no son sino uno solo; la materia que emplea es eterna y eternamente la misma; todos los temas son buenos; no tiene preferencia por ningún pasado ni ningún presente. (2)

Esto es en lo que se refiere al tema que sustenta a toda obra artística. En lo que respecta al manejo que sobre el mismo ejerce el artista, Wilde señala que “revelar el arte, escondiendo al artista: tal es el fin del arte”. (3)
Wilde nos dice en su ensayo “El Renacimiento del arte inglés”, que el amor por las cosas bellas es
el preludio de todo el conocimiento y de toda sabiduría; hay, sin embargo, momentos en los cuales la sabiduría se convierte en una carga y en que el conocimiento se hermana con la tristeza; pues del mismo modo que todo cuerpo tiene su sombra, toda alma tiene su escepticismo.
En esos pantanosos momentos de discordia y desesperanza, ¿hacia quién habíamos de volver nuestros pasos, en este siglo turbado y desgarrado, sino hacia la mansión de la belleza donde hay siempre un poco de olvido y una gran alegría... (4)

No obstante lo anterior, pareciera que en El retrato de Dorian Gray se escucha de pronto la voz del propio Wilde, para criticar la sociedad inglesa de su tiempo. Detrás de la historia que cuenta la novela, subyace el discurso wildeano, que revela cierto desprecio, además de una falta de fe hacia la sociedad de entonces. Con un sentido del humor incisivo, los personajes de la obra ironizan ágilmente sobre todo y sobre todos, incluso sobre ellos mismos.
A Oscar Wilde se le ha atribuido la afirmación de que él personalmente se siente relacionado de alguna manera con los tres personajes de la novela. Basil Hallward, el pintor del cuadro, equivaldría al artista que es Oscar, como él mismo se ve; Henry Wotton representa lo que para el público es Wilde, y Dorian Gray sería como al autor le habría gustado ser.
Dorian Gray es el prototipo de la belleza occidental. El pintor Basil queda fascinado ante el fuego azul de sus ojos, sintiéndose preso entre sus serpenteantes cabellos dorados. Para Basil, el mancebo no sólo es bello, sino que es La Belleza, a quien pinta con gran maestría, haciendo desaparecer lienzo y pintura para plasmar a plenitud el retrato de Dorian Gray.
En el momento en que el cuadro queda terminado, se encuentra presente lord Henry Wotton, por cuyos ojos lánguidos ronda una presencia mefistofélica que influirá en la ruina de sus dos amigos.
Dorian, el “hijo del Amor y de la Muerte” (5) es un personaje a quien Lord Henry poco a poco agregará la tragicidad. Éste trata de ejercer sobre el joven una influencia, a fin de convertirlo en su juguete, y lo logra. Comienza aturdiéndolo con sus anti-valores que predica todo el tiempo, pero que ni él mismo se arriesga a practicar. En las palabras de Wotton, aflora nuevamente el discurso del autor, que en algunos aspectos guarda cierta cercanía con Nietzsche:

El fin de la vida es el desenvolvimiento de la personalidad. Realizar nuestra propia naturaleza cabalmente: para esto hemos venido. Hoy los hombres se asustan de sí mismos. Han olvidado el más alto de sus deberes, el deber que uno se debe a sí mismo. Sí, son caritativos: dan pan al hambriento y vestido al mendigo. Pero sus propias almas se mueren de hambre y van desnudas. El valor ha abandonado a nuestra raza. Quizás nunca lo tuvimos. El terror a la sociedad, que es la base de la moral; el temor de Dios, que es el secreto de la religión: tales son las dos fuerzas que nos gobiernan. Y, sin embargo, (...) creo que si un hombre se atreviera a vivir su vida plena y totalmente, a dar forma a cada sentimiento, expresión a cada pensamiento, realidad a cada ensueño... creo que el mundo cobraría de nuevo un ímpetu tal de alegría, que olvidaríamos todas las enfermedades del medioevalismo (sic) y tornaríamos al ideal helénico. Pero hasta el más audaz de nosotros tiene miedo de sí mismo. La mutilación del salvaje tiene su mágica supervivencia en la renuncia de sí mismo que frustra nuestras vidas. Y somos castigados por ellas. Cada impulso que luchamos por estrangular, germina en el espíritu y nos envenena. El cuerpo peca una vez, y acaba con su pecado, pues la acción es una especie de purificación. El único medio de librarse de una tentación es ceder a ella. Resistid, y vuestra alma enfermará de deseo por las cosas que se ha vedado a sí misma, de concupiscencia con aquellos que sus leyes monstruosas han hecho ilícito y monstruoso. Se ha dicho que los grandes acontecimientos del mundo tienen lugar en el cerebro. En el cerebro también y sólo en el cerebro tienen lugar los grandes pecados del mundo. (6)

Cuando Dorian ve el cuadro terminado, es como si se viera en el espejo por primera vez. En el joven ha brotado una semilla de soberbia ante su belleza y juventud, ensombrecida luego por el recuerdo de la realidad: con el tiempo, Dorian envejecerá. En su desesperación, desea frenéticamente que el cuadro envejezca en lugar de él. Las palabras de Henry han surtido efecto sobre su alma, dándole una forma nueva. Porque de no ser por Lord Henry, ¿quién sería Dorian Gray? En esta historia, no sería nadie más que “un niño absurdo”, como lo llamara Henry durante la contemplación del cuadro. Dorian se enorgullece de su juventud, y acepta que se hubiera molestado si aquella mañana le hubieran dicho lo mismo. Henry, irónico, replica: “De entonces acá ha vivido mucho”. (7) Y no se equivoca. El joven ha tenido una experiencia iniciática frente al retrato. Ya no es el mismo mancebo inocente que solía ser. Desde ese momento, Dorian transitará por las sendas que su capricho le ordene, cada vez más desprendido de conceptos morales que frenen su conducta. Su primera víctima será Sybil Vane, una joven de belleza extraordinaria, que termina suicidándose tras ser abandonada por el joven galán.
A partir del desafío implícito en las ideas que Wotton desliza hábilmente, Dorian intentará de alguna manera demostrar su capacidad para desprenderse de los escrúpulos y vivir plenamente, según el arbitrio de sus deseos más recónditos.
Después de la muerte de Sybil, Dorian se mira en el retrato y se horroriza al encontrar sus labios crispados por la crueldad, y en sus ojos una mirada perversa. En adelante, cada nueva maldad agregará una nueva arruga al retrato, como si fuese el espejo de su alma. Y en efecto, el cuadro representa su conciencia a la cual sólo él puede ver, pues la ha escondido en la habitación más oscura de su casa. Por el contrario, la apariencia física del joven se mantendrá siempre fresca y bella.
En adelante, Dorian lleva una doble vida. De hecho, se mueve en dos paisajes. El primero, descrito por el autor con voluptuosidad, se presenta agradable y suntuoso, y corresponde a su entorno inmediato: la casa, el club, los salones de baile, la ópera, entre otros recintos. El segundo es en el que se mueve durante sus correrías nocturnas: burdeles malolientes, muelles brumosos y callejones oscuros, lugares miserables, deprimentes y colmados de vicio.
Tal es la personalidad de Dorian, conformada por dos caras antagónicas e irreconciliables. Con el tiempo, comienza a odiar no sólo al retrato —cuyo aspecto envejece y se llena de muecas, reflejando la evolución del alma de Dorian—, sino también a su creador. Basil Hallward. Esto se debe a que con el retrato, el pintor le dio a Dorian la conciencia de sí mismo, lo cual no le perdonará nunca. Una noche, después de revelar el secreto del cuadro, que hasta entonces sólo él conocía, Dorian mata a Basil. Con todo, Dorian no vivirá tranquilo hasta destruir el cuadro, que significará la destrucción de sí mismo.
En la sórdida confusión de su vida, Dorian pierde la noción del bien y del mal. A ratos se arrepiente e intenta comenzar de nuevo con buenas obras. Pero todo es inútil; lo que él cree que es bueno, en realidad es un acto de hipocresía o de crueldad, cuyos equivalentes físicos aparecen en el retrato escondido. A este grado, Dorian decide que para vivir tranquilo, debe destruir el cuadro. Craso error. Al descargar el cuchillo sobre el lienzo, todo el mal contenido en el retrato parece desbordarse, y Dorian muere, en un simbólico suicidio.
Anteriormente, Dorian había exclamado con desesperación que aquel cuadro se burlaría cruelmente de él algún día. No estuvo lejos de la verdad, pues el retrato, al ser parte de él mismo, fue también la trampa en que su belleza lo había metido. Al final, sobrevive la imagen de la inocencia: al morir Dorian, el retrato recobra su apariencia de antaño. Entonces surge la pregunta: ¿Qué fue lo que movió al protagonista a quitarse la vida: el arrepentimiento o la impotencia ante la realidad? Quizá el destello de la locura brilló en sus ojos en el último momento.
En El retrato de Dorian Gray, el protagonista no acepta la realidad, y encuentra al tiempo como a un enemigo ineludible. Este conocimiento de su irresoluble condición mortal lo hace desdichado. Sin embargo, no busca el olvido en la belleza ni en los sentimientos nobles que ésta implica, sino que cada vez se aleja más y más hacia la satisfacción de sus impulsos primarios. En este sentido, se asemeja a la bestia que todos llevamos dentro, al Mr. Hyde de Stevenson, al demonio que en ocasiones ronda nuestros sueños. Sin embargo, Dorian es incapaz de luchar contra la realidad en que se ha convertido a través de sus actos. Más que la impotencia ante lo inevitable, el resorte que termina con su vida es, más exactamente, la renuencia de Dorian de aceptar lo inevitable, con lo que entra en una contradicción terrible con las ideas que ha tomado de Wotton: por un lado, pretende desarrollar su ser y no reprimir sus instintos, con la postura de vivir a plenitud. Por el otro, no acepta esa misma naturaleza propia de la vida: su tendencia a transformarse, a precipitarse hacia la muerte. Al querer eternizar su juventud, paradójicamente Dorian se resiste a la vida a partir de que se resiste al paso del tiempo y sus consecuencias.

NOTAS:
(1) Oleza, Juan, La novela del XIX. Del parto a la crisis de una ideología, Editorial Laia, España, 1984, pág. 12.
(2) Wilde, Oscar, “El Renacimiento del Arte inglés”, Conferencia a los estudiantes de arte y otros ensayos, Trad. de León Felipe, Ed. UNAM, 1986, pág. 19.
(3) __________, El retrato de Dorian Gray, Ed. Dante, México, 1989, pág. 3.
(4) Conferencia a los estudiantes de arte y otros ensayos, pág. 30.
(5) El retrato de Dorian Gray, pág. 50.
(6) Ídem, pp. 26-27.
(7) Ídem, pág. 39.
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De la censura en los cuentos de hadas

Juan Manuel Gómez

uando finalmente salieron a la luz los dos gruesos volúmenes de su investigación (1812 y 1815), los académicos alemanes Wilhelm y Jakob Grimm esperaban que su trabajo de recopilación de cuentos populares fuera apreciado sólo por los círculos herméticos de la academia. Jamás imaginaron que ese documento tan especializado se convertiría inmediatamente en un éxito de ventas. Ante los ojos sorprendidos de los hermanos Grimm, la primera edición, con un largo estudio introductorio y amplias notas a pie de página, se agotó sin más. Para ellos, el hecho de recoger por escrito toda esa rica tradición oral de las historias transmitidas de generación en generación, era una labor patriótica cuyo fin era hurgar en el origen de la grandeza del pueblo alemán. La conciencia de que se trataba de preservar un acervo invaluable les llevó a renunciar a sus derechos como autores en esta primera edición hasta que la mayor parte de los ejemplares se hubiera vendido.
Para la segunda edición (1819) —ilustrada ahora con viñetas de otro de los hermanos, Ludwig Emil— la perspectiva de Wilhelm Grimm se había modificado radicalmente. Ante la desaprobación de Jakob, Wilhelm había preparado su volumen de cuentos con mucho mayor cuidado en cuanto a los pasajes que debían ser censurados por el lenguaje soez y las situaciones inapropiadas de la versión original. “Aunque [para este momento] Jakob continuaba afirmando que las historias no eran para niños, Wilhelm no tenía ningún reparo en satisfacer al mercado creciente de libros infantiles”, dice la especialista británica Janet Adam Smith.
Esta nueva adaptación, explica Wilhelm Grimm en el prefacio a esta segunda edición, “no apunta hacia la clase de inocencia que se logra mediante la censura a cualquier referencia a ciertas situaciones que suceden todos los días y que simplemente no es posible mantener ocultas”.
Esta no fue la primera vez que estas historias fueron censuradas, ni será la última. Estamos hablando de un material del cual es imposible obtener una versión definitiva. Estos cuentos se fueron templando en el paso de una generación a otra, de una familia a otra, de un pueblo a otro y de un país a otro país. Porque, como dice W. H. Auden, los cuentos de hadas “sin ningún problema pueden viajar de un país a otro, de una cultura a otra, siempre y cuando compartan la naturaleza humana, a pesar de sus diferencias”. Ni siquiera podríamos decir que las versiones de la primera edición de los hermanos Grimm son las originales. Sería imposible hurgar en los siglos de voces que han modelado estos cuentos. Por su esencia cambiante y su carácter didáctico y moralizador podríamos incluso decir que la versión que hagamos hoy de ellos, será la “buena”, es decir la que resultará útil y adecuada a nuestra vida actual.
Es difícil establecer los simbolismos inherentes a cada uno de los elementos de estos cuentos. Se puede hacer hincapié en generalidades como la situación miserable de los pobres y la opulencia de los ricos, y el hecho de que ambas condiciones continuarán así por los siglos de los siglos, inalterables, hasta que el influjo de la magia los transforme. Ningún siervo puede imaginar siquiera el dinero y el poder a menos que un hada madrina los ponga en sus manos. También se puede hablar de la bondad inaudita de las madres, las cuales por alguna razón suelen estar muertas, y la perversidad irracional de las madrastras y de las brujas. Los hombres del pueblo, que son siempre muy pobres, solamente mediante el trabajo duro pueden alcanzar la dignidad; y las hermosas y virtuosas muchachas se ven siempre amenazadas por la envidia que provocan en las mujeres viejas.
Son simplemente temas que es fácil identificar en este tipo de narraciones, pero nunca se sabrá a ciencia cierta cuál es el significado preciso de ciertos símbolos. Con toda seguridad quienes contaban la historia de Caperucita Roja hace siglos tenían una intención precisa en cuanto al sentido de un personaje como ése, los objetos que llevaba y hacia a dónde se dirigía. Para nosotros no será fácil encontrar esas referencias precisas y, de hecho, será mejor olvidarnos de ellas y hacer que la Caperucita Roja habite nuestro contexto. Ése es finalmente el sentido de estos cuentos: mostrar la cambiante naturaleza del hombre.
Janet Adam Smith nos explica que algunos mitologistas ingleses piensan que Caperucita Roja representaba al sol, y que para el Tercer Reich era el pueblo alemán amenazado por despiadados lobos judíos. Dice también que algunos psicólogos hablan de embarazo cuando el lobo afirma que quiere “una criatura viva en su vientre” y que Erich Fromm dice que la botella que carga Caperucita Roja es un símbolo de la virginidad.
A pesar de lo que podamos decir al respecto y de las tantas versiones que encontraremos de los cuentos de los hermanos Grimm hay ciertos pasajes no censurados que se han mantenido y que constituyen el nudo de esas historias.
Por ejemplo el hecho de que una de las hermanastras de Cenicienta se cortara un dedo del pie para poderse calzar la zapatilla que trae el príncipe, orillada por su madre con el argumento de que “cuando seas reina no necesitarás caminar más”. El rastro de sangre que deja, la delata. Y al final, después de que el príncipe ha encontrado el delicado pie de Cenicienta y le ha propuesto matrimonio, las hermanastras van cínicamente a la boda para obtener sus favores, a pesar de que han sido malas, y allí unas palomas les sacan los ojos a ambas como castigo.
El castigo de la madrastra de Blanca Nieves no es menos escalofriante. Una vez que se entera de que Blanca Nieves, la única mujer que es más bella, no ha muerto:
«La malvada mujer profirió una maldición; estaba tan terriblemente asustada que no sabía que hacer. Pero no podía descansar porque se sentía empujada a ir a ver a la joven reina. Cuando llegó y reconoció a Blanca Nieves, se quedó paralizada de miedo y espanto. Pero estaban calentando al fuego unas zapatillas de hierro, y en seguida se las llevaron sujetas con unas tenazas y las colocaron delante de ella. Y ella tuvo que ponerse aquellas zapatillas rojas y candentes, y bailar hasta caer muerta»
Nos sorprenderá lo terribles que estos cuentos pueden resultar, y lo elocuentes que son con respecto a la condición humana, sus virtudes y miserias. No podemos reducirlos a consideraciones morales tan superficiales como las de la señora Clarissa Pinkola Estés en la incipiente introducción al volumen Cuentos de los hermanos Grimm (Ediciones B, Barcelona, 2001), en el cual, como compensación, encontraremos excelentes traducciones de los cuentos originales.
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XLIV Muestra Internacional de Cine
“Reflejos de la cinematografía mundial”


Hasta el 21 de Febrero tendrá lugar la XLIV Muestra Internacional de Cine, denominada "Reflejos de la cinematografía mundial", organizada por Promotora Cultural de Zacatecas (PROMOCULZA), en coordinación con la Cineteca Nacional, Multimax y el Instituto Zacatecano de Cultura. En total se presentan 13 filmes, de los cuales, en esta edición presentamos sinopsis y comentarios sobre los que se proyectarán del 9 al 13 de Febrero. En nuestra siguiente edición estaremos informando sobre el resto. Las proyecciones serán en el cinema Multimax a las 4:20, 6:40 y 8:50 p.m.

Domingo 13 de Febrero
La primavera de una infidelidad
(Xiao cheng zhi chun)
Dirección: Tian Zhuangzhuang. País: China-Hong Kong-Francia-Países Bajos 2002. Guión: Ah Cheng, basado en el guión original de Fei Mu de 1948, a su vez inspirado en un relato de Li Tianji. Fotografía en color: Mark Li Ping-bing. Música: Zhao Li. Edición: Xu Jiangping. Con: Hu Jingfan (Yuwen), Wu Jun (Dai Liyan), Xin Bai Qing (Zhang Zhichen), Ye Xiao Keng (Lao Huang), Lu Si Si (Dai Xiu). Producción: Beijing Film Studio, Beijing Rosart Film, China Film Group Corporation, Fortissimo Film, Orly Films, Paradis Films, Eric Heumann, William Kong, Li Xiaowan, Marc Sillam, Tang Yatming, Alain Vannier, Michael J. Werner.Duración: 112 minutos. Distribución: Alfhaville
Liyan, un terrateniente, vive en un pequeño pueblo dentro de una lujosa propiedad que resulta dañada por los bombardeos japoneses al final de la Segunda Guerra Mundial. Sin dinero en efectivo, no puede repararla, y conserva a su lado sólo a Lao Huang, anciano servidor de su padre. Sumido en la tristeza y con una salud decreciente, se aleja cada vez más de su esposa Yuwen. Su melancólica y gris existencia se verá sacudida con el arribo de Xhang Zhichen, viejo compañero de la universidad y el primer amor de Yuwen. Por su parte, ésta comprueba con una mezcla de desesperación y deleite, que los sentimientos hacia su antiguo amante permanecen intactos. Liyan intentará comprometer a su amigo con su hermana Xiu, mientras Yuwen sueña con ser abrazada nuevamente por Zhang.

14 de Febrero
Manos libres (nadie te habla)
Dirección: José Buil. País: México, 2004. Guión: José Buil, basado en un argumento de Maryse Sistach. Fotografía en color: Servando Gajá. Música: Eduardo Gamboa. Edición: José Buil. Con: Alejandro Gamboa (Rodrigo), Luis Gerardo Méndez (Marcelo), José Carlos Femat (Axel), Ana Paula Corpus (Betty), Gloria Ortiz (Aída), Verónica Merchant (Ofelia), Jorge Zárate, José Rodríguez, Yuriria Del Valle, Lorena Grisel Hernández. Producción: Tragaluz Producciones, FIDECINE, Estudios Churubusco Azteca, Filmoteca de la UNAM, Maryse Sistach. Duración: 95 minutos. Distribución: Videocine
La historia inicia con el amanecer de un viernes en la ciudad de México, cuando Rodrigo Díaz, periodista divorciado y columnista en un semanario de espectáculos, recoge a su hija Betty de la casa de su ex esposa para llevarla a la secundaria de un barrio pudiente. Mientras esto sucede, Marcelo y Axel, mentes perdidas estudiando leyes en una universidad privada, comienzan a planear un secuestro virtual para obtener dinero fácil y poder lanzarse a un rave en Acapulco.
En la escuela la niña rica y solitaria Aída, la mejor amiga de Betty, le propone comer tranquilamente en su casa para después ir al cine en un centro comercial y, así, tener un feliz viernes. Pero Marcelo y Axel han hecho su plan sin imaginarse que los planes de sus azarosas y futuras víctimas les complicarán severamente la vida, pues las dos niñas han intercambiado vestuario con la idea de ver "cómo se siente tener otra personalidad por un rato".

15 de Febrero
Vodka limón
(Vodka Lemon)
Dirección: Hiner Saleem. País: Armenia-Francia-Suiza-Italia 2003. Guión: Lei Dinety, Pauline Gouzenne e Hiner Saleem. Fotografía en Color: Christophe Pollock. Música: Michel Korb y Roustan Sadoyan. Edición: Dora Mantzouros. Con: Romen Avinian (Hamo), Lala Sarkissian (Nina), Ivan Franek (Dalovan), Armen Marutyan (Romik), Astrik Avaguian (Avin), Zahal Karielachvili (Giano), Rouzana Mesropyan (Zine). Producción: Dulciné Films, Amka Films, CINEFACTO, Paradise Films, Sintra, Fabrice Guez, Michel Loro. Duración: 89 minutos. Distribuición: Alfhaville.
Viudo y padre de tres hijos, Hamo sobrevive en la precariedad absoluta. Un armario, una televisión y un uniforme militar son sus últimas posesiones. Junto a él habita uno de sus vástagos, un haragán bueno para nada. Su hija menor ha muerto y el segundo descendiente emigró a Francia. Cuando una carta de éste llega desde París, todo el pueblo se entera y agita. Un rumor corre como el viento entre la comunidad: la carta contiene una pequeña fortuna en dólares, lo que dista de ser cierto. Sin embargo, Hamo no parece preocuparse frente al desastre: ha encontrado de nuevo el amor en Nina, singular mujer a la que conoce en el cementerio local.
Y al final, ¿eran tan malos los comunistas? Es la pregunta recurrente que los personajes de la película armenia Vodka limón se hacen unos a otros mientras luchan incansablemente por sobrevivir en una de las regiones más pobres y más castigadas de la antigua Unión Soviética. El filme de Saleem, atmosférico y excéntrico al mismo tiempo, inicia con la absurda imagen de un músico al que remolcan por un camino subido en su propia cama para que pueda tocar en un funeral. Aquí nos encontramos con Hamo (Romen Avinian), un exsoldado en retiro que se ve obligado a subastar sus pocas posesiones para ahuyentar al hambre. Al morir su esposa, su última esperanza radica en su hijo, quien vive en Francia. Sus diarias visitas al camposanto local toman un giro inesperado cuando se encuentra con Nina (Lala Sarkissian), una atractiva viuda que realiza exactamente el mismo recorrido todos los días. (Neil Smith, BBC Films)

16 de Febrero
El séptimo día
Dirección: Carlos Saura. País: España-Francia, 2004. Guión: Ray Lóriga. Fotografía en color: François Lartigue. Música: Roque Baños. Edición: Julia Juániz. Con: Juan Diego (Antonio Fuentes), Victoria Abril (Luciana Fuentes), José Luis Gómez (Emilio Fuentes), José García (José Jiménez), Ramón Fontseré (Jerónimo Fuentes), Eulalia Ramón (Carmen Jiménez), Carlos Hipólito (El Tonto), Yohana Cobo (Isabel Jiménez). Producción: Lolafilms, Artedis, Andrés Vicente Gómez. Duración: 106 minutos. Distribución: Cine, Video y Televisión
Recreación libre de la matanza perpetrada por los hermanos Izquierdo el 26 de agosto de 1990 en Puerto Hurraco, España. El relato sucede en un espacio ficticio. Antonio y Emilio, al parecer instigados -aunque nunca se demostró- por sus hermanas, Luciana y Ángela, ambas con trastornos mentales de tipo paranoico, asesinaron a tiros a todo el que se apellidara Cabanillas. El resultado fueron nueve muertos, seis heridos y un pueblo destrozado. La historia indaga en el interior del ser humano, su inclinación antropológica hacia el mal y su obsesión por la territorialidad.
El séptimo día busca sus raíces en las pulsiones más tenebristas de esta tradición. La sangrienta masacre que se desató en un pequeño pueblo de Badajoz el 26 de agosto de 1990, inspira aquí una ficción que transcurre en un espacio ficcional y temporal de contornos geográficos, humanos y sociales equivalentes para proponer un vibrante descenso a los infiernos de la miseria, de la violencia y de la locura que anida -todavía hoy- en lo más hondo del país interior.

17 de Febrero
Mil meses
(Mille mois)
Dirección: Faouzi Bensaïdi. País: Marruecos-Francia-Bélgica, 2003. Guión: Faouzi Bensaïdi y Emmanuelle Sardou. Fotografía en color: Antonie Héberlé. Edición: Sandrine Deegen. Con: Fouad Labied (Mehdi), Nezha Rahile (Amina), Mohamed Majd (abuelo), Abdelati Lambarki (Caid), Mohamed Bastaoui (hermano de Caid), Meyrem Massaia. Producción: Agora Films, Entre Chien et Loup, Gloria Films, Bénédicte Bellocq, Diana Elbaum, Souad Lamriki, Laurent Lavoré, Isabelle Pragier. Duración: 124 minutos. Distribución: Macondo Cinematográfica.
1981, Marruecos, mes de ayuno del Ramadán. Mehdi, de siete años, vive en una villa ubicada en el corazón de la región montañosa del Atlas, junto con su madre Amina y su abuelo. Como su padre está en prisión por promover una huelga, su madre y su abuelo han acordado decirle que partió a trabajar a Francia. Mehdi es responsable de resguardar la silla del profesor, pero inesperadamente ésta desaparece, lo que genera un caos, en el que todo indica que el culpable es una persona muy cercana al pequeño.
Mil meses, el primer largometraje del director-escritor marroquí Faouzi Bensaïdi, se mira como el encantador punto de vista de un niño en una villa de la montañas Atlas, durante los años 80. Mehdi, de siete años de edad, observa maravillado la luna nueva que marca el inicio del mes sagrado de Ramadán. No obstante, el filme pronto se convierte en algo más complejo -algo cercano a una especie de versión norafricana de Short Cuts, de Robert Altman.

18 de Febrero
Las bordadoras
(Bordeuses)
Dirección: Éléonore Faucher. País: Francía, 2004. Guión: Éléonore Faucher y Gaëlle Macé. Fotografía en color: Pierre Cottereau. Edición: Joële van Effenterre. Música: Michael Galasso. Con: Lola Naymark (Claire), Ariane Ascaride (madame Mélikian), Thomas Laroppe (Guillaume), Jacky Berroyer (Lescuyer), Marie Félix (Lucile), Anne Canovas (madame Lescuyer), Marina Tomé (ginecóloga), Elizabeth Commelin (madame Moutiers), Christophe Hatey (carnicero), François Noël (hombre de la bicicleta), Yasmine Modestine (enfermera), Annie-Claude Sauton (panadera), Ludivine Morissonaud (Clotilde), Arthur Quehen (Thomas). Producción: Sombrero Productions, Mallia Films, Rhône Alpes Cinéma, Canal +, Centre National de la Cinématographie, Région Poitu-Charentes, Centre Européen de la Cinématographie Rhône Alpes, Alain Benguigui, Bertrand van Effenterre. Duración: 89 minutos. Distribución: Cinemas Nueva Era
Claire, de 17 años, se da cuenta de que tiene cinco meses de embarazo. No se hace el menor cuestionamiento: dará a luz aunque deba ocultar su estado a la sociedad. Claire se inscribe como aprendiz en el taller de la señora Mélikian, una solitaria mujer que lamenta la reciente muerte de su hijo y que se dedica al más exquisito bordado para los almacenes de alta costura de París. Día a día, puntada tras puntada, mientras el vientre de Claire crece, las dos mujeres se transmiten, más que el arte de la costura, el de la filiación, puesto que la rica metáfora del filme se basa en la cercanía fonética entre dos palabras francesas, fil (hilo) y fils (hijo). Las bordadoras hacen filiation, que significa hilación, enlace y también filiación, entendida no sólo como la renovación de las generaciones, sino como la transmisión de lo femenino.
Esta historia, a pesar del título, no es sólo un simple asunto de bordado. Ella evoca lo que nos une, las pasiones que nos identifican, las familias que se forman de piezas distintas, más sólidas que aquellas que nos imponen los vínculos de sangre. Es un filme púdico, lleno de calurosa sensualidad y de silencio, de pistas sugeridas tiernamente, casi amorosamente, dirigido a todos, hombres y mujeres.
Un verdadero arcaísmo: en la época de la música techno, Claire no se la pasa en las fiestas rave, sino bordando. Eso la lanza a las alturas, la hace vibrar: le permite salir de sí misma, y de ese modo guía sus pasos al taller de esta madame Mélikian (Ariane Ascaride, sobria y bella), vestida de negro, que esconde tras de su aspecto de digna rigidez un duelo todavía por hacer.

19 de Febrero
Exilios
(Exils)
Dirección: Tony Gatlif. País: Francia, 2003. Guión: Tony Gatlif. Fotografía en color: Céline Bozon. Música: Tony Gatlif y Delphine Mantoulet. Edición: Monique Dartonne. Con: Romain Duris (Zano), Lubna Azabal (Naïma), Leila Makhlouf (Leila), Habib Cheik (Habib), Zouhir Gacem (Saïd). Producción: Princes Films, Pyramide Productions, Cofimage 15, Canal +, TPS Cinéma, TV5 Monde, Nikkatsu Corporation, Naïve France, Tony Gatlif. Duración: 103 minutos. Distribución: Cinemas Nueva Era.
Un día, Zano sugiere una idea loca a su compañera Naïma: un viaje a través de Francia y España hasta Argelia, para conocer la tierra que una vez sus padres tuvieron que abandonar. Emprenden el camino únicamente con la música como equipaje. Enamorados de su libertad, dejan que el tiempo pase, intoxicado por la sensualidad andaluza, antes de que finalmente decidan cruzar el Mediterráneo. Zano y Naïma reconstruyen así, al revés, la trayectoria del exilio.
No pretendí hacer un filme sobre Argelia porque no la conozco. Hice una película sobre los niños de los exilios en busca de sus orígenes. (...) La película no nació de una idea, sino de un deseo de mirar mis propias cicatrices. Me tomó 43 años regresar a Argelia, la tierra de mi infancia -7,000 kilómetros de camino, en trenes, en autos, en barcos, a pie y 55,000 metros de película. (Tony Gatlif)
Parece palpitar: Exilios, de Tony Gatlif, es un road-movie que avanza al ritmo del corazón. Aquel que los músicos ponen en sus interpretaciones, aquel que se acelera con cada empujón de adrenalina, cuando las emociones estallan la piel, aquel que acompaña a cada paso a los héroes en busca de identidad. Exilios, en plural: a través de la aventura de una joven pareja que viaja a Argelia sobre los rastros de sus orígenes, el cineasta entrega un mensaje universal a todos los desarraigados del mundo. Gozar.

20 de Febrero
Solo contra sí mismo
(Ondskan)
Dirección: Mikael Håfström. Año: Suecia-Dinamarca 2003. Guión: Hans Gunnarsson y Mikael Håfström, basado en la novela homónima de Jan Guillou. Fotografía en color: Peter Mokrosinski. Música: Francis Shaw. Edición: Darek Hodor. Con: Andreas Wilson (Erik Ponti), Henrik Lundström (Pierre Tanguy), Gustaf Skarsgård (Otto Silverhielm), Linda Zilliacus (Marja), Jesper Salén (Dahlén), Filip Berg (Johan), Fredrik af Trampe (Von Schenken), Richard Danielsson (Karlberg), Martin Svane (Leffler), Rustan Blomqvist (Bergvall). Producción: Moviola Film, Television AB, Nordisk Film/TV, Sweden TV4, Svenska Filinstitutet, Ingemar Leijonborg, Hans Lönnerheden, Magnus Abrahamsson, Rumle Hammerich, Per Holst, Hans Peter Lund, Eva Swartz. Duración: 114 minutos. Distribución: Alfhaville
Suecia, años cincuenta. Erik Ponti es un joven de 16 años cuya vida ha estado plagada de violencia. Sometido a constantes golpizas por su abusivo padrastro mientras su aterrorizada madre se hace de la vista gorda, el chico responde instintivamente de la única forma que conoce: apaleando a quien se atraviese en su camino. Cuando es expulsado de la escuela, Erik es enviado a Stjärnsberg, una prestigiosa institución privada. Para su sorpresa, ahí la tranquilidad es inexistente, pues el plantel está tomado por los estudiantes más adinerados y antiguos con la complicidad de los profesores. El objetivo de Erik es permanecer libre de problemas, pero sus habilidades como nadador y su amistad con Pierre, el chico más inteligente de la escuela, pronto le ganan la antipatía de Otto, el líder de los poderosos.
Erik, un rebelde por naturaleza, se rehúsa a aceptar que un chico con mayor antigüedad tenga el poder (bajo las reglas no oficiales de la escuela) para golpearlo, o en el caso más extremo, sentenciarlo al ring, castigo en el que un novato es obligado a pelear con dos corpulentos alumnos hasta rogar piedad. Pero Erik no quiere ser expulsado porque sabe de los sacrificios que ha hecho su madre por él.
Wilson es una poderosa presencia como el poco vehemente -pero violento cuando es provocado- Erik, mientras Lundström encarna de modo conmovedor al vulnerable Pierre y Skarsgård ofrece al sobreactuado villano que truena la boca, el monstruoso Otto Silverhielm.

Lunes 21 de Febrero
El señor Napoleón
(Francia, 2003)
¿Cómo puede aceptar Napoleón, el hombre de guerra y pionero en las estrategias militares, ser encadenado a una roca en medio del Océano Atlántico? ¿Con qué sistema de defensa y, por tanto de ataque, sueña para escaparse de su cautiverio? En Santa Helena, la alejada isla escogida por sus enemigos, protagoniza una misteriosa batalla, su última y más importante, y una que la historia ha mantenido en secreto durante todos estos años.
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LA ROSA DE LOS VIENTOS

Álvaro Solís Castillo

También Febrero termina


Ahora que tu piel es recuerdo
y tu arena se deshidrata en la memoria
ahora que tus labios han sido abandonados por la humedad de mis besos
y tus piernas han soltado –quizá para siempre- mis nostalgias
ahora que tu hoja en blanco está huérfana de mis caricias
y tus años no rasguñan ya mi espalda
Ahora que en tus ojos no estoy ni en tus oídos
ni en el interior de tu cuerpo
ni en mi gemido que es tuyo
ni en el orgasmo: cuna de todo desconsuelo

Hoy mi cuerpo está triste

Ensoñación de la infancia

Hay esbozos de dolor pintados en las escamas del viento
puertos acristalados que se asoman por los vanos de las puertas
y vanos suplicios de quienes han sido condenados por la melancolía a esparcir sus penas

La ensoñación reside en el astuto esparcimiento de los espermas
en la progenie que se alborota por las tardes con la lluvia y en la sequía
con las tardes de quema de basura y de mosquitos enquistados a la piel
tardes que se prolongan hasta bien entrada la impaciencia
hasta el sudor seco de las pieles
esas planicies que se extienden hacia los confines de la voz
más allá de los pitales
de los ladridos de perros que salen al encuentro de los solitarios
de la sombra que se pierde en los caminos
antes que el calor penetre los poros de las hojas de los hombres
de las mandarinas y los naranjales de las iguanas que son ramas que se mueven

Hay tardes culebras partidas a la mitad en medio de las flores
silencios multiplicados en la noche que se viste con los hierros
y con las últimas luciérnagas de la sombra

hay noches llenas de humocanto
noches de ruidos irreconocibles en el patio
de pasos a media sombra de puertas cerradas y tejados sonoros

hay un niño que muere lentamente él lleva mi nombre
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EL SOL DEL TRÓPICO
Suplemento del suplemento de El Sol de Zacatecas

Convocan a artesanos al concurso “Manos mágicas”


Está abierta la convocatoria para participar en el Concurso Estatal de Artesanías “Manos Mágicas”. Podrán participar todos los artesanos zacatecanos que se dediquen a la elaboración de artesanías con técnicas y materiales tradicionales así como nuevas propuestas en las siguientes ramas: Alfarería (barro y cerámica); dulces típicos (regionales y típicos); fibras naturales (cestería en general, tejido con ixtle, trabajos en nopal, pita y hoja de maíz); madera (tallado y marquetería); textiles (algodón y lana: tejido en telar de pedales, tejido en telar vertical y bastidor); máscaras (cartón, madera y otras); pirograbado (piel y madera); pintura popular (al óleo y otros); herrería (ensamble metálico; forja); pedrería (cantera, ónix, geodas y cuarzo); arte huichol (bordado y chaquira); varios (talabartería y nuevos diseños); transformación de metales preciosos (orfebrería y platería) y miniatura (madera, alfarería, fibras naturales, etc.).
Cada artesano podrá participar con un máximo de tres piezas, siempre y cuando sea en diferentes categorías; si un solo trabajo tiene varias partes (un juego de ajedrez o una vajilla), se tomará como una sola pieza. El plazo de recepción de trabajos se cierra el 14 de marzo a las 19 horas en las instalaciones del Instituto Zacatecano de Cultura, en la planta baja.
La calificación del concurso se llevara a cabo a puerta cerrada el miércoles 16 de marzo del 2005. La inauguración de la expoventa, exposición de piezas ganadoras del concurso y Ceremonia de Premiación se llevarán a cabo de igual forma el día 21 de marzo (la ceremonia de premiación quedará sujeta a cambios).
Los premios serán de cinco, tres y dos mil pesos para el primero, segundo y tercer lugar de cada rama, respectivamente. Además, habrá un galardón de ocho mil pesos a la mejor pieza de toda la muestra. Mayores informes en el Instituto de Desarrollo Artesanal de Zacatecas (IDEAZ) “Profr. Javier Macías Rosales”, ubicado en la planta baja del IZC.

jueves, febrero 24, 2005

No. 240. 6 de Febrero de 2005

¿Por qué leer?
Vivianne Thirion


Si me domesticas —crear lazos—, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será distinto a todos los demás.
Antoine de Saint Exupery.

¡Odio leer! ¡No quiero leer! Gritaban a voz de cuello y hasta suplicaban juntos y por separado Víctor Dickens y Leopoldo X, ambos personajes literarios y retratos de la realidad cotidiana que tanto conocemos. Ambos víctimas inocentes de la terrible enfermedad de “papirofobia” que afecta actualmente a gran parte de la población del mundo. Y no es que ellos tuvieran un caótico entorno familiar, ni que padecieran penalidades y carencias sin fin, ¡no! Al contrario, nuestros niños, personajes de sendas historias sobre el tema, crecían con el amoroso apoyo de sus progenitores. Les regalaron libros desde pequeños: libros de tela, libros con grandes y coloridas ilustraciones, libros de pasta dura, con pocas palabras, libros con más y más palabras, libros de esto y aquello, libros en los cumpleaños, en Navidad, libros, libros...
Los preocupados padres, ante el evidente fracaso, recurrieron incluso a la “Sopa de letras” en grandes dosis los fines de semana, con la esperanza de que los “angelitos” se aficionaran de una vez por todas a la lectura. Estaban convencidos ya por la propia experiencia y/o por influencia de maestros, psicólogos y sesudos pedagogos, de la conveniencia, incluso la urgencia de proporcionar esta valiosa herramienta a sus pequeños, en aras de una exigencia social y llave potencial del éxito profesional y económico que para ellos anhelaban.
¿Les suena familiar esta historia? ¿Han tenido situaciones semejantes? ¿Desean que sus niños y jóvenes se acerquen autodeterminadamente al texto escrito?
Para su conocimiento o confirmación, muchísimos padres, maestros, funcionarios y profesionales de diversas disciplinas y especialidades estamos interesados y ocupados aquí y allá con este mismo asunto: ¿cómo se construyen los lectores? Hipótesis, muchas. Seguridad, ninguna. ¿Recetas? Algunas muy a la mano son que nunca obligue a su hijo a leer, que lea con él frecuentemente, que respete sus gustos de lectura, que nunca lo distraiga si está leyendo, y que haga de la lectura compartida algo especial y efectivo. Mas una larga lista de “buenas intenciones”.
Algunos casos de papirofobia pueden ganarse con actitudes y acciones similares a las anteriores; sin embargo, existen factores múltiples y sutiles variantes que logran a veces el objetivo. Nada es infalible; no se gana siempre con las mismas estrategias. Ni siquiera en las mismas condiciones. Sabemos incluso de grandes lectores que descubrieron placer en la lectura por sí mismos y contra todos los pronósticos. Vale la pena en este comento cuestionar la razón de tantos afanes. ¿Por qué y para qué leemos? ¿Qué se gana o se pierde en esto de la lectura?
Si entendemos el verbo leer como la acción de desentrañar o decodificar, traducir un código (1), entonces tenemos que reconocer que pasamos la vida leyendo, descifrando códigos y/o lenguajes (2) sonoros como la música, la voz o la clave Morse; cinéticos como la danza, la expresión corporal, etcétera.
Se trata de actos de lectura directa e indirecta. Escribe en el siglo XVII Tomás Campanella, poeta y humanista italiano, contemporáneo de Galileo: “El mundo es un libro donde la razón eterna escribe sus propios conceptos”. Donde cabe señalar que este libro sólo puede leerse por quien comprenda la lengua.
La lectura se concibe como tal, únicamente en el momento en el que autor y lector, vía el texto (3) escrito, se encuentran e interactúan. Ricardo Garibay lo expresa bellamente en Oficio de leer: “Es evidentemente una emoción religiosa (4) del autor, y es una visión religiosa del que lee. Es un salto metafísico de las palabras. Ahí se aclara el mundo, en el filo de una estría clarividente”.
Leemos por todo y por nada, por obligación, necesidad y placer. Leemos para saber y sentir; algunos porque no podemos hacer otra cosa; no queremos.
Las necesidades e intereses, del lector sobre todo, dan al texto y a su lectura enfoques y funciones diversas: instrumental, la lectura que nos permite la acción, como viajar, comprar, construir algún objeto; lectura de estudio, independientemente del texto de que se trate, puede ser literario, histórico, científico, etc., es aquel que nos brinda ante todo conocimientos, nos permite saber; lectura recreativa, es aquella que puede brindarnos placer, que libera, que cuestiona. Se relaciona más con la literatura en cualquiera de sus géneros o envolturas. Todas ellas nos informan, incluso nos forman, pueden mezclarse y complementarse. Al interactuar el lector con el texto mediante una adecuada lectura, aporta en ella sus conocimientos, vivencias y lecturas previas, entre muchas otras cosas.
Anamaris Gomíz, en su ensayo Cómo acercarse a la literatura, opina: “Uno puede reconocerse donde los protagonistas realizan una buena acción; cuando el narrador o la voz presente del autor o uno de los personajes reflexiona sobre la muerte, el amor y el desamor, y el miedo a la locura y a las transformaciones radicales en nuestras vidas; otras, al toparnos con aspectos negativos de los caracteres que nosotros mismos padecemos”.
La llamada lectura de ficción ayuda a romper lo cotidiano. Permite entrar y salir de mundos alternativos. Posibilita la seducción ante los misterios y encantos de la vida, de la propia y las de otros. A veces, incluso mediante su acción terapéutica ayuda a curar y reacomodar algunas piezas.
Los escritores algo saben sobre esto de la lectura. En una encuesta publicada al respecto, encontramos interesantes respuestas como las de José María Guelbenzu: “Mis dos ocupaciones más queridas son vivir y leer. Vivo para relacionarme con la realidad y leo novelas porque no conozco otra manera mejor de imaginar el mundo”. La de Josefina Aldecoa: “Leer es para mí una necesidad, un alimento, la justificación de cada día. Al leer se produce el milagro: tomar contacto con otro ser humano que nos transmite lo que piensa, siente, observa, interpreta”, o bien, la de Luis Landero: “Porque sí. Porque la literatura es el patio de la vecindad de las humanidades... y todo concurre en ella de un modo vivo y espontáneo, como en la propia vida”.
Entonces, ¿cuándo un lector-leedor es lector? Cuando compra libros les dedica su tiempo, los comenta, escribe, comparte y reclama sus lecturas. ¡Amo leer! ¡Disfruto leer! Dirá ese lector. La lectura es un vicio, un oficio que no todos saben ejercer. La lectura es selectiva pero está al alcance de quien la conquiste, o mejor dicho, del que la domestique.

Notas:

(1) Sistema de signos y reglas que permiten formular y comprender un mensaje.
(2) Cualquier medio que se emplee para expresar las ideas.
(3) Entramado en una urdimbre, tejido. Fig. Aquello que está sujeto a interpretación.
(4) Re ligar, volver a unir, Fig. Tender puentes.
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De pasiones y alas

Enrique Montañez


Eectivamente, los ángeles llegaron por la tarde a Sodoma. Lot los recibió en su hogar con desmedida afección. El lavado que les prodigó fue más allá de los simples pies. La cena fue abundante; el fluir del vino acompañó al fuego de la chimenea. Afuera, el clamor inútil de la ciudad se diluía contra la puerta: exigían con rabia la carne de los serafines. Dios nunca se equivoca. La mujer de Lot fue echada de la casa; no valía la pena voltear y constatar el desenfreno. De sus ojos empezó a escurrir sal.
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Sólo para audiófilos

Saúl Alfonso Hurtado Rizo

Desde Beatles, Pink Floyd y Yes
Alan Parsons en Zacatecas... una gran oportunidad


Parece increíble pero es cierto. Alan Parsons pisará tierra zacatecana en los próximos días. Este enorme músico inglés ha sido catalogado como un genio de la producción por su contribución en verdaderas joyas que han dejado huella en la historia musical.
Jon Anderson, vocalista de Yes, manifestó en una entrevista que “su música no sólo es un rock de excelente manufactura, llega más allá al presentarnos atmósferas orquestales que pocos músicos han logrado... es simplemente hermoso”.
De ahí que Alan Parsons fue electo para producir las sesiones de orquesta “Symphonic Music of Yes”, con la actuación de The London Philarmonic Orchestra y por los músicos de Yes, Jon Anderson, Steve Howe, Chris Squire y Bill Bruford.
Ahora bien, ¿por qué vale la pena escuchar a Alan Parsons en vivo y en nuestra casa? Porque es una oportunidad que difícilmente se volverá a presentar. Y para los que lo conocen poco o nada, presento parte de su currículum:
Entre 1969 y 1970 trabajó como productor de los álbumes “Abbey Road” y “Let it be” de The Beatles.
En 1972 produjo el disco “Red Rose Speedway” de Paul Mc Cartney.
Entre 1974 y 1975 trabajó como productor en uno de los discos más vendidos en la historia de la música: “Dark side of the moon” de Pink Floyd.
No conforme con producir a grandes talentos, se unió con su amigo y compañero de trabajo de los Estudios Abbey Road, Eric Woolfson, para integrar The Alan Parsons Project, y grabar su primer material “Tales of Mystery & Imagination”, que logró tal impacto no sólo por su música, sino por abordar cuentos de fantasía y terror basados en los trabajos literarios de Edgar Allan Poe, teniendo como narrador al actor Orson Welles.
En 1977 graban “I robot”, basado en la novela homónima del escritor de ciencia ficción Isaac Asimov.
Posteriormente presentan “Pyramid” sobre el misticismo egipcio, para continuar con “Eve”, que aborda a mujeres trascendentes y finalizar la etapa de los setentas con “The turn of a friendly card”, que habla de casos astrales.
En los ochenta, lanza al mercado los discos “Stereotomy”que habla de cuestiones tecnológicas, para seguir con “Gaudí” dedicado al célebre arquitecto catalán para culminar con “Freudiana”, inspirado en el psiquiatra Sigmund Freud.
En los noventa, ya separado de Eric Woolfson, lanzó “Try Anything Once”, que logró tal aceptación, que fue llamado para musicalizar la película “Lady Halcón” estelarizada por Michelle Pfeiffer.
“Time Machine”, uno de sus últimos trabajos, está basado en la novela del mismo nombre de H.G. Wells.
Alan Parsons ha sido nominado en once ocasiones a los premios Grammy, además de recibir varios discos de oro y platino por sus altas ventas alrededor del mundo.
Por eso reitero: es una oportunidad que difícilmente se volverá a presentar...
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“La voz humana” o los tormentos de la pasión

“La voz humana” es un acto de comunicación en que la soledad del personaje toca la soledad del espectador y lo estremece. Es ahí donde la idea de “teatro intimista”cobra un nuevo sentido, ya que a la cercanía entre el espectador y el escenario, se suma la cercanía íntima de la emotividad, la pasión, la soledad y la locura que acecha después del amor. Una mujer en una cama junto a un teléfono descubre lo que “el íntimo decoro” del espectador no permite que salga a flote.
“La voz humana” posee una gran virtud: que su única intérprete debe contar, y de hecho cuenta, con el suficiente oficio interpretativo para hacer creíble al público esa charla que se vuelve tragedia y que durante el desarrollo de la pieza tiene inquietantes efectos poéticos.
La obra teatral “La voz humana”, de Jean Cocteau, fue presentada en la Alianza Francesa a través del Instituto Zacatecano de Cultura durante el mes de enero de 2005 y no dejó de ser felicitada y difundida por la opinión del público espectador y por los medios de comunicación como es el caso del canal 21 de cablevisión, Televisa Zacatecas, Radio Zacatecas, Estéreo Plata y periódicos locales. La obra produjo una impresión exitosa y esto ha sido motivo para generar una mayor demanda en su difusión.
“La voz humana” se representó en tres funciones con cupo limitado debido a su carácter intimista, sin embargo éstas no fueron suficientes puesto que del público heterogéneo: compuesto de entre el cautivo, alumnos de la alianza y en general, que asistió a las tres funciones el 35% no alcanzó lugar.
La calidad de la obra es el resultado de la poética de la actuación de Rosa Isela Baltazar, que se fundamenta en el proceso del montaje con la participación creativa de distintas personalidades del ámbito teatral.
En “La voz humana”, es notable la solidez del trabajo actoral de Baltazar Incháurregui, quien se ha olvidado por ahora de los performances para concentrarse en un trabajo teatral muy completo que consigue conmover al público a través de un personaje que paulatinamente entra en la locura, luego de días de espera de una llamada telefónica.
A lo anterior se suma la participación y disposición de la Alianza Francesa por que no sólo acogió la obra como una revelación cultural más en Zacatecas sino que medió para lograr un intercambio cultural, a través de la participación de Frédéric Santschi y Lino Dalle Vedove, quienes se encargaron de la adaptación escénica, así como la promoción del concepto de la obra el y diseño de la producción fotográfica del cartel, el cual tuvo gran conquista ante los ojos del espectador y que será utilizado para las siguientes funciones.
Tal reconocimiento amerita la difusión de esta puesta en escena a nivel nacional, por lo que se espera programarla en otros estados del país en la medida de lo posible. ya que al ser realizada en La Ciudad de México en un principio, fue propuesta y consumada con una calida tal, que podrá ser promovida a nivel nacional, partiendo de la misma ciudad. Lo que se debería hacer con obras teatrales de este vigor y empuje, es impulsarlas a través de coinversiones en su difusión y promoción.
Rosa Isela Baltazar, actriz creadora y fundadora del grupo “Abriendo Laberintos”, es participante en el espacio escénico desde 1990 con intervenciones en distintas compañías, con constantes participaciones a nivel Nacional e Internacional y ahora becada por el FECAZ en el periodo 2002-2003 con este proyecto, realizado bajo la Idea Central y el Análisis Dramático de Moisés Morís Savariego con la técnica de Casa de Teatro de Luis de Tavira, escuela de su misma formación actoral.
Sobre “La voz humana”, Rosa Isela Baltazar Incháurregui indica que “el tono que da en apertura Morís Savariego nos viene a dar un despojamiento escénico de la materia viva con la que se constituye el artefacto del realismo humano y la realización concreta de la comunicación. Siempre se ha sabido y creo que las obras geniales requieren de un público genial que las comprenda, es decir, es necesario transformar un alma por lo menos y el único estilo posible en este caso es el pensamiento hecho carne; que en este argumento a través de la literatura dramatizada… es la obra de J. Cocteau: un espacio que desempeña el papel del tiempo que corresponde al realismo como hecho humanizante”.
“Mediante nuestro estilo Art deco en la puesta en escena, el drama protagonizado por una mujer, figura femenina que sufre los tormentos de quien está desgarrado en la carne sin que ello le impida ser la manifestación impresionante de la pasión. Es la mujer que sabe que necesita del amor para seguir respirando, despreocupada del pudor y el ridículo, está dispuesta a defender su postura ante su situación como sea; sus actos constituyen el encanto de un mundo singular que desarrolla un carácter de paralelismo a nuestras formas de amar en donde palabra y sonido se corresponden ante la verdad de una gran mentira. Es esta verdad en la que la asesoría creativa de Lino Dalle me encaminó en la apertura del concepto bajo la visión de la obra dramática de Cocteau”.
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XLIV Muestra Internacional de Cine “Reflejos de la cinematografía mundial”

Del 9 al 21 de Febrero tendrá lugar la XLIV Muestra Internacional de Cine, denominada “Reflejos de la cinematografía mundial”, organizada por Promotora Cultural de Zacatecas (PROMOCULZA), en coordinación con la Cineteca Nacional, Multimax y el Instituto Zacatecano de Cultura. En total se presentan 13 filmes, de los cuales, en esta edición presentamos sinopsis y comentarios sobre los que se proyectarán del 9 al 13 de Febrero. En nuestra siguiente edición estaremos informando sobre el resto. Las proyecciones serán en el cinema Multimax a las 4:20, 6:40 y 8:50 p.m.

Miércoles 9 de Febrero
Después de la medianoche
(Dopo mezzanotte)
Dirección: Davide Ferrario. País: Italia, 2004. Guión: Davide Ferrario. Fotografía en color: Dante Cecchin. Música: Banda Ionica, Fabio Barovero y Daniele Sepe. Edición: Claudio Cormio. Con: Giorgio Pasotti (Martino), Francesca Inaudi (Amanda), Fabio Troiano (Angelo), Francesca Picozza (Barbara), Silvio Orlando (narrador), Alberto Barbera (director del museo), Pietro Eandi (Nonno), Francesco D’Alessio, Andrea Moretti, Gianni Talia (miembros de la banda), Ivan Negro (Ivan), Claudio Pagano (guardia), Gianpiero Perone (Bruno), Andrea Romero (dueña del fast food). Producción: Rossofuoco, Film Commission Torino, Davide Ferrario. Duración: 89 minutos. Distribución: Cine Video y Televisión.
Martino trabaja como guardia nocturno en la Mole Antonelliana de Turín, en donde se ha creado el Museo del Cine. Cuando trabaja, a partir de la medianoche se dedica a ver y reeditar viejas películas silentes en una especie de habitación que se acondiciona en un local no usado dentro del edificio. Un día, Martino ofrece refugio a una muchacha que huye de la policía, Amanda, quien trabaja en un restaurante de fast food frecuentado por Martino. La convivencia se traduce en una mutua confianza y cuando llega el momento para Amanda de regresar con Angelo, su novio delincuente, así como a su vida solitaria, tanto ella como Martino se dan cuenta que las cosas no son como al principio.
Cine en digital, hecho con mano ligera, elegante e irónica, presupuesto diminuto y gran corazón: cuando se renuevan los instrumentos surgen las nuevas olas, como en la comedia-rompecabezas Después de la medianoche, en la que el solitario protagonista vive un ménage à trois: el amor, la realidad circundante y el cine-sueño con referencias óptimas y abundantes pero no intelectualistas. [...] Ferrario narra bien la eterna y dulce ambigüedad del amor. (Maurizio Porro, Corriere della Sera).

Jueves 10 de Febrero
La vida que te espera
Dirección: Manuel Gutiérrez Aragón. País: España, 2004. Guión: Ángeles González-Sinde y Manuel Gutiérrez Aragón. Fotografía en color: Gonzalo Berridi. Música: Xavier Capellas. Edición: José Salcedo. Con: Juan Diego (Gildo), Luis Tosar (Rai), Marta Etura (Val), Clara Lago (Genia), Celso Bugallo (Severo), Víctor Clavijo (Parrondo), Xosé M. Olveira (Párroco), José Luis Bernal (Marino), Rei Chao (Rafael), Alfonso Agra (Paco), Rosa Álvarez (Milagros). Producción: Tornasol Films S.A., Continental Producciones, Televisión de Galicia, Televisión Española, Canal +, Latido Films, Gerardo Herrero y Pancho Casal. Duración: 100 minutos. Distribución: Cine, Video y Televisión.
En los idílicos valles de una región del norte de España se desata una disputa mortal: Gildo mata a su vecino Severo por una vaca lechera. No todo son vacas en los profundos valles del Pas. Val y Genia son hijas de Gildo; una trabaja de sol a sol, y la otra estudia. Al entierro de la víctima llega el hijo del difunto hijo, Rai, quien se siente atraído por Val, la hija del asesino de su padre. Val comienza a salir con Rai y a ceder a sus requerimientos sentimentales por mandato de su padre, quien está deseoso de enterarse cuánto sabe Rai del homicidio. También Rai espera saber algo de la muerte de su padre a través de Val. Poco a poco las intenciones investigadoras del uno y de la otra se van trocando en un amor que es una amenaza para todos.
La vida que te espera se desarrolla en un microcosmos de padres, hijos y familias vecinas. El estrecho valle en el que se mueven los personajes ‘estrecha’ a su vez las relaciones. Un crimen de cuya autoría todos suponen, pero ninguno habla, envenena aún más las vidas de los personajes. La historia, que protagonizan Juan Diego, Luis Tosar, Marta Etura y Clara Lago, cuenta las desavenencias entre dos familias vecinas cuando la vaca de una de ellas se escapa a los prados de la otra.

Viernes 11 de Febrero
Por siempre joven
(Babí léto)
Dirección: Vladimír Michálek. País: República Checa, 2001. Guión: Jirí Hubac. Fotografía en color: Martín Strba. Música: Michal Lorenc. Edición: Jirí Brozek. Con: Vlastimil Brodský (Frantisek Hána), Stella Zázvorková (Emilie Hánová), Stanislav Zindulka (Eda), Ondrej Vetchý (Jará Hána), Petra Spalková (Králová), Jirí Lábus (agente), Zita Kabátová (Maruska Grulichová), Katerina Pindejová (juez). Producción: BKP Films, Buc-Films, Ceská Televize, Jirí Bartoska, Jaroslav Boucek, Jaroslav Kucera. Duración: 95 minutos. Distribución: Gussi-Artecinema
Esta agridulce comedia sobre la ancianidad como una época para la diversión y no para la tristeza, narra la historia de Fanda, un hombre que se rehúsa a envejecer. Pese a las súplicas de su exasperada esposa Emilie y de su hijo Jara, quienes pretenden hacerlo tomarse la vida en serio, Fanda pasa sus días haciéndose pasar por variopintos personajes, desde un cantante de ópera retirado hasta un boletero del metro de Praga. Cierto día, las cosas se complican cuando Fanda finge su propia muerte para quitarse de encima a sus acreedores y Emilie decide abandonarlo.
En una nota trágica alrededor del filme, Brodský (el protagonista) se quitó la vida poco después del estreno de la cinta. Con esto, Por siempre joven, película sobre cómo vivir la vida al máximo para mantener alejada a la muerte, cobra una nueva dimensión. Él mismo se vuelve el representante de una cinematografía que alcanzó su gloria durante los años sesenta y setenta. Esta es una oportunidad única para apreciar su gran actuación final.

Sábado 12 de Febrero
Todo sobre mi padre
(Alt om min far)
Dirección: Even Benestad. Año: Noruega-Dinamarca 2002. Guión: Even Benestad y August B. Hanssen. Fotografía en color: Bjørn Eivind Aarskog (segmentos en película), Even Benestad, Øyvind Garau y Steffan Strandberg (video digital). Música: John Erik Kaada. Edición: Erik Andersson. Con: Esben Benestad/Esther Pirelli (padre), Elsa Almås (madre), Elisabeth Skaflem Benestad (hermana), Liv (primera esposa del padre), Even Benestad (ídem). Producción: Exposed Film Productions, Zentropa Real, TV2 Norge, Danmarks Radio, TV4 Sweden, TV2 Norge, Norsk Filmfond, Bjørn Eivind Aarskog, Carsten Holst. Duración: 75 minutos. Distribución: Cinemas Nueva Era.
El médico Esben Benestad y la terapeuta sexual Esther Pirelli, dos admirados residentes de una conservadora y pequeña ciudad de Noruega, comparten de hecho el mismo cuerpo así como la identidad de padre del cineasta Even Benestad, director de Todo sobre mi padre. Esben Benestad/Esther Pirelli es un bi-género, lo que significa que él/ella se identifica como varón y como mujer. Un día la glamorosa Esther puede aparecer en el supermercado, mientras otro día el viril Esben atenderá a sus pacientes. El camino para la aceptación propia, familiar y social fue largo y difícil para Esben/Esther y su familia. Todo sobre mi padre es un documental en que el hijo confronta a su familia y a sí mismo.
Esben Benestad es casi una celebridad en Noruega. Médico durante el día, Esben es también un travesti conocido como Esther Pirelli, una terapeuta que se especializa en niños con problemas de identidad sexual. Aunque se han hecho multitud de documentales sobre transexualidad y travestismo, Todo sobre mi padre (un título que acaso refiere al recuento ficticio de Almodóvar sobre la identidad sexual confusa) es distinto: el director, Even Benestad, es hijo de Esben, lo que lleva a reflexiones mordaces y muy personales acerca de la frágil relación entre padres e hijos.

Domingo 13 de Febrero
La primavera de una infidelidad
(Xiao cheng zhi chun)
Dirección: Tian Zhuangzhuang. País: China-Hong Kong-Francia-Países Bajos 2002. Guión: Ah Cheng, basado en el guión original de Fei Mu de 1948, a su vez inspirado en un relato de Li Tianji. Fotografía en color: Mark Li Ping-bing. Música: Zhao Li. Edición: Xu Jiangping. Con: Hu Jingfan (Yuwen), Wu Jun (Dai Liyan), Xin Bai Qing (Zhang Zhichen), Ye Xiao Keng (Lao Huang), Lu Si Si (Dai Xiu). Producción: Beijing Film Studio, Beijing Rosart Film, China Film Group Corporation, Fortissimo Film, Orly Films, Paradis Films, Eric Heumann, William Kong, Li Xiaowan, Marc Sillam, Tang Yatming, Alain Vannier, Michael J. Werner.Duración: 112 minutos. Distribución: Alfhaville
Liyan, un terrateniente, vive en un pequeño pueblo dentro de una lujosa propiedad que resulta dañada por los bombardeos japoneses al final de la Segunda Guerra Mundial. Sin dinero en efectivo, no puede repararla, y conserva a su lado sólo a Lao Huang, anciano servidor de su padre. Sumido en la tristeza y con una salud decreciente, se aleja cada vez más de su esposa Yuwen. Su melancólica y gris existencia se verá sacudida con el arribo de Xhang Zhichen, viejo compañero de la universidad y el primer amor de Yuwen. Por su parte, ésta comprueba con una mezcla de desesperación y deleite, que los sentimientos hacia su antiguo amante permanecen intactos. Liyan intentará comprometer a su amigo con su hermana Xiu, mientras Yuwen sueña con ser abrazada nuevamente por Zhang.
Esta nueva versión de un gran clásico de nuestro cine está adaptada a la época actual, caracterizada por la impaciencia y la impetuosidad. Sin embargo, estoy convencido de que no hay lugar para la precipitación; si se quiere disfrutar de algo plenamente, hay que tener paciencia. Por otra parte, lo único que puede despertar el interés del público actual en este filme, son lo valores morales que se plasman. Al final, los protagonistas encuentran un equilibrio entre el deseo y los valores. Hoy la gente parece estar un poco desorientada, y cada día hay menos personas con elementos suficientes para juzgarse a sí mismas. (Tian Zhuangzhuang)
No todos los días se hace un remake a un clásico, sobre todo si ese clásico es un melodrama de la década de los cuarenta, y menos aun si el filme en cuestión es considerado por muchos como la mejor película china de todas las épocas. Tal es el caso de La primavera de una infidelidad (Xiao cheng zhi chun), este reciente filme de Tian Zhuangzhuang, integrante de la llamada Quinta Generación de cineastas chinos. La imposibilidad de acceder a la versión original del director Fei Mu, tiene para nosotros la consecuencia feliz de evitar odiosas comparaciones que suelen desembocar en dictámenes a menudo ociosos; la única diferencia que podemos suponer, sin haber visto el primero de los dos filmes, no deja de ser empero capital: la versión de 1948 era casi contemporánea de la historia que narra. Por su sola existencia, el melodrama de Tian Zhuangzhuang no puede dejar de contraponer aquel tiempo de transición —entre la Guerra de Liberación contra los japoneses y el fin de la Guerra Civil— que sigue siendo el de su diégesis, con éste, post-revolucionario, en que fue producido.
Pero la contraposición de tiempos sólo operaría en este caso por defecto, y no se advierten más signos de reflexividad histórica que los que podrían haberse hallado en la versión anterior: a través de sólo cinco personajes, y con el pretexto de un triángulo amoroso, accedemos a una suerte de alegoría social cristalizada en el marco reducido de una pequeña ciudad. (Federico Lozano)
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LA ROSA DE LOS VIENTOS

Poemas

Adriana Jaquez

Diario sueño

Sueño vivir en la rama de un árbol,
bajo un puente en invierno,
en un supermercado.
Ser hombre,
mujer,
Ventana
puerta,
un libro deshojado.
Sueño el mar visto por un perro,
la plaza olvidada en una foto,
el primer amor de una anciana.
Sueño fábulas contadas por un loco.


Paisaje I

En el desierto,
un recuerdo de sal
queda del mar.


Paisaje II

En la vigilia,
la llovizna de grillos
inunda sueños.


Paisaje III

Árbol vampiro,
en tierra virginal
clavas colmillos.


Paisaje IV


Llueve en el mar,
arde la pena amarga,
llaga con sal.


Paisaje V

Tic tac del reloj,
caravana de hormigas
sin distracción.


Paisaje VI

Canto del gallo,
afónica trompeta
que al sol despierta.
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EL SOL DEL TRÓPICO
Suplemento del suplemento de El Sol de Zacatecas

Una incógnita, el programa del Festival Cultural Zacatecas 2005


En breve, será presentado el cartel y el programa oficial del Festival Cultrual Zacatecas 2005.
Sin precisar cuáles serán los platos fuertes en el Festival Cultural Zacatecas 2005, el Instituto Zacatecano de Cultura, a través de un comunicado de prensa, asegura que “todo se encuentra listo para que del 19 al 27 de marzo se desarrolle en nuestra ciudad” dicho evento.
El comunicado agrega que en esta edición, el festival “cuenta con cambios significativos que enriquecerán considerablemente su contenido, y cuyo programa y cartel serán dados a conocer en breve a los medios de comunicación”.
El comunicado augura sorpresas que “se dejarán sentir desde el acto inaugural, en el que una gran figura de talla internacional, en su primer visita a Zacatecas, hará vibrar el máximo foro de nuestra ciudad y elevará el ánimo de los asistentes al mismo cielo”.
Los eventos que se tienen precisados son los que se realizan cada año: la Procesión del Silencio, la realización del concierto Stabat Mater de Pergolesi en el Templo de Nuestra Señora de Fátima, o la Overtura 1812 de Piotr Ilich Tchaikowski, que ofrece la Internacional Banda de Música del Estado de Zacatecas.
Agrega el boletín que el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) ha puesto especial cuidado en la conformación del contenido del programa para esta edición del Festival, tanto en los eventos de animación, en las exposiciones y en el aspecto teórico, con talleres, cursos y seminarios que atenderán algunas de las necesidades de la comunidad artística en las disciplinas más demandadas en nuestro estado, se procuró contar con presencias internacionales, nacionales y locales dignas de una de las tres mejores fiestas de la cultura en México.

lunes, febrero 21, 2005

No. 239. 30 de Enero de 2005

El reality show de la poesía nacional

Sobre el hit parade de Letras libres o el ranking nacional de los diez poetas más buscados por internet

Rafael Toriz y Sigifredo E. Marín


En un acto de pleno despotismo ilustrado, la revista Letras Libres en su número 72 (diciembre de 2004) ha convocado a sus lectores –mediante el voto electrónico– para tabular una lista canónica de “los diez mejores poetas mexicanos vivos” (sic), quizá con la finalidad de llenar el vacío mediático e intelectual representado por la muerte de Octavio Paz. Creemos que el solo hecho de la encuesta ya es de suyo ocioso, autocomplaciente e inútil, y sin embargo plantea un problema que es necesario discutir: el carácter social de los poetas en México. Debido a la ausencia de voces críticas, hasta el momento, sobre tal encuesta, nos sentimos obligados –como lectores de poesía– a señalar algunos puntos de discusión:

a) Si bien la idea de hacer una votación de “popularidad” resulta plausible como capricho, es ociosa como crítica. Nada quiere decir sobre la calidad literaria el que diez poetas nacionales sean los más populares de una revista. Dicho método sólo sirve para avivar el avispero y ver qué poetas cuentan, acaso, con más seguidores –que no necesariamente equivale a lectores. Cosa que tampoco dice nada en términos de mejor o peor y mucho menos nos dice algo sobre su relevancia poética.

b). “Pregunta osada, quizá incontestable. Pero también estimulante y divertida” se lee en la convocatoria. No vemos mayor osadía que la arrogancia de los editorialistas al pretender que su revista sea la dadora de dádivas y prestigio literarios. La prohibición discursiva de señalar quienes están in y out es una temeridad digna de Tv notas y Tv y novelas Además, al menos a este par de no-selectos lectores de Letras Libres, les resulta difícil ver lo “divertido” y “estimulante”. Lo que verdaderamente estimula es la compasión.

c) Sabrá Dios como seleccionaron a los 200 “nominados”. Si en vista de su trayectoria, su renombre en el mundillo literario, su credo o su partido político. Resulta inconcebible hacer una competencia de poetas de 30 ó 40 años de edad con poetas que tienen 30 ó 40 años de actividad literaria. Sólo diremos que resulta inconcebible y punto. (Además, si la lista ofertada responde al contentillo de la revista, los resultados se encuentran previamente inducidos, por lo que, el “top ten democrático” (¡sic!) no debe ser tomado en serio.)

d) El mero sentido común nos dice que las comparaciones son estúpidas y, además, los criterios no formales ni semánticos de un poema difícilmente pueden arrojar luz sobre las virtudes o carencias del trabajo literario. Dice el poema Desiderata: “compárate y te volverás vano y amargado”. Por otra parte, meterse en la cuestión del gusto es un gran embrollo. Se prefiere al café sobre la leche, la tez morena sobre la rubia o viceversa. Y en cuestión de gustos, como dicen los abuelos, no hay mejores ni peores sino “diferentes”. En la poesía las diferencias no son de grado sino cualitativas, o para decirlo con Hume “la belleza no es algo inherente a las cosas: sólo existe en los ojos del espectador”.

e) ¿A qué oscuro (o iluminado y mediático) interés obedece el afán de ser el number one, el mejor de la clase? Es bastante molesto ver cómo muchas personas quieren por fuerza hacer(se) un “pequeño Paz” o tener una figura, acaso herencia del PRI-gobierno, bajo la cual cobijarse. ¿Acaso no es mejor hacer las cosas por el gusto y el placer que provocan sin estar pensando si el trabajo es acreditado por todos? ¿O es que la guerra de las encuestas es una nueva peste social que llegó para quedarse y contaminarlo absolutamente todo, incluyendo la literatura?

Pasarela de nombres, una encuesta de poetas sólo muestra la impostura y el arribismo extraliterario que busca definir a la poesía desde criterios cuantitativos y mediáticos –dejando de lado la singularidad de la creación poética. Los supuestos herederos de Paz se sienten con el derecho de legislar qué es la poesía hoy y quiénes son los mejores poetas vivos, dejando libremente que el lector se convierta en encuestado. La libertad de Letras libres parece limitarse al libre mercado de opiniones estandarizadas, esto es, las encuestas.
Lo significativo no es ver quiénes son los diez mejores poetas mexicanos vivos sino saber que, afortunadamente, la literatura mexicana cuenta con un nutrido y heterogéneo corpus poético para disfrute de todo aquel que guste de la lectura. Tristemente, encuestas como esta contribuyen a que haya, como siempre, más poetas que poesía, más renombres que hombres. ¿Qué es lo que sigue: el mejor agente de ventas en el mercado literario? Ahí, seguramente la suerte –también– ya está echada. Y la poesía: ¡bien, gracias!
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Paul Celan o la claridad de las cosas

Juan Manuel Gómez


No sería fácil decir si por fortuna o por desgracia contamos hoy con las obras completas de Paul Celan (Czernowitz, 1920-París, 1970) traducidas al español. Se trata de un libro publicado por Editorial Trotta (Madrid) en 1999 y reeditado en 2000, que puede conseguirse prácticamente en cualquier librería mexicana. La existencia de un ejemplar que contenga “todo” lo escrito por Celan es sin duda motivo de júbilo; sin embargo, resulta decepcionante abrir sus páginas y encontrarse cada vez más lejos de la música de Paul Celan y, sobre todo, de descifrar su enigma.
El libro en cuestión cuenta con un breve pero muy completo ensayo introductorio escrito por Carlos Ortega, quien reúne piezas clave, como es el caso de los estudios de Peter Szondi, John Felstiner y José María Pérez Gay, y forma con ellas uno de los mapas biográficos más fieles y documentados que se hayan escrito sobre el poeta de la Bucovina.
Hasta aquí sigue siendo una buena noticia la reunión de los trabajos de Paul Celan . Pero pasemos a los poemas. Hay que decir, por principio de cuentas, que Celan es un poeta oscuro, aunque él mismo se empeñe en negarlo enfáticamente —sobre todo a quien para Luis Miguel Aguilar es su mejor traductor al inglés: Michel Hamburger. No se puede esperar que alguien, ni siquiera alemán, lo descifre completamente —principalmente en sus últimos libros—, como no se le podría pedir a nadie que traduzca Trilce, de César Vallejo, a un español comprensible. Ambos, Vallejo y Celan, se enfrascaron en los meandros del lenguaje y su obra nos lleva a codificar la realidad a partir de emociones puras; a veces no comprendemos sus palabras, pero los poemas nos hacen estremecer desde lo más hondo.
El hecho de que se trate de un trabajo difícil no justifica la labor del traductor de Celan en estas obras completas —hecha por un especialista reconocido, José Luis Reina Palazón, traductor de Georg Trakl, Hans Magnus Enzensberger y Goethe—, la cual, por cierto, deja mucho que desear, y es en este sentido que se vuelve decepcionante la lectura de estas obras completas de Editorial Trotta.
Tal vez algunos lectores mexicanos, después de leer las versiones de José María Pérez Gay (recogidas en Paul Celan, Sin perdón ni olvido, UAM, 1998), nos hemos vuelto exigentes y queremos leer a ese Celan y no a otro. Queremos a un Paul Celan vivo, musical, contundente, cuyo dolor absoluto se ha transformado en lenguaje puro, y rechazamos a un Paul Celan, como el que nos ofrece Reina Palazón en los poemas, engolado, que se tropieza con las palabras, que tarda en llegar al corazón.
Las versiones que hace Reina Palazón de la prosa de Celan son muy distintas, sin embargo. Aquí, a diferencia de los poemas, sí encuentra al verdadero Paul Celan y lo hace hablar en español para nosotros.
No es fácil encontrar la voz de un poeta, sobre todo si se trata de un poeta difícil. Quizá estemos pidiento demasiado y el hecho de que José María Pérez Gay haya logrado esa comunión de almas para transportar al español el dilema alemán de Celan sea obra de un milagro irrepetible.
¡No soy hermético!, repetía insistentemente Paul Celan a Michel Hamburger, según refiere Luis Miguel Aguilar en una reseña publicada hace más de dos años. Y Carlos Ortega, en el prólogo de estas obras completas, recuerda: “Su biógrafo, Israel Chalfen, refiere lo que le contestó un día a alguien que le había pedido que le explicara un poema: ‘Siga leyendo. Basta con leer y releer, y el sentido aparecerá por sí solo’. ”
Todo lo que se necesita para entender una obra de arte debe estar contenida en la obra misma. Ése era un poco el discurso de Celan. Él hablaba con la verdad, con una profunda verdad que era suya, y quien lo leyera tenía que llegar a ella, por cruda que ésta fuera, en el momento más inesperado. Su intención no era hacer intrincados laberintos o complicadas adivinanzas jugando con los trucos efectistas del lenguaje. Celan lo que menos quiere es poner trampas. Su intención es justamente la contraria: decir de modo simple y llano la verdad. Y es esa “claridad de las cosas”, por llamarle de algún modo, de donde parte lo oscuro que puede ser para nosotros, con nuestras complicadas mentes llenas de datos, mentiras y prejuicios. “Sólo las manos verdaderas escriben poemas verdaderos”, decía.
«¿Entenderíamos poemas —se pregunta Luis Miguel Aguilar— como “Fuga de muerte” o “Stretta” si no supiéramos que el poeta está hablando de los campos de exterminio nazis donde murieron sus padres en la Segunda Guerra Mundial? La respuesta es cada vez más clara: nos lo dicen los mismos poemas de Celan y no sus alrededores. Sus grandes poemas no son estetizaciones de la muerte; no cesa de sorprendernos, más bien, que con una materia tan impura, Celan lograra estos cristales.»
Cristales hermosos que reflejan como prismas la bestialidad de “esa época” como llamaba eufemísticamente Celan al holocausto, sin atreverse públicamente a repetir esa palabra. El poema “Recuerdo de Francia” termina diciendo: “Estábamos muertos y podíamos respirar”.
“Cada palabra ha sido escrita —le decía Celan a Arno Reinfrank a propósito del libro Parte de nieve (1971)—, créame, en relación directa con la realidad. Pero no, eso no se entenderá”.
Celan siempre vio en lo explícito el fracaso de la poesía. Ésa fue la razón de que no sólo haya retirado su primer libro, sino que, incluso, renegara —al grado de prohibir su reedición— de algunos de sus poemas más celebrados, como es el caso de “ Todesfuge “ (“Fuga de la muerte”).
Qué es lo que pasa por la mente un instante antes de jalar el gatillo. Seguramente cualquier tontería, cualquier trivialidad que detona, que inicia una larga cadena que de continuar llegaría a lo más profundo, a esos pensamientos incomprensibles aun por nosotros mismos, que están cifrados tal vez en ese lenguaje original que estaba en nosotros cuando llegamos al mundo, cuando sabíamos con certeza quiénes éramos e inaugurábamos todas las cosas. Ese lenguaje cuya única función era decirnos a nosotros mismos, interpretarnos lo que nuestros sentidos percibían, y que vamos olvidando para sustituirlo por el que ahora tenemos. Esa voz interior que no tiene ninguna interferencia y que sólo manifiesta nuestro diálogo interior con el mundo y, en esa medida, es completamente verdadero, y su verdad nos asalta como un tumulto y nos devuelve al origen con toda su pureza rotunda. La poesía es en gran medida esa vuelta a la esencia de las cosas. Es esa trivialidad detonadora y es también ese balbuceo original. Es, en resumen, la aspiración de una verdad común que surge entre todos los matices y nos enseña la misma cara de las cosas que todos podemos reconocer.
La poesía de Paul Celan es precisamente eso: la clara experiencia del lenguaje. De ahí su aparente oscuridad y complejidad. En realidad es una vuelta atrás, hacia lo más simple. Hacia el origen, en este caso, del dolor, del caos, del peregrinaje a que se vio obligado por el hecho de ser judío. En la nota introductoria de Sin perdón ni olvido —que, por cierto, en vez de estar al inicio del libro está al final, y que junto con una selección de esos poemas se publicó en las páginas de Crónica Dominical tiempo atrás—, José María Pérez Gay refiere la presentación que hiciera su maestro Peter Szondi la tarde de diciembre de 1967 en que llevó a Paul Celan ante sus alumnos:
Estos textos no son sino una cicatriz que no se cierra: una cicatriz de nuestro tiempo. No niegan la dignidad del miedo ni el consuelo de la confianza. [La de Celan] es una poesía ardiente brotada de la vida y el diálogo del hombre con el mundo. En sus poemas brillan los nombres de las cosas, aparecen diáfanas las plegarias y los colores cobran una existencia prodigiosa. Resucitan a las víctimas, se afanan los sobrevivientes y dicen su misterio antiguas teogonías hebreas. Hay amapolas y memoria, urnas y arena, tallos y lámparas. Todo un universo hecho con las manos llenas de dolor y el alma interrogante. Celan es un poeta que ha dejado un rastro de fuego en la lengua alemana.


Molinos de viento
te llenan los pulmones y remas
por canales, lagunas y canales,
a la luz de la palabra,
sin un por qué
en popa,
sin un adónde
en proa,
sólo el corno de Aries
te sostiene en vilo.

Volver al origen suspendido por una fuerza inexplicable. Tal vez justo en el tránsito del puente Mirabeau a las aguas del Sena, en ese preciso abismo final, Paul Celan pensaba precisamente en la noche y el día que comenzó el éxodo de su alma para no regresar jamás a su cuerpo.
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LA ROSA DE LOS VIENTOS

Polvo de Ángel

Dalí Corona


Para Silvia E.

Pasamos la noche en vela, bajo techos distintos,
en distintos barrios, escuchamos llover la misma lluvia.
Y descubrimos que no podíamos dormir separados.
Eduardo Galeano
Días y Noches de Amor y de Guerra

I
Se diría que las calles fluyen dulcemente por la noche y que a pesar de tanto frío, los faroles, las velas, las casas de asistencia pública, son parte de una oscura estratagema que obliga a la marea a cambiar de dirección.
Se diría que mientras escribo esto y mientras intento calmar las voces que se agolpan en la puerta, una mano se apresura y cierra la venta, porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse, nada tienen que imprecarse.
Tengo una voz que busca en vano su sombra, una casa que se va desbaratando y un callejón lleno de brújulas que muestran dónde vives, dónde duermes, dónde y dónde se derrama tanta luz con tanta ira, tanta muerte aún fosforescente.
Pero pongamos, si cada uno dijera en un momento dado, te amo, te extraño, te necesito, te quiero, qué horrible beldad aquella de mirarte dormida entre las sábanas, sepultada en los enjambres de una noche breve y fulminante.
Es por eso que la mano cierra el frío, es por eso que la mano indaga por tu nombre, esperando hallar algo de ardor, un poco de llama que amanezca y selle el hueco donde florece un arsenal de espectro olvido, una mancha que avecina polvo de ángel.
Silvia, Silvita: Si escribo esto, es porque quiero que se noten las manchas de mi ropa, es porque espero lograr, no la madrugada, no el fantasma ni la hoguera, no la lluvia, sino el vuelo de un ave taciturna alrededor de mi mirada; un ruido de escalones que se pierde puntual entre las aguas.
Qué nostalgia, Silvia, la que siento, qué dolor y cuánta rabia y qué inservible esta carta herida de muerte en cada párrafo.


II

Pero igual que una luz fosforescente se pierde entre la arena cuando se ha lanzado al viento para pedir algo de ayuda, así mi voz sepulta sus balidos en la noche; así se va haciendo una parte más de las estrellas y apacigua su furor de inapagable llama revoloteando en la penumbra.
Propongo aquí verter toda la sangre, propongo yacer entre estas letras, sacarnos los ojos mutuamente y mirar cómo las lágrimas se escurren por toda la ventana.
Propongo andar a gatas, convertirnos en un fuego más rubio y más tenaz que el mismo que se halla sepultado en el poema.
Propongo morir baldíos, ahogados por tanta arena incandescente.
Qué insecto montaraz descose el sueño, qué fría madrugada se avecina dejando caer dardos mortales; un arsenal de bombas y de espectros que enmudece hasta la lluvia.
Qué querida amiga hiere el viento, incendia la recámara y se desploma como una silenciosa
madrugada a punto ya de reventar...
Me sobrevivo en vela, mereciendo que el corazón me amputen al matarme...
colocándome protones de silencio entre la sangre;
me sobrevivo, mansamente, hecho de polvo.
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EL CORREO

Opina sobre Zacatecas

Le saludo ampliamente y los felicito porque este es un periódico que la gente busca mucho; también los felicito por su suplemento y espero que sigan como hasta ahora. Me dirijo a ustedes con la única petición de que se me publique la presente, aprovechando la apertura del espacio. Tengo cinco años viviendo en Zacatecas y siempre me ha interesado la cultura, y por eso procuro mantenerme al tanto. He visto algunas de las polémicas que han tenido lugar sobre los edificios de su hermosa ciudad, sobre las obras que se han hecho para resaltarlos, etc. También he tenido oportunidad de platicar con algunos universitarios sobre el tema y me doy cuenta que hay gente muy informada sobre el tema pero que sin embargo no participa en este tipo de discusiones, tal vez por la idea de que no se llegará a ningún lado. La impresión que tengo en lo general es de que muchos de los argumentos que he escuchado a favor o en contra de cualquier idea, se basan mucho en atacar o defender tal o cual persona, institución, etc. y con eso lo único que se hace es reproducir lo que hacen nuestros políticos mexicanos, que más que discutir las cosas de fondo, se entretienen en dimes y diretes como se dice vulgarmente.
(...) También creo que los zacatecanos en lo general parecen no valorar lo que tienen. Yo me pregunto si realmente tienen la capacidad de disfrutar su ciudad tal como la disfruta un turista o una fuereña como yo, que durante toda su vida vivió en un lugar como León, Guanajuato. Ya quisiéramos muchos tener la mitad de monumentos que tienen aquí, además de plazas, callejones y demás, eso sin contar los festivales culturales que aquí se hacen, como el de Semana Santa, el de Teatro de la Calle, el del Folclor, las Morismas, etc. etc. (...) Por otro lado creo que deberían organizarse más y no ser tan apáticos a su realidad, valorarse un poco más como personas y aprender a valorar a los otros. Creo que aquí pasa mucho de lo que vi en mi tierra y que a lo mejor es propio de la provincia, aunque pueda sonar peyorativo, y es que todavía no es una ciudad muy grande y como todos parecen conocerse, en lugar de aportar ideas parece que nada más están aprovechando la oportunidad para criticarse unos a otros. Hay muchas cosas que se pueden hacer en esta bella ciudad pero la gente parece estar esperando algo y no se trata de quedarnos sentados. Ya quisieran otros tener las oportunidades que tienen los zacatecanos en su tierra.


Noemí Vargas.

sábado, febrero 19, 2005

No. 238. 23 de Enero de 2005

Última oportunidad

Liliana Espinoza Núñez


Todavía recuerdo la horca esperando ser usada. El olor a muerte lo percibía en Ernesto; ojalá me haya equivocado. Durante cuatro días sólo conversaba con él y conmigo. Luego, un viernes salimos rumbo al callejón de La Bordadora; había decidido comprar un billete de lotería. Observó detenidamente las series exhibidas en el puesto, como esperando alguna señal que le dijera cuál elegir, y de pronto, como si le hubieran hablado al oído, sacó deprisa el dinero y compró el número GS001786967; el sorteo sería televisado el domingo por la noche. En el Oxxo de la calle Allende compró tres botellas de Jimador, cuatro cajetillas de Delicados y una bolsa de croquetas para mí. “Suficientes de aquí al domingo”, me dijo sonriente, mientras despeinaba el pelaje de mi cabeza. Nos encaminamos al callejón del Mono Prieto para encontrarse con su amigo el Picocho; le compró cincuenta pesos de mariguana y doscientos de cocaína. Esa misma tarde, el Picocho lo invitó a una reunión con “unas monas bien jaladoras”, según dijo. Le estuvo rogando hasta que Ernesto accedió.
—Nomás dejo al perro en la casa— dijo Ernesto, mientras yo movía la cola y lloriqueaba un poco.
—Vámonos con todo y perro, güey, ¿no ves que es el pinche pegue?— contestó el Picocho, lo que agradezco, porque tenía ganas de ir, aunque Ernesto me endilgó sus recomendaciones tradicionales mientras íbamos rumbo a la calle del Ángel: “Pórtate bien, no empieces a babosear todo ni a quererte coger a las chavas...”
Nos fuimos a la casa de una tal Chayito; ahí estaban otras dos mujeres que no supe cómo se llamaron. Las tres me acariciaron; Chayito me regaló galletas saladas, después me dejaron en paz. Aunque era evidente que el Picocho invitó a Ernesto para que sacara el tequila, los cigarros y las drogas, éste nunca abrió su envoltorio ni lo perdió de vista. Bebieron mezcal; al poco rato se pusieron borrachos, Ernesto sacó su billete de lotería y balbuceando les anunció:
—Amigos, si no me saco la lotería pasado mañana, me cae que me parto la madre; este mundo no está hecho para mis güevos... — Una lágrima rodó por sus mejillas— Y si acaso sale premiado, les aseguro que no me van a ver ni el polvo; de inmediato me largo de este pinche rancho...
—Psst, cálmate mi Neto, tranquilo, no pasa nada. —le dijo el Picocho, tratando de consolarlo, mientras le daba unas palmadas en la espalda.
Una de las mujeres también se acercó abrazando a Ernesto; se quedó sentada junto a él, en uno de los descansa brazos del sofá; un mismo disco de Lenny Kravitz se escuchó toda la noche, luego se escucharon gemidos y jadeos, después nada. Alrededor de las cinco de la mañana, Ernesto revisó su envoltorio, los bolsillos de sus pantalones y nos fuimos. Mientras íbamos rumbo a la casa, Ernesto avanzaba haciendo eses por el camino, cabizbajo y sollozando. Yo también iba cabizbajo.
Llegando a la casa, se sentó en uno de los sillones de la sala con la mirada fija en el techo; luego hizo lo que en otras ocasiones: sacó la soga que tenía guardada en el ropero; en medio de la sala puso una silla y un banco sobre ella, subió tambaleante, aunque pudo pararse de puntas para alcanzar la viga maestra del techo. Como pudo, le dio dos vueltas a la soga, después sujetó ambos extremos con sus manos, encogió las piernas y quedó pendiendo mientras crujía la madera; se puso nuevamente de pie sobre la silla, mientras el banco y él se tambaleaban; tomó la soga por el extremo en donde había malhecho un nudo para horcas, sacó la soga, metió la cabeza por el redondel, luego lo recorrió apretándose el cuello hasta magullarse la piel, me puse nervioso y comencé a ladrar. Ernesto se sonrió para luego soltar una carcajada estrepitosa que pronto se volvió llanto, se quitó la soga y siguió llorando hasta dormirse con los zapatos puestos que no logré quitarle.
Despertó alrededor de las diez de la mañana y lo primero que abrió fue una de las botellas de Jimador, la acercó a sus labios y le dio un largo trago, hizo gestos y luego sonrió. “El show debe continuar, the show must go on”, escribió varias veces en hojas arrancadas de un cuaderno; con cinta adhesiva las pegó en las paredes, puso música de Nirvana, brincaba y bailaba por toda la casa. Yo empecé a mover la cola y corría detrás de él. Exhausto, se sentó para forjar un cigarro de mariguana mientras seguía bebiendo tequila. Yo me fui directo a la bandeja de agua, comí algunas croquetas. Él se hizo una línea de cocaína y la aspiró. Estuvo un rato buscando la pluma que estaba justo frente a él sobre la mesa, tomó el cuaderno y escribió: “A quien la encuentre: pido perdón a la vida pero tengo múltiples razones para hacer lo que ya hice. Picocho, te dejo mis discos, lo demás para mi madre, aunque no se lo merezca. Nos vemos en el más allá, si es que hay; si no, qué bueno que no los vuelva a ver. P. D. Inviten mucha gente a mi funeral.” Después lo releyó. “Qué carta tan más mamona me acabo de aventar”, dijo; moviendo la cabeza de un lado a otro, la rompió en mil pedazos que lanzó al aire, metió una bolsa de palomitas al horno de microondas y se las comió frenéticamente a puños. Se volvió a quedar dormido.
Alguien tocó la puerta alrededor de las seis de la tarde. Era la mamá de Ernesto. “Hijo, soy yo”, decía con voz fuerte mientras tocaba la puerta; yo lloraba y arañaba la puerta. Ernesto se despertó y me hizo señas de que me callara, abrió otra botella de Jimador, forjó otro cigarro y permaneció en silencio hasta que cesaron de tocar. La soga seguía colgada de la viga.
El domingo por la tarde, Ernesto estuvo una hora metido en la regadera, se afeitó sus incipientes barbas y se perfumó. Sacó su traje más fino, boleó los zapatos para fiestas; estaba impecable. Se sentó con suma tranquilidad en uno de los sillones de la sala, mató el tiempo observando el billete de lotería; mentalmente repetía su texto: “serie GS001786967, premio mayor, trescientos millones de pesos...” Cuando comenzó el programa de lotería, dejó de lado su última botella de tequila y subió rápidamente a la silla apretándose la soga al cuello; los niños gritones decían cifras ininteligibles. Comencé a lloriquear nuevamente, Ernesto me miró por un segundo y aprisa se deshizo de la soga, me quitó el collar, lo besó y lo metió a uno de los bolsillos de su traje, acarició mi cuello pelado y besó mi cabeza; me sentí feliz. Abrió la puerta que da a la calle. “Salte”, me ordenó con voz dulce y temblorosa; sólo dudé unos instantes.
Después de vagar un tiempo por las calles, permanecí varios días echado en la entrada de la casa, pero no volví a ver a Ernesto. Casi olvido por completo su olor.
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MUSEO DE POESÍA
Efrén Alfonso García Botello

Poesía y resurrección: Dante Gabriel Rossetti


Hijos de un poeta y patriota carbonario italiano refugiado en Inglaterra, todos los hermanos Rossetti tuvieron la afición y el don de la literatura. De ellos, María Francesca, la mayor, dejó un libro sobre La Divina Comedia; Christina Georgina, una trascendente obra poética, en tanto que William Michael no sólo fue uno de los críticos más respetados de su tiempo, sino que además recopiló y ordenó la obra literaria de sus hermanos, contribuyendo así a darles el lugar que después se les iría reconociendo; entre ellos, el de Dante Gabriel, nacido en Londres en 1828, muerto en Birchington en 1882, “pintor y mejor poeta” —según palabras de Rubén Moheno.
En el campo de la pintura, éste es la figura predominante del grupo prerrafaelista, nombre debido a un pacto de no sujetarse a las reglas del pintor Rafael, reconocidas como únicas por el academicismo victoriano. Su obra pictórica se caracteriza por una gran precisión en el detalle, obteniendo un efecto muy parecido a la gran profundidad de campo que la óptica fotográfica obtendría para el cine mucho tiempo después. En sus lienzos, “lo remoto no es menos nítido que lo que está muy cerca”, la frase es de Borges.
En la literatura hizo prosa, pero predominantemente poesía: frecuentaba las baladas —de extensión diversa—, y su obra House of life es hogar de vida de 103 sonetos, escritos entre 1847 y 1881. The Cloud Confines, y Sunset Wings —la obra que nos ocupa—, ambas de 1872, guardan lo más representativo de su poesía. Por desgracia, no encontramos ni siquiera referencias a ediciones de esta obra publicadas en español. Una muestra breve, pero representativa, aparece antologada en la recopilación Poetas líricos en lengua inglesa, coeditada en 1999 por CONACULTA / Oceano.
Rossetti llevó al inglés textos de Guido Cavalcanti, “esa escritura de levedad como reacción al peso de existir”, que dijera Italo Calvino. También fue hechizado por la magia de Dante, particularmente con el tono “platónico, cabalístico y romántico” de Vita Nuova, que lo llevó a traducir del italiano a un conjunto de poetas dantescos que reunió en el volumen Dante and His Circle (1861).
Tanto en su obra pictórica y literaria, el tema predominante es la hermosura física de la mujer. Rossetti contribuyó a construir aquella imagen algún tiempo tan vigente, del artista rodeado de todos los placeres con tal de conseguir esa esencia que define a las grandes obras artísticas. El hecho es que él disfrutó de una vida en compañía de bellas mujeres, dedicando su arte a exaltar esa belleza.
Aquí comienza la historia de Repentina Luz, texto emblemático de un insólito episodio de la historia de la poesía, sustento de un magnifico ensayo de Rubén Moheno, que trasmite fielmente ese asombro que sólo otorga el descubrimiento de realidades increíbles, a través de vislumbrar, apenas, la historia de un poema nacido bajo la entereza de uno de los más grandes amores plasmados alguna vez en los terrenos del arte, y que ya ha adquirido el rango de leyenda.
Elizabeth Siddal, “distinguida poetisa y pintora”, llamada familiarmente Lizzie por sus conocidos, se integró al círculo pictórico y literario al que pertenecía Rossetti, cuyos artistas no tardaron en labrar esa imagen que el tiempo ha cimentado como pocas. Quienes la conocieron hablaron de su asombrosa belleza. Fue ella quien influyó con más fuerza en la creación del tipo femenino prerrafaelista, es ella quien aparece en la famosa pintura Ophelia (1851/52) de John Everett Millais; también fue modelo del pintor Ford Maddox Brown para Lo que queda de Inglaterra (1860), así como del propio Rossetti en los cuadros Beata Beatrix (1863), Como se encuentra a ellos mismos (1864), y muchos otros.
Posteriormente, la figura de Lizzie sirvió de inspiración para la novela de John Fowles, La amante del teniente francés, que narra los avatares de una pareja frente al código moral de la época. La cinematografía —particularmente la inglesa— ha dejado pasar de largo a Rossetti como personaje, no así a Lizzie, en una adaptación de esa misma novela, hecha por Harold Pinter para la película del mismo título (1981), y dirigida por Karel Reisz, que algunos críticos, en su estreno, aclamaron inmediatamente como “un nuevo clásico”.
El impacto que la belleza de Lizzie causó en Rossetti, quedó plasmado en un conjunto de poemas que van dibujando la historia de la relación que el pintor y escritor se empeñó en construir con ella, y a través de los cuales se advierten los marcados contrastes de esa odisea, que abarcó varios años de noviazgo, hasta culminar en 1860, en un matrimonio que apenas duró dos años. Relación opacada por diferencias cada vez más difíciles, y grandes dolores que ella debía soportar a raíz de una enfermedad que lentamente la fue minando. “A nadie le importa mi alma”, había escrito, ya abrumada por los dolores físicos y espirituales, cuando ocurre su fallecimiento debido a una sobredosis de láudano (una forma del opio), sustancia que el médico le había recetado para mitigar esos dolores. Para muchos, este suicidio sigue siendo un misterio, ya que sus causas “nunca han sido aclaradas del todo”.
Esa misma noche, el acontecimiento sorprende a Rossetti cobijado bajo la Central darkness of a London brothel, lugar que quizá le inspiró algunas de sus más famosas obras. El choque que le provoca la noticia sólo es comparable a aquella gran impresión de haberla visto por primera vez. Con una faz desencajada que mostraba la devastación que se había producido en él, y en un gesto de tributo a su memoria, o quizá movido por un impulso de expiación, Rossetti colocó en su féretro el cuaderno de poemas que dedicara “a sus cabellos rojos como el cobre, a su figura elegante, a su hermoso rostro...”
Lizzie continuó siendo su fuente de inspiración, como lo demuestran escritos y pinturas posteriores a 1862. Pero el sufrimiento —que repercutió en su salud— ya nunca lo abandonaría. Enterados de su insólito gesto en el funeral, sabiendo de la inexistencia de copias y la incapacidad de Rossetti para reconstruirlos, al asombro general de sus amigos siguió la aventura de recuperar esos textos. Tras ocho años de insistir en ello, el autor finalmente accede y autoriza la resurrección de los poemas. Un juez debió autorizar la penosa tarea, tras de lo cual fueron desenterrados del cementerio de Highgate, una silenciosa tarde de 1870, para después ser publicados.
Gracias a ese círculo de amigos, hoy podemos leer líneas de Rossetti sin paralelo en la historia literaria, nacidas al calor de aquel romance, y que traducen directamente su angustia y desesperación:

Mírame a la cara, mi nombre es Pudo Haber Sido,
También me llaman Nunca Más,
Demasiado Tarde y Adiós.


En artistas como Rossetti —dice Rubén Moheno— puede observarse con gran nitidez “el peligroso filo de las cosas” del que hablan los poetas, “que sigue siendo el que siempre ha sido: el angosto confín entre lealtad y deslealtad, entre fidelidad e infidelidad, las contradicciones de la mente, la paradoja que uno trae en sí mismo. Esto es de lo que están hechos los hombres”.
Pero la recuperación de esos poemas significó un nuevo golpe a la ya frágil salud del escritor, que vio agravadas sus terribles neuralgias, contrayendo luego el hábito del cloral (el consumo de una de sus medicinas que devino en adicción), falleciendo después en medio de grandes sufrimientos.
Repentina Luz, el texto quizá más representativo, y para muchos el más importante de esta epopeya única plasmada en la poesía, y a la que dio un relieve que posiblemente nunca más vuelva a tener, tal vez se originó en la contrición de Rossetti por la muerte de Lizzie. Borges gustaba mucho de él, ya que, en contraposición a esa luz —la presencia del ser amado—, el poema había nacido precisamente por su abrupta ausencia, que llenó todo su horizonte de sombras. Quizá por ello decía que únicamente ese texto le evocaba “con toda su belleza, esa penumbra que aparece inmediatamente después de que el sol se oculta”, espléndido símil para ilustrar las emociones de quienes se ven irremediablemente enfrentados a esa otra gran metáfora que es la oscuridad.
¿Qué se puede decir de esos seres humanos, atrapados por la gran intensidad de esas pasiones?, parece preguntarse Moheno en el memorable remate de su ensayo: Jorge Luis Borges afirmó —y demostró— que un romántico nuestro, Jorge Isaacs, “no era más romántico que nosotros”, y lo citó para comprobarlo: “Una tarde, tarde como las de mi país, bella como María, bella y transitoria como fue ésta para mí”.
O podemos recordar —concluye— las líneas que Baudelaire, contemporáneo de los Rossetti, dedicó a los románticos, palabra usada hoy para señalar a los ingenuos, pero que en otro tiempo significó sinceridad: “Para mí el romanticismo es la expresión más reciente, la más actual de lo hermoso”. Por Baudelaire sabemos que los románticos, de cualquier otro tiempo, lo serán por el modo de sentir, por su espiritualidad, su aspiración de infinito, por contradecirse, y por su mirada sistemáticamente vuelta al pasado.
Trazos que dibujan por completo esa actitud con la que se escribió la poesía de Dante Gabriel Rossetti, en particular Repentina Luz, aquí en una traducción de Rubén Moheno. Quizá por esa traducción, que en nuestra opinión pudo haber estado mejor, una primera lectura del texto nos resulta un tanto incomprensible, como si se nos regateara su grandiosidad: El autor lleva al poema romántico más allá de sus fronteras convencionales, ya que lo escribe desde la certeza de la eternidad de su amor. En toda una alegoría del artista enfrentado a la irremediable ausencia de su amada, imagina, en un lugar que le es familiar, sin saber cuando ni como estuvo ahí antes, un repentino encuentro, y frente a esa luminosa presencia, que finalmente reconoce, se pregunta si “el vuelo circulante del tiempo” restaurará sus vidas, y si su amor nuevamente les traerá otro deleite “noche y día”. Como fuere —se contesta— siempre estará con ella. Finalmente, termina preguntándose “si por amor de Amor” en ese “dormir y despertar”, esa cadena (¿su unión?) no se romperá ya jamás...

Repentina luz

Dante Gabriel Rossetti


Yo estuve aquí antes,
no sé decir como ni cuando fue;
conozco los prados detrás de la puerta,
el dulce aroma penetrante,
los sonidos suspirantes,
las luces a lo largo de la orilla.

Tú has sido mía antes;
no sé decir hace cuánto fue:
pero cuando esa golondrina remontó,
y giró tu cuello, cayó algún velo;
lo supe al instante.

¿Y había sido así antes?
¿Y no será que el vuelo circulante
del tiempo, restaure nuestras vidas,
y nuestro amor, a pesar de la muerte,
nos traiga otro deleite noche y día?

Ahora, entonces, ¡con suerte otra vez!
¡ronden mis ojos la agitación de tus cabellos!
¿No yaceremos como hemos yacido,
y así, por amor de Amor,
el dormir y el despertar
no rompan la cadena jamás?

Fuentes:
Bibliografía
- Bartra, Agustí (Comp.): Antología de la poesía norteamericana, UNAM, México 1984, Col. Nuestro Clásicos, no. 11.
- Varios: Poetas líricos en lengua inglesa, estudio preliminar de Silvina Ocampo, Coed. CONACULTA / Oceano, España 1999, Col. Biblioteca Universal.

Hemerografía
Moheno, Rubén: “‘Repentina Luz’, de Dante Gabriel Rossetti”, La Jornada Semanal, p. 8, no. 307, 21 de enero 2001, México D.F.
________

LA ROSA DE LOS VIENTOS

Efraín Gutiérrez De la Isla

Para Joseangel Rendón Delatorre



¡Zorra! Ana ara arroz a la zorra, ara Ana arroz,
y ahógala -oh, halago- ¡ay!
¡hágala y halaga!

Cerré erres.

Los Sol
no son seis íes, no son.

Nos haga son.

Nada Adán a mamá, nada Adán,
de ocico, Ed.
¡Nadan!

Sodio(s)oídos.
¡Odio ese oído!

Oído(s): solo los (s)odio,
non haga non,
non haya non,
¡hoyo non, haga non… o, yo!

Oro oid: ¡ser res dio oro!
¡Oro poro!

Oir y oro, lloro y río.
Oirnos oasis, ah, oh, sonrío...
Sonrío al -¡ah!- oirnos.

¿Y Mimí?
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EL SOL DEL TRÓPICO
Suplemento del suplemento de El Sol de Zacatecas

Realizarán seminario sobre filosofía y política en el medioevo


Todos los lunes del 24 de enero al 11 de abril, el Gobierno del Estado de Zacatecas a través del Instituto Zacatecano de Cultura, desarrollará el seminario “Filosofía y Política en la Edad Media, Dios-Hombre-Poder de San Agustín a Dante”, impartido por el Dr. Luis Felipe Jiménez Jiménez, en la sala audiovisual del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez.
El seminario, dirigido al público interesado en general, cuenta con un valor curricular de 60 horas y tiene como objetivo realizar “un análisis de los textos más relevantes de la filosofía política del medievo, a partir de “La Ciudad de Dios” de San Agustín, hasta “La Monarquía” de Dante Aligheri, donde se prestará especial atención a la obra de Santo Tomás de Aquino; así mismo tiene el propósito de familiarizar a los participantes y estudiosos del tema con una época por mucho tiempo subestimada, pero que ha influido de manera determinante en el mundo moderno, el cual no es “sino el resultado de la discusión entablada por el pensamiento occidental de los siglos XVI al XVIII.
El programa de este seminario está integrado por los siguientes temas: 1.- Introducción: ¿Qué es la Filosofía de la Edad Media?; 2.- Plotino y la Gnosis: las fuentes próximas de la metafísica agustiniana; 3.- Ruptura Cultural: de “Las Confesiones” a “La Ciudad de Dios”; 4.- “La Ciudad de Dios” o la metafísica de la historia; 5.- “La Ciudad de Dios” entre Platón, Hegel y otras utopías; 6.- Dios-Verdad y Poder: de Boecio a Abelardo; 7.- La revolución teórica de Santo Tomás de Aquino; 8.- Realismo y Minimalismo: Verdad vs. Libertad; 9.- Dante Aligheri o el último vuelo del águila imperial; 10.- Reforma y Contrarreforma: ¿La última confrontación entre platónicos y aristotélicos o entre agustinianos y tomistas?
Respecto a Luis Felipe Jiménez Jiménez, nació en Bogotá (Colombia) y cuenta con doctorado en Filosofía y Ciencias de la Educación por parte de la Universidad Complutense de Madrid (España); ha publicado varios libros, como Giordano Bruno: Naturaleza y Azar, En los Albores del Sujeto Pedagógico entre otros; también ha colaborado en revistas universitarias de Colombia, Venezuela, España y México.
Cabe hacer mención de que este es el segundo de una serie de tres seminarios, los cuales a su conclusión acreditarán un diplomado. La invitación para cursar este seminario “Filosofía y Política en la Edad Media, Dios-Hombre-Poder de San Agustín a Dante” está abierta al público interesado en general y el costo de recuperación es de 350 pesos, los cuales incluyen los materiales a estudiar. Para mayores informes puede comunicarse a los teléfonos 9-22-21-84, 9-22-11-13 y 9-22-11-52 extensiones 25 y 27.

Invitan a participar en curso de coordinadores de Salas de Lectura

El programa Nacional de Salas de Lectura SEP-CONACULTA y el Gobierno del Estado de Zacatecas, a través del Instituto Zacatecano de Cultura, con el propósito de difundir, promover y fomentar el habito de la lectura en todos los rincones de la entidad, invitan a todos los interesados a participar en el Curso de Formación para Coordinadores de Salas de Lectura.
La sesiones se desarrollarán del miércoles 26 al sábado 29 de enero en la Cueva del Club de Leones, en Av. Torres Quintero, carretera de Loreto a San Marcos, en el municipio de Loreto, Zacatecas.
El curso está dirigido a las personas interesadas en el fomento de manera voluntaria dentro de sus entorno social, en el ámbito público o privado, que no esté relacionado con su área laboral, y tiene el objetivo de capacitar a integrantes de las diversas comunidades, con el fin de habilitarlos como Coordinadores de Salas de Lectura.
Los interesados en el curso deberán ser lectores con el afán de compartir y estimular el gusto y el placer por la lectura, contar con experiencia en su fomento y tener disposición de trabajar para la comunidad de manera voluntaria. Así mismo, entregarán una solicitud de participación que contenga su fecha de elaboración, datos generales del interesado, una historia lectora del participante, su experiencia en fomento a la lectura y una breve explicación del porqué de su interés en este tipo de actividades.
Las solicitudes deberán entregarse en el Departamento Editorial del Instituto Zacatecano de Cultura y en la Presidencia Municipal de Loreto; el cupo es limitado a 30 personas y la fecha límite de recepción es el día 22 de Enero de 2005.